Sábado 7 de agosto de 2021
ACTUALIZADO : Miércoles 17 de noviembre de 2021 a las 16:30 H
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‘Dejar las cosas atadas’ se suele decir. Hacer testamento es cada vez más habitual. Poco a poco, España va superando ese tabú que nos lleva a evitar hablar de la muerte, y ser poco previsores con lo que ocurrirá el día que ya no estemos. Pero este cambio, se produce muy lentamente. Aún son muchas las personas que mueren sin haber dejado hecho testamente. Una gestión sencilla y que evita costes a la familia, quebraderos de cabeza y, en ocasiones, conflictos. Porque, en efecto, las herencias, pueden provocar conflictos hasta en las familias mejor avenidas.
Cuando una persona muere sin dejar testamento hecho, sus herederos deben realizar una declaración de notoriedad de herederos abintestato para poder hacerse con los bienes del difunto. Se trata de un documento que también elaboran los notarios, pero que complica las gestiones y eleva considerablemente los gastos para esos herederos.
El año pasado, en 2020, se realizaron 84.710 declaraciones de notoriedad para herederos abintestato. Un año marcado por la pandemia y por la parálisis de la actividad entre marzo y junio. En 2019, se realizaron 92.525 declaraciones y este año, en el primer trimestre, ya se han realizado 22.822, según las estadísticas de las Notarías.
Por desgracia, no existe una estadística oficial para conocer el porcentaje que suponen las herencias sin testamento en relación al total de fallecidos. La tentación de cruzar los datos de fallecidos del INE, con los datos de declaraciones de herederos es grande. Hacerlo apuntaría a que cerca de un 20% de los fallecidos, lo hace sin herencia. Pero podría ser una cifra errónea, porque esos datos no se pueden comparar.
Desde el Consejo General del Notariado, su portavoz, María Teresa Barea, nos explica con un par de ejemplos de su propia notaria, en Granada capital, por qué estos datos no se pueden cruzar. “Esta semana he realizado dos declaraciones de herederos. La primera era de un hombre fallecido en diciembre pasado, que su familia se ha puesto en marcha relativamente rápido, y aun así, a efectos estadísticos, hablamos de una persona fallecida en 2020, una declaración de herederos hecha en 2021, y una escritura que herencia que aún no se ha hecho, aunque probablemente se haga también este año”, nos explica a 65yMás. “Pero es que esta misma semana he hecho otra declaración de herederos en la que el causante era una persona que murió en 1973”, advierte Barea. “Esto pasa con relativa frecuencia. En este caso era un padre de familia que murió joven, y que sus hijos no han hecho ese trámite hasta que no ha fallecido también su madre. Pues casos como este, son frecuentes, y rompen toda la estadística”, añade.
Sin cifras precisas acerca de cuántas personas mueren sin dejar testamento, solo tenemos la experiencia de los notarios, por lo que pasa en sus despachos día a día.
“Mi percepción es que, cada vez más, la gente tiene cultura de hacer testamento, y conciencia de la importancia que tiene. Cuesta, porque es un tema cultural, pero yo creo que hoy las personas, y cada vez más jóvenes, tienen el conocimiento de lo importante que es hacer testamento”, dice María Teresa Barea, quien, además de portavoz del Consejo General del Notariado, es buena representante de la actividad de las notarías en España. La suya, es una notaría de tamaño medio en una capital provincia, Granada. “Antes, o se moría sin hacer testamento, o se esperaba a ser muy, muy mayor, o estar muy enfermo, para hacer testamento. Ahora ya eso va cambiando. Vienes personas jóvenes y de mediana edad”, asegura.
Cuando muere un familiar es necesario hacer una consulta al registro general de últimas voluntades para saber si hizo testamento. De ser así, se notificará el notario que lo custodia al que habrá que acudir para disponer de una copia y saber qué hemos heredado.
“Una primera ventaja, menor, pero práctica, es que cuando hay testamento, ya no tienen que hacer acta de declaración de herederos, sino que se puede acceder directamente a los trámites de la adjudicación de la herencia. Hacer declaración de herederos es un trámite más largo, más costoso en dinero, y más farragoso, porque exige una serie de documentación del registro civil y testigos”, nos explica Barea.
No hacer testamento puede dejar con las manos prácticamente vacías y sin casa a la pareja. En el caso de parejas de hecho, pero también de matrimonios. Pueden ser los suegros del viudo o viuda quienes se queden con los bienes del fallecido. “El derecho común el cónyuge viudo queda escasamente protegido por la ley. Casi todo el mundo casado que hace testamento lo utiliza para proteger más a su cónyuge”.
En la mayor parte de España, donde se aplica el Código Civil, existe la legítima, es decir la parte de una herencia que no puede ser repartida como se desee. “La ley impone una serie de límites, las legítimas, que hay que respetar. Pero dentro de esos límites, hay posibilidades de adaptar la sucesión a las circunstancias de la familia y a las necesidades de los herederos, dice María Teresa Barea. “En el derecho común, con el código civil en la mano, de la sucesión del que se muera primero, al cónyuge le corresponde el usufructo de un tercio. El testamento se utiliza, normalmente, para ampliar ese usufructo al 100% de la herencia. De esa manera, garantizas que nadie puede poner en duda el derecho del cónyuge viudo a vivir en la casa familiar, garantizas que no se puede vender nada ni hipotecar nada sin que el cónyuge viudo de su consentimiento. Esa protección es muy importante”, añade.
Desde el Consejo General del Notariado nos dan otro ejemplo: “un matrimonio que no tiene hijos. Si le pasa algo a uno de los dos, la gente piensa que el cónyuge hereda. Y no es así, quienes heredan son los padres del cónyuge fallecido. Por eso las personas casadas que no tienen hijos son las que con más urgencia deben hacer testamento”.
“La declaración de herederos es un documento que también hacemos los notarios. Cuando se trata de herederos directos, cónyuge, hijos y padres, no es un trámite muy complejo” explica María Teresa Barea. “Pero cuando son colaterales, es decir, cuando los que heredan son ya tíos, sobrinos o primos, la complejidad de esa declaración de herederos se multiplica.” Y es que el notario debe ir descartando a todos los familiares que están dentro de los grados anteriores y del cuarto grado. “Y eso implica pedir certificados en el registro civil de nacimiento, defunción y matrimonio de todas esas personas. Tener que pedir hasta 30 certificados, que pueden estar en lugares destinos, que hay que recordar todas las fechas de defunción… puede llegar a ser una locura”. Un testamento, evita todo eso.
