Preguntas

¿Conoces la diferencia entre una artrografía y una radiografía común?

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Domingo 6 de octubre de 2019

3 minutos

Esta prueba resulta de máximo interés para el estudio de las articulaciones en el adulto mayor

artrografía
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Domingo 6 de octubre de 2019

3 minutos

Una artrografía es una prueba relativamente sencilla, cada vez más utilizada por médicos y especialistas traumatólogos y reumatólogos, por la valiosa información que aporta a la hora de tratar problemas de dolor articular, frecuentes en las personas mayores.

La Radiological Society of North America (@RSNA) señala la eficacia de este avance de tecnología médica, cuando de lo que se trata es de detectar cualquier patología en ligamentos, tendones o cartílago. La prueba consiste en la obtención de imágenes radiológicas de una articulación pero, a diferencia de lo que ocurre con una radiografía habitual, la artrografía permite captar imágenes dinámicas, es decir, con ella es posible apreciar ésa articulación en movimiento.

¿En qué consiste la prueba? ¿Requiere preparación previa?

Existen distintos procedimientos para la realización de una artrografía dependiendo de la patología que presente cada persona, de su historial clínico previo y de aquello que, expresamente, quiera analizar el médico especialista.

La prueba requiere el uso de la técnica de la fluroscopia, que implica la inyección de un contraste que haga posible ver la situación de la articulación. Ese contraste puede aplicarse de manera indirecta, a través del torrente sanguíneo, o bien directamente en el punto de la articulación sujeto a estudio (en el interior de la propia articulación).

Cuando el contraste cumpla su función, la imágenes que muestre su resultado se pueden obtener por varias vías, mediante una tomografía computarizada (TAC) o utilizando una fuente de radiación continua.

artrografía

La prueba no requiere especial preparación previa y puede llevarse a cabo prácticamente en cualquier articulación del cuerpo, siendo habituales en el diagnóstico de patologías que provocan molestias o dolor en hombros, rodilla, cadera, codos y muñecas. En ocasiones, cuando no se encuentra el origen de un dolor articular puede resultar imprescindible para lograr determinarlo y poder establecer el tratamiento más oportuno y eficaz.

La  artrografía, en principio, no presenta contraindicaciones. La única precaución importante es confirmar que quien se somete a ella no tiene alergia a ningún componente del contraste utilizado.

El especialista puede indicar la necesidad de llevar a cabo esta prueba para corroborar la existencia de una alteración en la articulación de cualquier tipo. Según los resultados obtenidos, podrá determinarse, con mayor certeza, la idoneidad de cualquier tratamiento desde una cirugía abierta o realizada mediante técnica artroscópica, hasta la necesidad implantar una prótesis.

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Mariola Báez

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