Sociedad

"Muchos estudios sobre violencia de género no entrevistan a mujeres mayores. Eso es edadismo"

Pablo Recio

Foto: Pexels.

Madrid, Martes 19 de febrero de 2019

ACTUALIZADO : Madrid, Martes 19 de febrero de 2019 a las 0:29 H

5 minutos

La experta Montserrat Celdrán habla de la violencia de género en la tercera edad

"Muchos estudios sobre violencia de género no entrevistan a mayores. Eso es edadismo".
Pablo Recio

Foto: Pexels.

Madrid, Martes 19 de febrero de 2019

5 minutos

Según el estudio de la Universidad Pontificia de Comillas La violencia en mujeres mayores de 60 años de 2018, el 20% de las mujeres encuestadas (74 años de media y una muestra de 840 de la Comunidad de Madrid) afirmaba que no denunciaría a su agresor si sufriese maltrato y el 14% no se lo contaría a nadie. Asimismo, el 40% respondieron que conocían a una mujer víctima de maltrato entre sus familiares o amigos y el 86% comentaban que, muchas veces, las situaciones de violencia de género quedaban ocultas. Y es que, como afirma el estudio, la violencia de género en personas mayores es un fenómeno del que se habla poco y hay menos datos. Para tratar de arrojar luz y entender cuáles son las causas, consecuencias y políticas que se pueden llevar a cabo para acabar con esta lacra, 65ymás ha conversado con la experta en temas de violencia de género, doctora y profesora de psicología de la Universidad de Barcelona, Montserrat Celdrán.

¿Qué características propias tiene la violencia de género hacia mujeres mayores?

El problema es que se pueden mezclar dos realidades paralelas. Por una parte, existe el maltrato al mayor con demencia o en situación de dependencia. En este caso, suele haber más mujeres (sobre todo debido a una mayor esperanza de vida), pero también hay casos de hombres que sufren esta violencia. La otra variable, que no se tiene tanto en cuenta, es la violencia dentro del seno de la pareja heterosexual mayor. Sus características son muy similares al maltrato en parejas más jóvenes. La mayor diferencia entre ambas es el factor tiempo: suelen ser situaciones de 30 o 40 años de violencia continuada. Además, en muchos casos, los cuidados también entran en juego como un factor añadido. Es decir, cuando el maltratador empieza a sufrir dependencia o demencia, las mujeres se ven en la situación de tener que hacerse cargo de su pareja.

¿La violencia suele venir entonces de lejos?

Sí y no. La mayoría de las personas mayores han vivido mucho tiempo en pareja puesto que se casaban jóvenes y mantienían la relación durante años. La violencia por tanto se mantiene en el tiempo. En el caso de las nuevas generaciones, se dan un mayor número de divorcios, pero eso no quita para que una mujer de 50 años comience una nueva relación y sufra maltrato. Actualmente, hay una mayor diversidad de casos.

Faltan datos...

Lamentablemente hay pocos. En muchos estudios sobre la violencia de género se ponen límites de edad a la hora de encuestar (60 o 65 años, normalmente). Es una práctica edadista. En las encuestas de los ministerios, a partir de una edad, ya no hay datos, porque no se han recogido.

Con la información existente, ¿por qué las mujeres mayores denuncian menos?

Se normaliza la situación. Piensan: “Esto es lo que toca. Las relaciones de pareja son así”. Si se asume esta lógica con 35 o 40 años es probable que con más de 70 se haga poco para solucionar el problema. También se crean dependencias y el maltratador suele aislar a la víctima. Se empieza con: “No salgas con esas personas o no hagas tal cosa”. La mujer siempre suele ir acompañada de su pareja y se crea un sentimiento de soledad. Además, hay miedo a denunciar por el qué vendrá. La violencia suele expulsar a la víctima de su hogar y “el premio” suele ser un centro residencial, sin querer desmerecer a estos centros. Por último, está el sentimiento de culpa. Se reproducen frases como: “No hago bien las cosas, es normal que, al final, me grite”.

¿Qué consecuencias específicas tiene la violencia de género sobre las personas mayores? ¿Son un colectivo más vulnerable?

Son 30 o 40 años en situaciones de estrés permanente. No sólo es la posibilidad de que haya maltrato físico sino también afecta en ella la sobrecarga que suponen estas situaciones para la mujer. Se dan casos de enfermedades crónicas que surgen a raíz de las experiencias vividas por la víctima a lo largo de su vida, debido a que el sistema inmunológico cae. Son comunes los casos de depresión o la ansiedad. Y, además, el maltrato físico continuado durante la etapa adulta afecta al cuerpo de la mujer mayor y fomenta su fragilidad.

¿Es representativo el número de asesinatos machistas en la vejez?

Es difícil de cuantificar realmente. Hay casos en los que muere la mujer y el hombre mayor y se suelen dar explicaciones como: “No tenían recursos. El hombre ya no podía con el cuidado”. Al registrarlo como otro tipo de muerte, se dificulta el poder saber si existía una situación de violencia o, simplemente, el cuidador no podía más y acabó con la vida de las dos personas.

¿Qué se puede hacer para tratar de acabar con la violencia de género en la tercera y cuarta edad?

Hay distintas acciones que se pueden llevar a cabo. Lo primero es visibilizarlo. Luego, se podría crear un teléfono específico para las personas mayores. En países nórdicos, existen grupos de apoyo creados a través de ese número y se reúnen para hablar. No es tanto para solucionar directamente el problema sino más un desahogo para encontrar, posteriormente, vías para una posible solución. Asimismo, se debería formar a los profesionales teniendo en cuenta la perspectiva edad. Es importante que haya un buen servicio de atención primaria que pueda ayudar a las personas mayores tanto en situaciones de soledad como de maltrato. Hay asociaciones o entidades, como Cruz Roja o Amigos de los Mayores, que ayudan y se debería ampliar la red. También es importante que haya una reacción por parte de la sociedad: todos vamos a envejecer. O, incluso, de las propias familias. En ese aspecto, juegan un papel importante los nietos: hay casos en los que la madre reacciona frente a una situación de maltrato en sus padres porque los hijos se ven involucrados. Los nietos sirven para dar una llamada de aviso de que algo está pasando. Aún así, queda mucho por hacer para visibilizar más este problema.  

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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