La ptosis palpebral tiene lugar cuando el párpado superior se cae sobre el ojo. Esta manifestación puede ser apenas perceptible o más evidente cuando por ejemplo cubre la pupila. Dependiendo del grado puede limitar o llegar a bloquear la visión normal. Acontece tanto en niños como adultos y en concreto en personas mayores en las que se da principalmente a consecuencia del envejecimiento. Sin embargo, tiene solución ya que hoy día los oftalmólogos la pueden tratar.
Las causas de este trastorno suelen ser degenerativas o congénitas, pero también surgen por una disfunción del músculo que sujeta el párpado. En los adultos la ptosis se produce generalmente porque el músculo elevador se estira o se separa del párpado. Esto sucede por la vejez o también en ocasiones se debe a una lesión ocular. Y en casos más inusuales puede ser un efecto secundario de una intervención quirúrgica. Lo que sí se sabe es que este problema no suele estar vinculado a tumores pues estos en general no afectan a esta zona del ojo, según los expertos.
La ptosis se aprecia enseguida al aparecer en una parte del rostro tan visible como son los ojos, y puede afectar a uno solo o a los dos. En el caso de que sea congénita si la deformidad no se trata puede ocasionar alteraciones en la cabeza y el cuello, apareciendo por ejemplo torticolis y dolor en las cervicales con el tiempo.
No es prevenible, pero sí detectable en su fase inicial lo que facilita el abordaje. Esto posibilita actuar antes de que vaya a más y la visión quede perjudicada. De hecho, si esto sucede el afectado el paciente tendrá una visibilidad mermada, borrosa. A veces tendrá que subir el párpado para poder apreciar los objetos con normalidad o echar la cabeza hacia atrás.
La solución de la ptosis palpebral en el adulto se basa en una intervención quirúrgica. Esta será más o menos compleja dependiendo de la gravedad de la misma. En ocasiones solo es necesario efectuar un toque leve sobre el músculo dañado y otras veces se tiene que fortalecer y volverlo a conectar con el párpado para devolverle su función de sujeción.