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El Covid resurge en las residencias tras la sexta ola: "Hay que adelantarse y poner la cuarta dosis"

Pablo Recio

Martes 22 de marzo de 2022

ACTUALIZADO : Viernes 8 de abril de 2022 a las 10:17 H

9 minutos

La comunidad científica debate si es necesario o no este refuerzo para los residentes

El Covid resurge en las residencias tras la sexta ola: "Hay que adelantarse y poner la cuarta dosis"
Pablo Recio

Martes 22 de marzo de 2022

9 minutos

¿Hacia la séptima ola? Varios países europeos registran un aumento de casos tras semanas de bajada

 

La incidencia acumulada en residencias se ha estabilizado en cifras mucho más altas que las que se registran a nivel comunitario.  En concreto, si en España​ ronda ya los 400 positivos por cada 100.000 habitantes, en los centros sociosanitarios no termina de bajar de los 2.000 –podrían ser más en ambos casos, ya que no se detectan todas las infecciones–. 

Y este elevado número de contagios significa que la transmisión sigue siendo generalizada y que todavía queda mucho residente susceptible de infectarse con ómicron​ –durante la sexta ola se han contagiado cerca de 100.000 usuarios sobre un total de 350.000 mayores y personas con discapacidad institucionalizados–.

Por ello, cabe preguntarse si sería recomendable proteger más al colectivo mediante una nueva dosis, puesto que hace ya seis meses que recibieron el primer refuerzo y podrían haber perdido parte de la protección que les confirió dicha inyección. 

Y es que, según gran parte de los expertos consultados, la baja letalidad del virus durante el invierno de 2022 –el 2% en residencias– podría deberse a la mayor levedad de ómicron y a que los mayores tenían la tercera dosis muy reciente –lo que les confería una inmunidad más potente frente a una variante que, de por sí, esquiva parte de la protección que ofrece la vacuna–.

Por esta razón, explican a 65YMÁS, podría ser aconsejable un recuerdo de cara a una posible séptima ola o a una estabilización de los casos, tal y como han hecho otros países como Alemania, Francia e Israel –fue pionero–. 

Además, añaden, quizá está inyección debería ser para todos los mayores de 60 o 65 años, debido al proceso de inmunosenescencia: este colectivo no genera, por lo general, una protección celular y por anticuerpos igual de robusta y duradera que el resto, frente a este virus. 

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Fuente: Imserso. Pincha en la imagen para tener más información.

Cuarta dosis, ¿la solución?

Con todo, por el momento, España sólo ha recomendado la cuarta inyección para personas con cierto tipo de inmunodeficiencia –en línea con la postura de la Agencia Europea del Medicamento y la Organización Mundial de la Salud–, y se desconoce cuándo la prescribirá para otros colectivos.

Un 'retraso', que podría tener sus riesgos, sobre todo, si aumenta de nuevo la incidencia.

Es decir, por una parte, tendría sentido esperar a que se comercialicen nuevas dosis más adaptadas y dar un refuerzo de cara al otoño que sirva contra ómicron y quizá, si hay suerte, frente a nuevas variantes, pero, por otro lado, se corre el peligro de dejar parcialmente desprotegida a la población más vulnerable durante varios meses en los que, probablemente, muchos acaben contagiándose.

Eso sí, actualmente, no todos los huevos están puestos en la cesta de la vacunación: la enfermedad se sabe tratar mejor que antes; existen antivirales en fase incipiente y técnicas de inmunización pasiva; muchos mayores han pasado ya el Covid; los gobiernos, por ahora, no se plantean relajar las medidas no farmacológicas –mascarillas, test, etc.– en residencias, es más, pretenden centrar todos los recursos –a través de la llamada gripalización– en la población mayor; etc.

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¿Qué opinan los expertos sobre el refuerzo?

"He escuchado que seguramente se dará la cuarta dosis a esta población antes de fin de año. Es poco probable que salgan vacunas más específicas contra la ómicron, porque las que ya existen funcionan suficientemente bien. Supongo que es una cuestión de logística, pero lo más lógico sería empezar a poner esta inyección cuatro o cinco meses después de la última", opina el investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip (@DrMacip). 

"Creo que los números en residencias son buenos, pero no hay que olvidar que los mayores que viven allí tienen dos características que los hacen muy vulnerables y que los diferencian del resto de población: 1) inmunosenescencia y un sistema que responde más lentamente y 2) un entorno que facilita la transmisión. Por eso, creo que hay que estar especialmente pendientes y no es descartable que alguna dosis más pueda ser necesaria, aunque sea una protección temporal", indica por su parte el parasitólogo de la Universidad de Valencia, Rafael Toledo (@alfwarrior). 

El inmunólogo Manuel Muro (@manuelmuro5) también se muestra a favor de este refuerzo con la formulación actual de la vacuna para determinados mayores. 

"Se les podría poner la cuarta dosis, ya que algunos habrán hecho una respuesta pobre. Aun así, los datos de Israel no parecen abogar por una protección grande. Es un tema controvertido: en población sana normal desde luego que no la pondría y, en este colectivo, sería aconsejable ver su respuesta individual de anticuerpos y, en caso de estar ausente, reforzarles con una inyección o con inmunización pasiva, tipo Evusheld", recomienda. 

"Es la pregunta del millón. Es bastante complicado de decidir. En algunos países están poniéndola ya directamente y me parece sensato. Creo que en esta pandemia, si hemos pecado de algo, es de ir por detrás del virus y no delante. Desde luego, pienso que se debería inocular a las personas de 80 años y, mientras tanto, ir observando qué pasa con la incidencia y con los mayores de 65 en otros países", comenta la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde).

"Entiendo que la decisión es complicada y que habrá gente que quiera esperar a formulaciones nuevas. Pero creo que debemos ir por delante", señala. 

"Hay bastantes estudios que apuntan que tres dosis de la vacuna, y quizás sólo dos, parecen suficientes para proteger a la mayoría de las personas de desarrollar Covid grave –hospitalización o muerte por covid–. La inmunidad celular parece jugar un papel muy relevante y duradero. Eso no quiere decir que no puedan infectarse, especialmente, cuando ha pasado un tiempo de la vacunación –o la infección–", contextualiza el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró. 

"Es probable que las personas mayores de ¿65? necesiten una cuarta dosis, al menos seis meses después de la tercera –o de haber pasado la enfermedad–. Si hubiera muchas infecciones en esta población acabarán dando bastantes casos graves –aunque en una proporción menor que hasta ahora–", avisa.

Por esta razón, argumenta: "La incidencia se ha estancado en cifra altas –en todos los grupos de edad–, las residencias acaban permeando los casos del entorno en el que están, tienen un ambiente que facilita la transmisión –salvo medidas draconianas a residentes, familias y personal– y fueron las primeras en recibir la dosis de refuerzo, ahora hará cinco meses. Así que una cuarta dosis en residentes es un tema a valorar, aunque no estaría de más hacerlo 'finamente', mediante algún estudio muestral, y ver qué pasa allí, tanto con los casos que desarrollan covid grave como con el posible decaimiento de la inmunidad".

Finalmente, el exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña (@lopezacunad), no tiene tan claro que esta dosis sea recomendable para todos los mayores. "No se plantea ponerla, porque hacerlo no agregaría protección efectiva. No hay evidencia de que nos la dé, especialmente, ante las nuevas variantes surgidas recientemente, que escapan en mayor grado a la eficacia de las vacunas. Fuera de las personas inmunodeprimidas o con muy alto riesgo de comorbilidades, no hay justificación para inyectarla", opina.

"Habrá que prepararse para hacer nuevos ciclos de vacunación con nuevas formulaciones que protejan en mayor grado ante las nuevas variantes", propone. 

Y mientras, López Acuña recomienda seguir reduciendo los contactos sin protección. "El descenso en la incidencia se ha ralentizado, en muchos casos, se ha estancado y, en algunas CCAA, hay, de hecho, repuntes. Esto obedece al decaimiento de la inmunidad y al surgimiento de nuevas variantes más contagiosas y que pueden producir reinfecciones. Algo, que ocurre marcadamente en las residencias. Así, la solución para evitar repuntes es, por un lado, mantener alta la guardia en cuanto a medidas de protección –mascarilla, distancia física e higiene con gel hidrialcohólico– y, por otro, asegurarse de que todos tengan la pauta completa", recomienda. 

"Hay un riesgo real de que se produzca una ventana de susceptibilidad incrementada por desprotección inmunitaria y, por eso, deben extremarse las medidas", concluye.

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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