
El cónclave más corto y el más largo: de 10 horas a casi tres años
Miércoles 7 de mayo de 2025
ACTUALIZADO : Miércoles 7 de mayo de 2025 a las 18:14 H
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La elección de Gregorio X duró de 1268 a 1271

Comienza el cónclave: los 20 cardenales favoritos para ser el nuevo Papa
La elección papal más larga de la historia tuvo lugar en 1268 en la localidad italiana de Viterbo y acabó con la proclamación de Gregorio X, el Pontífice que promulgó el 'Ubi Periculum', la Constitución que, al final del Concilio de Lyon II, introdujo por primera vez el término 'Cónclave', del latín 'cum clave', que significa 'cerrado'.
En concreto, este cónclave tuvo lugar entre el 29 de noviembre de 1268 y el 1 de septiembre de 1271 y, como detallan los archivos apostólicos, "tras la muerte de Clemente IV, el 29 de noviembre de 1268, se reunieron en la ciudad del Lacio 20 cardenales electores, pero la asamblea se vio pronto bloqueada por la oposición entre dos facciones, la francesa, formada en su mayoría por cardenales creados por el papa francés Urbano IV, y la italiana, que tenía los números para impedir que el candidato del partido contrario alcanzara los dos tercios".
Por este motivo, "en otoño de 1269, los habitantes de Viterbo encarcelaron a los cardenales en el palacio papal de la ciudad y, en junio de 1270, destecharon la sala, llegando incluso a cortar el suministro de alimentos a los reclusos".
Entre el otoño de 1269 y el verano de 1270, "el número de cardenales electores se había reducido a 16". Finalmente, acordaron celebrar una elección de compromiso: eligieron a seis de ellos con la tarea de acordar el nombre del candidato con el que los demás estarían de acuerdo.
El 1 de septiembre de 1271 tuvo lugar la elección de Tebaldo Visconti, archidiácono de 61 años en Lieja y aún no ordenado sacerdote, amigo de santo Tomás de Aquino y de san Buenaventura de Bagnoregio que, en aquella época, se encontraba en Acre, en Palestina, y llegó a Viterbo en febrero de 1272, cuando aceptó la elección y tomó el nombre de Gregorio X.
Fue coronado en Roma el 13 de marzo de 1272 y, a pesar de no tener experiencia en la Curia, contaba con un gran conocimiento de la situación política en Europa y Tierra Santa. Como recuerda Vatican News, la experiencia de su elección al trono pontificio impulsó a Gregorio X a reorganizar este proceso.
Tumba del papa Gregorio X, catedral de San Donato, Arezzo
"La Constitución Ubi Periculum del 16 de julio de 1274, aprobada en la 5ª sesión del Concilio de Lyon II, encontró una fuerte resistencia por parte de la mayoría de los cardenales, pero los Padres conciliares votaron a favor de la propuesta del Papa. Por primera vez, se introdujo la palabra 'Cónclave', que indica un lugar cerrado: la sala donde los cardenales debían reunirse para elegir al Papa", relatan los archivos.
De este modo se estableció que, si tres días después de la entrada de los cardenales en el cónclave, la elección no había tenido lugar, "la consistencia de las comidas a los cardenales se reduciría de dos a un plato durante los cinco días siguientes". "Si después de estos cinco días todavía no habían llegado a la elección, las comidas se reducirían sólo a pan, agua y vino hasta la elección. También se estableció que durante el cónclave los cardenales no recibirían ningún emolumento de la Cámara Apostólica", prosigue el texto.
En el registro papal, los Padres conciliares escribieron: "Suplicamos a los mismos cardenales que reflexionen atentamente sobre el deber que pesa sobre ellos cuando se trata de elegir al vicario de Jesucristo y sucesor de Pedro, cabeza de la Iglesia universal y guía del rebaño del Señor. Habiendo renunciado a toda pasión privada, que no miren tanto a sí mismos. Que nadie más que Dios influya en su juicio en la elección".
"Que busquen sin temor lo que es de utilidad común, procurando sólo apresurar una elección útil y muy necesaria, y dar a la misma Iglesia un digno esposo. Los fieles no deben confiar tanto en una elección solícita, sino más bien en el poder intercesor de la oración humilde y devota", concluyen.
Fumata blanca a la primera
Mientras, en la historia reciente de la Iglesia solo ha habido un caso en que la fumata blanca que señala la elección del nuevo Pontífice se haya producido durante el primer día del cónclave. El cardenal italiano Eugenio Pacelli, Pío XII, obtuvo el 9 de octubre de 1958 la mayoría necesaria para su elección en la tercera ronda de votaciones del mismo día en que se inicio la reunión. Pero el más corto duró apenas diez horas y fue en 1492 cuando se eligió al Papa Julio II.

En el último cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI, cuando salió elegido el Papa Francisco, solo se realizó una votación durante la primer jornada que acabó en una fumata negra, en torno a las 20:00 horas. En cualquier caso, en los últimos dos cónclaves –de 2005 y 2013– la elección tuvo lugar al día siguiente del inicio, en 24 horas. En 1978, con la elección de Juan Pablo II, fueron necesarios ocho escrutinios, es decir, fue elegido al final del tercer día.