
Residencias de mayores: la excepción de la Ley Antitabaco que genera polémica
Miércoles 10 de septiembre de 2025
ACTUALIZADO : Miércoles 10 de septiembre de 2025 a las 9:55 H
11 minutos
Se mantiene la posibilidad de fumar en ciertos espacios acotados

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El Consejo de Ministros ha aprobado el Anteproyecto que modifica la Ley 28/2005 de medidas sanitarias frente al tabaquismo, la conocida como Ley Antitabaco.
La reforma, que deberá ahora pasar al Congreso para someterse al trámite parlamentario, incluye medidas como la prohibición de fumar y vapear en terrazas, marquesinas de autobuses, instalaciones deportivas o piscinas de uso colectivo, entre otros lugares y un endurecimiento de las normas publicitarias, así como la aprobación de medidas encaminadas a la reducción progresiva del tabaquismo.
No obstante, en el Anteproyecto se mantienen ciertas excepciones introducidas en Ley en 2010. En concreto, las residencias de mayores serán uno de los espacios comunes en los que sí se podrá fumar y vapear.
Según explican a 65YMÁS fuentes del Ministerio de Sanidad, la disposición introducida hace 15 años, en la que se indicaba que "en los centros residenciales de mayores o de personas con discapacidad se podrá habilitar una zona específica para fumadores", permanece en este anteproyecto.
Eso sí, en la nueva formulación, se añade una mención al "consumo de tabaco tradicional y otros productos", en referencia a los vapeadores, cigarrillos electrónicos, tabaco calentado, etc.
Por ello, en base al Anteproyecto de Ley, estos centros podrían seguir contando con zonas para fumadores, cuyo uso, según la reforma de 2010, debía ser "exclusivo para residentes" y "estar debida y visiblemente señalizadas", así como "contar con ventilación independiente o con otros dispositivos para la eliminación de humos, no pudiendo extenderse el permiso de fumar a las habitaciones ni al resto de las zonas comunes en dichos centros".

La mayoría, en espacios al aire libre
Según ha podido saber este diario por las patronales del sector de la Dependencia CEAPs (@cea_ps) y FED, buena parte de las residencias de mayores de España cuentan, en la actualidad, con estos espacios, aunque, matizan, normalmente suelen estar al exterior y cuentan con cierta protección para estar al resguardo de inclemencias climáticas.
En ese sentido, explican, son poco comunes los casos en los que hay zonas interiores habilitadas para tal fin.
¿Se debería prohibir fumar en residencias?
Ahora bien, con la aprobación del Anteproyecto de Ley, cabe preguntarse, ¿tiene sentido que existan aún estos espacios en residencias? ¿Se debería endurecer más la legislación?
Este diario ha preguntado tanto a organizaciones de mayores como a asociaciones contra el tabaco y expertos en salud para conocer su opinión.
Para el médico y presidente de la Comisión de Sanidad de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (@PlataformaPMP), José Manuel Freire, se debe tener en cuenta que "estos centros son el domicilio de las personas que allí viven, no son una cárcel, ni un hospital".

Por tanto, argumenta, el anteproyecto mantendría un equilibrio entre "las decisiones individuales de las personas que desean fumar en lo que es su domicilio" y "la protección de la salud de todo el personal que comparte espacios comunes".
El presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (@CEOMA_ong), José Luis Fernández Santillana, opina en su caso que, pensando en las personas mayores y con hábitos a veces consolidados, habría que pensar más en convencer de lo beneficioso que es dejar de fumar y pensar alternativas para que no recurran al tabaco".
Y, añade que, "de existir esos espacios habilitados, deberían contar con todas la garantías, para que no afecten al resto de personas que viven en el centro".
El presidente de la Federación de Asociaciones de Mayores en Cataluña (@Fatec), Josep Carné, comenta que "sorprende que espacios tan sensibles, como pueden ser las residencias, se pueda fumar".
Y, aunque afirma que es, "por naturaleza, antitabaco" y aprueba que se prohíba su consumo en terrazas o marquesinas, en el caso de estos centros, no lo tiene tan claro, mientras se haga en "espacios exclusivos". Y reflexiona que, quizá, "para ellos, una de las pocas satisfacciones de la vida es disfrutar de este pitillo que posiblemente les haga más bien que mal".
Siempre se está a tiempo dejarlo
José Ramón Calvo, presidente del Comité Médico de la sección Cuídate+ –la sección sobre longevidad saludable de 65YMÁS–, se muestra en contra de "aceptar sin más" que "haya una zona para fumadores en una residencia".
Desde su experiencia como experto luchando contra el tabaquismo durante años sostiene que "creo que mejor harían en ofrecer terapias para dejarlo. Y ya sé que me dirían que, a esas alturas, si no lo han dejado, no lo harán, y que hagan lo que quieran, pero tal vez nadie se lo ofreció antes, y creo que si alguno lo deja, lo que le quede de vida será más placentera, respirará mejor, y la comida le sabrá mucho más rica", argumenta.
Nieves Fernández Letamendi, responsable de la Unidad de Geriatría y de Docencia del Hospital Quironsalud Zaragoza y vicesecretaria de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria), explica que, "partiendo de la base de que la recomendación es siempre ayudar a todos los pacientes a que dejen de fumar, debemos aceptar también su autonomía y, mientras esté legalizado el tabaco, también debe incluir esta regularización a las personas que viven en residencias o centros".
"Si adaptamos la normativa a los espacios públicos y semiprivados, como un automóvil, por ejemplo, sí que es lógico también hacerlo en estos, para que el humo afecte sólo a estos fumadores y no a sus convivientes. También hay que tener en cuenta que este grueso de población incluye un porcentaje elevado de pacientes con comorbilidad y fragilidad alta, en los que lo recomendable es que no estén expuestos al humo del tabaco. Además, el que se fume solo en una zona controlada favorece el mayor control también en pacientes que puedan padecer un deterioro cognitivo, que puede implicar mayor riesgo de accidentes relacionados con el fuego", indica.
"Ojalá se siga progresando y seamos todos muy conscientes de lo nocivo que resulta fumar, hasta que pueda llegar a desaparecer este hábito que tanto merma la salud del que lo realiza y por ende de las personas a su alrededor", comenta.
En una línea similar se pronuncia la miembro de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), María Urtasun Lanza, que subraya asimismo la compleja balanza entre la protección de la salud pública y el respeto a la autonomía personal.
En este sentido, la prioridad es "siempre intentar proteger a las personas del humo del tabaco y sobre todo del tabaquismo pasivo". No obstante, la experta recuerda que en la aplicación de la Ley a veces chocan la protección de la salud colectiva con la voluntad, siendo este un claro ejemplo.
La clave radica entonces en la naturaleza de los lugares afectados: las residencias son zonas en las que vive la gente permanentemente. Por ello, considerando que "el fumar no es un delito" y que la decisión no se puede prohibir, se ha buscado una "fórmula intermedia".
Sacar el humo del interior de los centros
Finalmente, desde la asociación ciudadana Nofumadores.org (@nofumadores), su presidenta, Raquel Fernández Megina, pide ir más allá en el Anteproyecto de Ley y sacar el tabaco legalmente del interior de estos centros.
"Está demostrado que, aunque haya una ventilación independiente, no es suficiente para garantizar la no inhalación de humo por el resto de residentes, y, por tanto, la protección de la salud de los que allí viven y trabajan", afirma.
"Además, estas salas suelen terminar siendo utilizadas no solo por los pacientes, sino también por trabajadores y familiares sin ningún tipo de control", denuncia.
"Es una puerta abierta al incumplimiento, no solo en estas salas, sino también en los dormitorios", opina y apostilla: "Conocemos más de un caso de residencias donde los residentes nos han comunicado que otros residentes fuman en sus habitaciones y les llega el humo".
"Por no hablar del peligro de incendio que supone y que ya ha supuesto la muerte de más de un residente en el pasado", comenta.
Y por todo lo anteriormente expuesto, concluye, "desde Nofumadores.org se aboga por que se elimine esta excepción, tanto en residencias de mayores como en centros o establecimientos psiquiátricos y solo se permita fumar a los residentes en las zonas al aire libre habilitadas para ello".
Fumadores mayores
Cabe recordar que, a nivel de todas las personas de más de 65 años, el 8% consume tabaco a diario, en base a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2022.
Sin embargo, según han recordado a este medio diferentes expertos en la materia, nunca es tarde para dejar de fumar.
Y es que, argumentan, los beneficios de dejar el tabaco se notan independientemente de la edad. Y aunque es cierto que el impacto no es igual que en el caso de quienes llevan pocos años fumando, sí que está demostrado que desengancharse tiene relación directa con mejoras en el estado de salud y un menor riesgo de enfermar.
Es más, explican, probablemente, muchas de estas personas mayores padezcan ya alguna patología crónica y abandonar este hábito, con ayuda y en un proceso de acompañamiento, puede contribuir a que el pronóstico sea más favorable.