Sociedad

Valencia podría vivir veranos casi permanentes a finales de siglo por el cambio climático

Alexandra Concepción Pérez-Mancebo

Sábado 22 de noviembre de 2025

3 minutos

El cambio climático podría traer hasta 300 días de calor extremo a final de siglo

Valencia ante el riesgo de un verano permanente. Foto: Ayuntamiento de Valencia.
Alexandra Concepción Pérez-Mancebo

Sábado 22 de noviembre de 2025

3 minutos

Las olas de calor dejarán de ser fenómenos puntuales para convertirse en una constante del clima mediterráneo, especialmente en València, donde los veranos podrían alargarse hasta casi ser permanentes antes de que termine el siglo. Así lo concluye un estudio del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente y del Departamento de Urbanismo de la Universitat Politècnica de València (UPV), publicado en la revista Urban Climate, que analiza la evolución de las olas de calor entre 1979 y 2100.

Según los datos, desde finales de los años 70 la ciudad ha registrado dos episodios más de calor por década y su duración media ha pasado de menos de diez días a casi 25. Pero el escenario más preocupante apunta a que, si las emisiones continúan al ritmo actual, València podría enfrentarse a una “temporada de calor” casi continua, con temperaturas que superen los 50 °C de sensación térmica y hasta seis meses seguidos con riesgo térmico elevado.

Foto: Ayuntamiento de Valencia.
Foto: Ayuntamiento de Valencia.

 

“Estamos viendo cómo los veranos se prolongan y el calor se intensifica. Si no se toman medidas urgentes, podríamos vivir un verano prácticamente infinito”, advierte Ana Fernández-Garza, investigadora del IIAMA y autora principal del estudio. Los expertos han incorporado el índice de calor, que combina temperatura y humedad, y concluyen que el aumento de la humedad amplificará el estrés térmico, elevando el riesgo de golpes de calor, sobre todo entre mayores, niños y colectivos vulnerables.

El análisis contempla tres escenarios: incluso en el más optimista se duplicaría el número de olas de calor; en el intermedio podrían producirse hasta ocho episodios por verano, algunos de más de 30 días y en el más pesimista, la estación cálida abarcaría de abril a noviembre, con olas de calor prolongadas durante casi la mitad del año.

“El número, la duración y la intensidad de las olas de calor aumenta de forma continua. En escenarios de altas emisiones podríamos llegar a los 300 días anuales de calor extremo”, señala Eric Gielen, investigador del Departamento de Urbanismo de la UPV. Ante esta situación, el equipo investigador propone medidas de adaptación como incrementar las zonas verdes, promover cubiertas reflectantes, impulsar refugios climáticos, sistemas de alerta temprana y políticas urbanas centradas en la salud y la equidad climática. “El cambio climático no es un fenómeno futuro, ya está aquí. València debe prepararse para convivir con el calor extremo de forma segura y resiliente”, concluye Gielen. El estudio forma parte del proyecto europeo The HUT, financiado por el programa Horizon Europe.

Sobre el autor:

Alexandra Concepción Pérez-Mancebo

Redactora en prácticas

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