Violeta Qi
Salud
El truco para mantener la cadena del frío y evitar la contaminación de alimentos en verano
Recomendaciones de una nutricionista

La nutricionista Ainhoa Garde, del Área de Obesidad de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), subraya que en verano “la temperatura ambiente se convierte en un caldo de cultivo para bacterias, por lo que es fundamental mantener la cadena de frío para evitar la contaminación de los alimentos”. Además, recomienda consumir frutas, verduras, proteínas y cereales de temporada, que aportan frescura, sabor y ayudan a la hidratación.
Para garantizar esa preservación en los alimentos, Garde propone tres recomendaciones básicas:
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Organizar la compra para que el traslado sea lo más breve posible.
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No descongelar productos a temperatura ambiente, sino siempre en el frigorífico.
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Extremar las precauciones con alimentos sensibles como el jamón cocido, la carne picada, la carne de ave o las ensaladas envasadas.
Los especialistas aconsejan adaptar la alimentación a temperaturas altas y a un cambio en el estilo de vida. Garde también afirma que “conviene aprovechar los alimentos de temporada que, además de ser más económicos y sostenibles, resultan más apetecibles por su frescura y contenido en agua" como frutas como el melón, la sandía, la cereza... y verduras como el pepino, la lechuga, el tomate, entre otros. Estas combinaciones permiten crear “miles de platos equilibrados”, mientras que la fruta, por su versatilidad, “puede consumirse entre horas, como postre o incluso en platos principales, aportando sabor y color”.
La experta insiste también en la hidratación: “Frutas como la sandía, el melón o las fresas, y verduras como el pepino, la lechuga o el tomate ayudan a mantener una correcta hidratación gracias a su alto contenido en agua”, señala. .
Por último, Garde matiza que “no se trata tanto de prohibir alimentos concretos, sino de evitar patrones alimentarios poco saludables”. Recomienda reducir el consumo de grasas saturadas, harinas refinadas y ultraprocesados, y basar la dieta en “verduras, frutas, pescados blancos y azules, carne magra, huevos, legumbres, lácteos naturales, cereales complejos y grasas saludables como los frutos secos o el aceite de oliva”.
Con estas medidas, mantener una alimentación equilibrada, segura e hidratante este verano no solo es posible, sino también una oportunidad para mejorar los hábitos alimentarios y cuidar la salud.