Toni Esteve
Salud
¿Qué pasa en nuestro cuerpo si no bebemos suficiente agua?
Una hidratación incorrecta puede provocar problemas cardiovasculares
El cuerpo humano necesita diariamente entre 2 y 3 litros de agua, aproximadamente, dependiendo siempre de la cantidad de agua que eliminemos cada uno. Esa cantidad la podemos obtener directamente bebiendo agua, o bien con la ingestión de alimentos ricos en ella como las frutas y verduras. De hecho, el noventa por ciento de la leche, las frutas o las verduras es, simplemente, agua. Pero, ¿qué ocurre si no reponemos este líquido en la proporción que deberíamos?
En un clima templado en el que la sudoración no sea visible, una persona ya puede perder al día aproximadamente 2,5 litros de agua (a través de la piel, de heces y orina, etc.). En países calurosos o en épocas como el verano la transpiración es mayor. Además, las personas mayores no suelen tener sensación de sed. Por estos motivos es importante beber agua, aunque no se tenga sensación de sed, para ayudar a nuestro organismo a funcionar correctamente. Entre las complicaciones para nuestra salud que pude comportar el hecho de no beber suficiente agua se encuentran los problemas cardiovasculares.
Según la Fundación Española del Corazón, beber menos agua de la que nuestro organismo necesita puede desembocar en “una mala función renal y esta provoca la aparición de arritmias. Cuando aparecen estas por deshidratación se debe a un desequilibrio electrolítico entre el sodio y el potasio, con marcada pérdida de este último”. Desde la Fundación señalan que, “en caso de no reponer la cantidad suficiente de agua, nuestro organismo nos mandará señales en forma de mareos, dolor de cabeza, aletargamiento, sensación de boca seca, calambres musculares, sudor frío o incluso visión borrosa y pérdida de conocimiento en situaciones extremas”.
Prevenir estas situaciones de riesgo para nuestro organismo depende de que nos hidratemos correctamente, y eso implica beber agua antes de tener la sensación de estar sedientos.
No solo agua
Una mala hidratación también tiene consecuencias para nuestra mente, ya que el agua también regula la temperatura corporal y alimenta el cerebro y la médula espinal. Así, la deshidratación afecta a la respuesta de nuestro cerebro a una actividad intelectual, como pueden ser el aprendizaje, la atención o la memoria. Y es que la falta de agua puede causar una contracción del tejido cerebral y, como consecuencia, el aumento del volumen ventricular. Hay que tener en cuenta que determinar la cantidad exacta que cada persona necesita tomar diariamente depende de factores muy diversos como sus años, su peso, las condiciones climatológicas a la que está expuesta o su nivel de actividad física.
No obstante, según la Pirámide de Hidratación Saludable de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), para cubrir nuestras necesidades hídricas diarias necesitamos tomar al menos 10 vasos de líquidos diversos (agua, zumos, infusiones, caldos...)
En las personas mayores, la disminución del estímulo de la sed también puede provocar la pérdida de control de líquidos y el estreñimiento. En algunos casos, la orina puede volverse más oscura y puedes perder peso súbitamente y sin explicación aparente.
Por su parte, según recoge la publicación Consumer de la Fundación Eroski, la Federación Española de Diabetes alerta de que hidratarse bien también es fundamental para los diabéticos que quieran realizar alguna actividad física durante el verano. En este sentido, afirma que “las personas con diabetes presentan un mayor riesgo de padecer deshidratación cuando sus niveles de glucosa en sangre se elevan, haciendo que los riñones traten de eliminarla mediante la orina, aumentando las visitas al baño y, en consecuencia, la deshidratación”.