Sociedad

No es país para viejos… conductores

José María Cernuda

Domingo 24 de febrero de 2019

ACTUALIZADO : Miércoles 4 de marzo de 2020 a las 10:08 H

8 minutos

Los conductores mayores, los grandes ignorados por las marcas de coches y sus campañas de marketing

No es país para viejos… conductores
José María Cernuda

Domingo 24 de febrero de 2019

8 minutos

Cuando nos acercamos a la edad de jubilación tenemos en el horizonte cercano tres variables que queremos dejar resueltas: pensión, vivienda y salud. Los afortunados que no pierden el sueño por estas cuestiones se plantean otras iniciativas de futuro entre las cuales se encuentra indiscutiblemente el cambio de coche.

A lo largo de nuestra vida laboral ya hemos pasado por una serie de etapas, que bien conocen los expertos en marketing y que sin duda han motivado las compras anteriores: el primer coche de nuestra juventud; el coche de la pareja joven y dinámica; el vehículo ideal para la familia con hijos; el vehículo de representación del hombre triunfante… todas las marcas se afanan en ofrecer distintas alternativas para cada uno de los targets con los que vamos llenando casillas de la vida laboral. La publicidad y la Comunicación corporativa nos inunda de mensajes inteligentemente diseñados para todos y cada uno de los “nichos de mercado” en el que, queramos o no, nos encasillan desde la primera nómina. ¡O no! Porque la verdad es que hay un gigantesco nicho (que poco afortunada palabra) que los expertos no han considerado; o si lo han considerado bien se han ocupado en mantenerlo oculto: el del coche para los integrantes de la mayor empresa del país, los pensionistas.

Como si fuera una maldición, nadie en su sano juicio quiere bautizar a su vehículo como “diseñado para su jubilación”. Y bien que se equivocan, porque en este hipotético mensaje se encierran casi todas las virtudes que debe reunir un producto tan sofisticado como un automóvil: fiabilidad, seguridad y economía de uso. Es curioso que los expertos en marketing se afanan en enlazar sus productos con definiciones muy meridianas pero luego se molestan cuando la sabiduría popular identifica a un modelo con una definición. Recuerdo en enfado en Renault cuando los franceses bautizaron el modelo Fuego como “el coche de los peluqueros” o el mucho más justificado rebote en Porsche con su modelo 928, que en Alemania identificaban con las señoritas de compañía.

Así pues no desvelamos ningún secreto al afirmar que, ante la proximidad de la jubilación, son muchos los conductores que se plantean la sustitución de su coche con la idea en la cabeza de que va a ser ya su coche definitivo, con el que recorrer su nueva etapa de júbilo.

Y la elección no es nada sencilla. En estos momentos, en España hay 56 marcas de automóviles que venden más de 250 modelos distintos y cerca de 4.000 versiones de carrocería, motor y equipamiento. No hay mucha gente que pueda aconsejarnos cuál es el modelo más adecuado a nuestras necesidades, nuestra economía y nuestro gusto, que son los tres parámetros irrenunciables para nuestra elección. Decenas de medios de comunicación especializados, buscadores de internet, aplicaciones, youtubers e influencers van a intentar ayudarnos en el proceso comparativo entre unos modelos y otros. Al final, la decisión siempre tendrá un poco (o un mucho) de riesgo y un mucho (o un poco) de ilusión. En Medicina y ante Hacienda, déjese siempre influir por un experto; pero al comprar un coche, hágale caso a su pareja y compre siempre lo que le guste.

Y para complicarle más la elección, le apunto una serie de reflexiones (que no consejos) que debe hacerse uno mismo y dadas no tanto desde la experiencia sino desde el sentido común.

NO A LOS GRANDES CAMBIOS. Aunque las tecnologías han avanzado excepcionalmente, este no es el momento de iniciarse en la utilización de algunas de ellas. Si lleva 40 años conduciendo un coche manual, no es la mejor idea pasarse a un automático. Aunque hoy día esta tecnología es muy superior a la de las transmisiones manuales. Pero, como en todo, la caja automática y la ausencia de embrague, necesita de un cierto periodo de adaptación que los hábitos muy arraigados complican.

COCHE PEQUEÑO MEJOR QUE GRANDE. Mil veces hemos escuchado lo de “caballo grande ande o no ande”, en la absurda creencia de que un coche grande es más seguro que uno pequeño. Si ya sé que siempre me rebaten que cuando choca un camión contra un turismo, el peor librado es el turismo. Sin entrar en teorías de disipación energética y andar explicando las deformaciones programables, lo cierto es que la seguridad de un vehículo viene determinada por decenas de parámetros, independientes de su masa. Un organismo europeo independiente (EuroNcap) se encarga de hacer públicos los resultados de los test de seguridad otorgando una valoración de estrellas a cada nuevo modelo. Y la realidad es que la mayoría de los coches obtienen el máximo de 5 estrellas.

Por lo tanto, la única razón para elegir un tamaño u otro debe ser la necesidad de espacio. Y cuanto menos tamaño y peso mejor será el consumo de combustible, la estabilidad, la frenada o el desgaste de neumáticos.

LOS SUV, OPCIÓN A ESTUDIAR. En los últimos años los SUV (Sport Utility Vehicle) se están imponiendo. Nacieron como vehículos para utilización fuera de carretera, pero eso hoy día ha pasado a ser secundario. Hasta el extremo de que son ya muchos los SUV que no disponen de transmisiones para su uso en suelos de baja adherencia. Pero presentan una faceta muy interesante para los que ya tenemos uno años: su puesto de conducción elevado. Se entra y sale mejor del coche y se tiene una mejor visión periférica. Y como el girar la cabeza para ver el espacio de aparcamiento ya nos va costando, si el SUV tiene cámara posterior, mucho mejor. Si no es así, también es recomendable los avisadores de distancia para aparcar, que son ya equipo de serie en la mayoría de coches nuevos.

LA ELECCIÓN DEL EQUIPAMIENTO. La lista de elementos opcionales que incorporan los vehículos modernos es interminable. Es muy difícil saber cuáles valen la pena (la “pena” es su precio) y cuales son perfectamente descartables. Ya escribíamos  hace un momento que no somos muy partidarios de grandes cambios, pero eso no significa que no debamos aceptar diferentes elementos de ayuda y confort. Los navegadores son ya de uso imprescindibles y cada vez más intuitivos de manejo. Las pantallas son también enormes, lo que no está nada mal si no nos obligan a separar la vista de la carretera. Personalmente somos muy partidarios de los sistemas de proyección de la información en el parabrisas. La conexión a internet es interesante, pero solo para aquellas personas que ya estén habituadas al empleo de aplicaciones. Y en todo caso, siempre a través de órdenes de voz y manos libres.

Todo lo que ayude a la conducción bienvenido sea: aviso de cambio involuntario de carril, eliminación de ángulos muertos, identificación de señales… hay muchas cosas interesantes.

Otra cosa es el control de velocidad de crucero. Es un invento extraordinario que recomiendo a todo conductor. Proporciona seguridad y evita muchas multas por distracción. Pero al igual que las transmisiones automáticas exige un periodo de adaptación. Siempre me ha extrañado el poco uso que se le da pese a que la mayoría de los coches modernos lo incorporan. Mal futuro tiene el coche automatizado si nos atenemos a estas primeras experiencias. Lo cierto es que la sensación de que el coche no reduce su velocidad al levantar el pedal del acelerador es extraña hasta que nos habituamos… y hay quien nunca llega a familiarizarse y sentirse seguro con el sistema. Con más razón los sistemas de mantenimiento de la distancia al coche que nos precede, que hace que la conducción sea bastante extraña. Por lo tanto, si somos poco amigos de los grandes cambios, estos sistemas que “conducen por nosotros”, aunque sean muy seguros y recomendables, podemos ponerlos en solfa.

En cuando a la gran incógnita del tipo de motorización mas recomendable, motores térmicos, eléctricos o mixtos, su extensión nos recomienda dejarlo para un nuevo capítulo.

Estos días se habla de…

  • La OCU ha puesto el dedo en la llaga al denunciar que la etiqueta ecológica es claramente discriminatoria: no contaminan menos los coches con la etiqueta Cero Emisiones. Hay también un severo perjuicio a los coches modernos y más modestos, castigados en su movilidad  y en sus fiscalidad. Ya se sabe que el reino de los cielos es para los ricos, aunque algún pobre llegue al paraíso.
  • El gobierno rectifica y da marcha atrás en su deseo de prohibir la venta de vehículos con motores de combustión (diésel) en 2040. Esta fecha es un “horizonte negociable” dentro de la Ley del Cambio Climático. Lo cierto es que todas las asociaciones profesionales se han manifestado en contra de medidas tan drásticas, si bien admiten la necesidad de ir armonizando medidas restrictivas de la contaminación por combustibles fósiles.
  • La cita más importante del año es el Salón de Ginebra, donde suelen presentarse todas las novedades del curso. Este año tiene  lugar entre el 7 y el 17 de marzo. Y entre las novedades más importantes cabe señalar el BMW Serie 7, Kia XCedd, Opel Zafira y Skoda Superb. Pero sin duda los dos polos de atracción serán el nuevo Renault Clio, que cumple su quinta generación y el esperadísimo Volkswagen Golf que va ya por la octava versión desde que apareciera en 1974.
  • Seguimos hablando de veteranos. El récord lo tiene el Toyota Corolla, que nació  en 1966 y acaba de presentar su duodécima versión. Es el coche más fabricado de la historia. El nuevo Corolla se ofrece en tres versiones de carrocería y con motores de gasolina térmico e híbrido. En España está ya disponible en los concesionarios con precios desde 21.150 euros.

Sobre el autor:

José María Cernuda

José María Cernuda es Licenciado en Periodismo. Inició su andadura profesional en Faro de Vigo. De regreso a Madrid, formó parte del equipo de Triunfo y Hermano Lobo para ingresar posteriormente en ABC (1973) y Gaceta Ilustrada en los años de la Transición. A partir de 1978 se especializa en información del motor, creando la primera sección sobre automóviles en ABC. Tras un periodo en Auto Revista como director de la publicación, se incorpora al grupo de revistas de Motor Press, como director de Automecánica y redactor jefe de Autopista. En 1987 forma parte del equipo fundador de Motor 16 donde permanece durante 15 años como redactor jefe y director adjunto hasta el año 2003, cuando se incorpora al Departamento de Comunicación de Volkswagen-Audi. Después de tres años regresa al periodismo activo para encargarse de la sección del Motor en diversas publicaciones digitales compaginando su colaboración con diversas actividades en el ámbito de la Comunicación y Relaciones Públicas, publicaciones y ediciones sobre temas históricos.

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