Tecnología

¿Es posible que la tecnología ayude a frenar el desperdicio alimentario?

Carlos Losada

Foto: Microsoft

Miércoles 31 de julio de 2019

5 minutos

Al año se desechan unas 1.300 millones de toneladas de alimentos en todo el mundo

¿Puede la tecnología frenar el desperdicio alimentario?
Carlos Losada

Foto: Microsoft

Miércoles 31 de julio de 2019

5 minutos

Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la ONU (@ONU_es) es “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”. Según cifras de la organización “se estima que 795 millones de personas sufrían de desnutrición crónica en el año 2014. Más de 90 millones de niños menores de 5 años tienen un peso peligrosamente bajo y 1 de cada 4 personas pasa hambre en África”.

Esta situación contrasta con la cantidad de comida que se desperdicia y se tira en todo el mundo. Solo en Europa, la cifra asciende a 88 millones de toneladas al año, es decir, el 30% de los alimentos, según la European Food Safety Authority (@EFSA_EU ‏). Esto no solo tiene un coste excesivo de 143.000 millones de euros, sino que además choca de lleno con la búsqueda de un mundo más justo y con otro de los ODS de la ONU: “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”. Las Naciones Unidas apuntan que "cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos mientras que casi 2.000 millones de personas padecen hambre y desnutrición”.

La ayuda de la tecnología

El camino para evitar en la medida de lo posible cifras tan alarmantes pasa por al utilización de la tecnología en todos los espectros de la cadena alimentaria. Desde soluciones de Inteligencia Artificial que racionalizan tanto la producción como el envasado, hasta mejoras en el transporte de alimentos, cualquier solución es bienvenida para frenar un problema que puede empeorar con el continuo crecimiento de la población mundial (y por lo tanto, de su necesidad de alimentarse).

Inteligencia Artificial

La capacidad de aprendizaje que tiene la tecnología se antoja clave para reducir la cantidad de comida desechada. Internet de las Cosas hace posible que los objetos hablen entre sí (es lo que hacen en tu casa cuando regulan la temperatura teniendo en cuenta el calor o el frío que hace en el exterior). En ese diálogo son capaces de aprender y tener en cuenta las diferentes vicisitudes existentes en un proceso de fabricación.

Desperdicio de alimentos

Un buen ejemplo de esta práctica es el que ha realizado DVNutrition con tecnología de Microsoft (@MicrosoftES). Esta empresa dedicada a la producción de proteínas de suero y derivados ha combinado la experiencia de sus operarios con información basada en datos y analítica predictiva para poder ralentizar e incluso detener la producción cuando se llena el tanque de almacenamiento. Esto significa que el proceso de fabricación de DVNutrition está alineado directamente con su capacidad de almacenamiento, mitigando el riesgo de sobreproducción y minimizando el desperdicio. “Mediante la IA, conseguimos que nuestros operarios sean aún más productivos facilitándoles datos relevantes e inequívocos. De esta forma podemos afinar continuamente nuestros procesos de producción y mejorar la calidad de nuestros productos”, asegura Marcel Boon, director general de DVNutrition.

Relacionado con Microsoft y la Inteligencia Artificial también encontramos otro ejemplo en la empresa TetraPak (@TetraPak), dedicada al envasado de alimentos. En esta compañía tienen en cuenta que la calidad y apariencia de los envases es una de las principales causas del desperdicio de alimentos para el usuario final. Por ello están desarrollando sistemas que funcionan con IA, uno de los cuales saca fotografías de cada uno de los envases que sale de la línea de producción y lleva a cabo un análisis para reducir los fallos.

¿Es posible que la tecnología ayude a frenar el desperdicio alimentario?

“Una sola máquina fabrica unos siete envases por segundo, lo que hace que la inspección manual individual de cada envase resulte inviable”, explica Johan Nilsson, vicepresidente de soluciones industriales y digitales 4.0 de Tetra Pak. “Con esta tecnología, tanto Tetra Pak como sus clientes pueden garantizar la calidad y la apariencia que se les exige a nuestros envases”.

Por otro lado, la inteligencia artificial también está ayudando en la distribución de alimentos. No en vano, resulta clave para que las empresas distribuidoras ahorren en el desplazamiento de sus transportes. Por ejemplo, mediante el uso de sensores, cada una de las furgonetas de reparto que deban moverse por una ciudad, podrá hacerlo de la manera más efectiva posible para que cada alimento llegue a su destino antes. Esto además influye en la huella ecológica, pues los trayectos optimizados provocan un menor consumo de combustible y, por lo tanto, menor contaminación.

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Carlos Losada

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