
Verano y alzhéimer: 5 consejos para disfrutar de las vacaciones
Es importante crear rutinas adaptadas y buscar apoyo para garantizar tiempo de descanso

Con la llegada del verano, también se acercan las vacaciones: la rutina se relaja y da paso al tiempo libre para desconectar y compartir momentos con familiares y amistades. Sin embargo, para las personas con alzhéimer y sus cuidadores/as, esta época puede suponer un reto, ya que los cambios en los hábitos cotidianos pueden alterar el bienestar y el equilibrio de quienes padecen la enfermedad.
Durante el periodo de vacaciones, el papel de las familias es clave. Según los datos disponibles, en más del 80 % de los casos de alzhéimer es el entorno familiar quien asume la atención y los cuidados. Tal y como explica Sandra Poudevida, psicóloga y terapeuta de la Fundación Pasqual Maragall: "La persona que cuida puede experimentar lo que se conoce como 'sobrecarga del cuidador', manifestada en síntomas como el agotamiento, la desorganización, los sentimientos de culpa y la irritabilidad. Reconocer estos signos es clave para ofrecer un apoyo adecuado y prevenir el desgaste emocional".

En este sentido, la Fundación Pasqual Maragall ofrece una serie de recomendaciones pensadas para facilitar el día a día de las personas con alzhéimer y sus cuidadores/as con el objetivo de afrontar este periodo de manera más ligera y con más seguridad:
- Planificar las vacaciones con tiempo. Viajar durante las vacaciones puede ser una buena manera de desconectar, pero hay que tener en cuenta algunas consideraciones si se hace con una persona con alzhéimer. Escoger un destino tranquilo o un lugar familiar puede ayudar a reducir la confusión y la angustia. A la hora de planificar el viaje, es importante priorizar alojamientos accesibles y optar por un trayecto tranquilo, con paradas regulares en caso de desplazarse en coche. Si el trayecto (sea en coche, avión o tren) se hace con una tercera persona, ayudará a controlar situaciones de una forma más distendida.
- Buscar apoyo en familiares y profesionales. Especialmente en periodos como el verano, es esencial no asumir esta responsabilidad en solitario. Compartir las tareas con otros miembros de la familia, organizar turnos o pedir ayuda puntual puede aligerar la carga emocional y física. Además, recurrir a servicios profesionales como centros de día, atención domiciliaria o grupos de apoyo puede aportar descanso al cuidador/a y, al mismo tiempo, garantizar una atención de calidad. No se trata sólo de buscar ayuda cuando ya no se puede más, sino de anticiparse y tener una red de apoyo activa y confiable.
- Dejar instrucciones claras. Proporcionar indicaciones simples y fáciles de seguir puede ayudar a reducir la confusión. Recursos como notas escritas, listas de tareas o recordatorios de las actividades diarias (de una en una) son herramientas útiles para guiar en el día a día y reforzar su autonomía.
- Crear rutinas adaptadas. Mantener una rutina durante las vacaciones es beneficioso para las personas con alzhéimer. Es importante organizar el día a día con horarios y actividades similares a los habituales, especialmente en cuanto a los momentos de las comidas y del descanso.
- Cuidarse uno mismo. El autocuidado no es un acto de egoísmo, sino una forma esencial de sostenibilidad emocional. Por ello, es fundamental garantizar un buen descanso, dedicar tiempo a actividades que nos gusten y mantener hábitos saludables como una alimentación equilibrada y un sueño adecuado. Valora hacer pequeñas actividades placenteras cada día.
La Fundación Pasqual Maragall ofrece todos estos consejos y mucha más información sobre la enfermedad en su blog.
Asimismo, para seguir acompañando a los cuidadores y cuidadoras de personas con alzhéimer, la Fundación ofrece el programa en línea Aprende a cuidar y a cuidarte, una iniciativa que da apoyo emocional y formación a estas personas, y que desde 2021 ya han organizado 87 grupos, con más de 800 personas cuidadoras asistentes.