La Universidad Rural Paulo Freire (URPF) se fundó en el año 2006 con el objetivo de conservar las tradiciones y los saberes populares de las zonas rurales, es decir, la cultura campesina. La sociedad rural combate, sobre todo, la despoblación, pero también las costumbres que llevan años siendo eclipsadas por el mundo moderno, los avances tecnológicos y la movilidad a las ciudades. Este proyecto educativo pretende mantener vivos los pueblos, la agricultura, los ecosistemas y, sobre todo, la creencia de que “vivir en el medio rural merece la pena”.
La URPF cuenta con 9 campus repartidos en toda España, eso sí, alejados de los núcleos urbanos. De esta forma persiguen que los jóvenes tomen conciencia y den el valor que merecen las zonas rurales. Como reza su web, “la cultura campesina, con todas sus contradicciones e imperfecciones, encierra las claves para plantear de manera más correcta la construcción de otros modelos de desarrollo local”.
Igualmente, la Universidad señala que nació como un movimiento social sumado al resto de plataformas y políticas puestas en marcha para “reivindicar la existencia y mejora de sus pueblos”.
Exitazo!!☺️☺️☺️??? Ayer alrededor de 50 chicas y chicos estudiantes de Trabajo Social vinculados a nuestra asociación ...
Publicada por Universidad Rural Paulo Freire 2030 en Miércoles, 17 de marzo de 2021
Sin embargo, Héctor Castrillejo, cofundador del campus en Tabanera de Cerrato (Palencia), explica a ‘El Mundo’ que el término ‘universidad’ es en realidad una metáfora que busca dar a los conocimientos que se imparten la importancia que requieren, los cuales “tienen que ver con lo más básico, con lo que nos une a la tierra: la naturaleza”. En estos centros enseñan las “las sabidurías en peligro de extinción, las sabidurías de la cultura campesina”, explica Castrillejo, teniendo como base la soberanía alimentaria y la democracia cultural. El fundador afirma que los cursos hacen que personas “de las ciudades vengan a formarse aquí” y considera que “ya solo con invertir el flujo, con que la gente de una gran ciudad venga a un pueblo tan pequeñito a recibir una formación de mucha calidad, ya algo cambia en nuestra forma de percibir”.
Aunque la pandemia les ha obligado a suspender las actividades en invierno, 3.000 estudiantes ya han asistido a la Universidad y preveen que en verano sus aulan estarán repletas por nuevos pobladores. La desconexión y la forma de vida que ofrecen estos pueblos con apenas cobertura, atraen a jóvenes que buscan nuevas experiencias lejos de la ciudad.
Los talleres que imparten están relacionados con la bioconstrucción, doma natural, botánica, antropología y recuperación de oficios textiles, entre otros. También promueven actividades como jornadas de reforestación y de ocio: documentales, música, cine y juegos populares, que tratan de traer de vuelta la diversión de nuestros antepasados, así como la manera de comunicarse.
Por territorio:
