Manuela Martín
Salud
Si te duele una costilla… hincha un globo
Ante una lesión de costilla es importante respirar profundamente para evitar una neumonía
Si tienes un fuerte dolor en una costilla porque has sufrido una caída, te has dado un golpe o bien has pasado un fuerte catarro cuya tos te ha provocado alguna lesión, toma nota de estos consejos para aliviar el dolor en esa zona.
Una magulladura en la zona de las costillas puede provocarnos un moratón y, en el caso de mayor gravedad, podría dar lugar a la rotura de algún hueso e incluso daño en alguno de los órganos cercanos.
Una lesión moderada en una costilla puede provocarnos un fuerte dolor e hinchazón. Es muy probable que sintamos molestias tanto al movernos como al descansar, mientras respiramos, tosemos, nos reímos o estornudamos.
Normalmente, las causas más comunes de las costillas magulladas son los accidentes de tráfico, las caídas, las lesiones deportivas e incluso la tos severa o prolongada.
Las lesiones de costilla, tanto en el caso de una magulladura como de una fractura, suelen tener el mismo tipo de recuperación: tiempo. Sin embargo, en el primer caso, este será menor, rondando tan solo las 4 o 6 semanas.
Hielo
Entre los consejos para aliviar el dolor, además de los analgésicos que pueda aconsejarnos nuestro médico, podemos aplicar frío en la zona con un poco de hielo. Sin duda, es la mejor forma de reducir la hinchazón. Lo aconsejable es poner el hielo con la ayuda de un paño unas dos o tres veces al día durante 20 minutos en cada ocasión.
Hinchar globos
Debido al fuerte dolor en la zona es habitual realizar una respiración superficial para evitar sufrir. Sin embargo, esto puede provocarnos una neumonía. Para evitar caer en esta práctica, se aconseja realizar ejercicios de respiración profunda.
En casa, podemos hacernos con un globo para ayudarnos a realizar ejercicios lentos de respiración profunda. Hincharemos el globo lentamente unas 10 veces cada hora.
También es aconsejable toser varias veces al día para evitar que la mucosidad se asiente en los pulmones. En alguna ocasión es posible que su médico le haga soplar en un espirómetro para medir la cantidad de aire que mueve con cada respiración y así ir viendo la capacidad de respirar con normalidad y, por lo tanto, el avance de la lesión.
Otro de los consejos a la hora de realizar las respiraciones profundas es sostener una almohada contra la costilla para que estas sean menos dolorosas.
Mientras persista el dolor, se debe evitar cargar peso para no aumentar el problema.
En el caso de que el dolor persista por mucho tiempo o venga acompañado de cualquier otro síntoma como fiebre, es importante acudir al especialista para una evaluación.