Preguntas

De abuelos estresados, ¿hijos y nietos estresados?

Rosa María Torres

Martes 24 de diciembre de 2019

ACTUALIZADO : Martes 24 de diciembre de 2019 a las 9:09 H

3 minutos

Radicalmente no. Aunque los traumas se pueden heredar, no estás obligado a vivir con ello

La inseguridad, el miedo a perder el control y problemas de atención o memoria son algunos síntomas de la ansiedad
Rosa María Torres

Martes 24 de diciembre de 2019

3 minutos

Existen datos científicos que corroboran que la segregación de algunas hormonas, como las producidas en el estrés, se heredan de padres a hijos. Esto vendría a corroborar que no solo los rasgos genéticos pasan de una generación a otra: por ejemplo, si durante la gestación la madre vive una episodio muy fuerte de estrés, el hijo podría tener un patrón de respuesta al estrés alterado. Esto es así porque una mujer embarazada no solo transmite a través de la sangre el alimento, también las emociones.

Lo bueno es que esto es reversible porque, aunque ciertos patrones se hereden como el estrés, el miedo, la ansiedad o la negatividad, se pueden revertir haciendo un trabajo interno con uno mismo. Los efectos que los padres pueden causar en los hijos, en este aspecto, se conoce como "efectos epigenéticos". Esto quiere decir que heredamos el 50%, pero la otra mitad no. Y precisamente de esto de encarga la epigenética, de transformar las herencias. 

Por eso, aunque durante mucho tiempo se ha creído en la idea de que los genes lo marcaban absolutamente todo, desde enfermedades hasta la forma de amar; se ha descubierto que no es así. Porque la forma en que tu amas depende, no tanto de la genética, sino del entorno y la cooperación personal.

Siempre, absolutamente siempre, eres el dueño de tu propio camino porque los hábitos y el entorno inciden sobre el modo en que van a actuar nuestros genes. De hecho, solo entre el 5% y el 10% de los tumores se debe a una alteración genética heredada.

No somos víctimas de nuestra genética

Sobre la epigenética se han realizado múltiples estudios. Destaca el del Lars Olov Bygren, uno de los padres de la hipótesis epigenética de la transición, y su compañero Marcus Pembrey, genetista. Ambos llevaron a cabo un estudio, conocido como Överkalix, donde se descubrieron que los nietos de aquellos que siendo niños habían pasado hambre por las malas cosechas tienen mayor incidencia de problemas cardiovasculares. Esto es así porque el metabolismo de las personas que habían pasado por un periodo de escasez se ajusta para aprovechar al máximo los recursos existentes.

Sin embargo, estas personas que ya por "herencia" tendrían esos problemas digestivos pueden trabajar su entorno para que desaparezcan o para que los efectos sean mínimos. Es cierto que un “ambiente positivo” pueda eliminar los síntomas de traumas. En este sentido, Marina Castells, bióloga y experta en epigenética, tiene que claro que "no hay que resignarse".

Estudio de genética (bigstock)

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Rosa María Torres

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