
Mayores aislados en sus casas durante el apagón: "Los vecinos han sido esenciales"
Muchos dieron la señal de alarma a los servicios de emergencia

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Muchos mayores vulnerables con problemas de movilidad, algunos con necesidad de oxígeno, quedaron aislados durante horas en sus casas por culpa del apagón del siglo que afectó este lunes a toda la península ibérica.
Sin manera de comunicarse con el exterior por teléfono móvil y con un servicio de teleasistencia que no siempre funcionó correctamente, tanto las familias como los vecinos fueron esenciales para dar la voz de alarma para que estas personas recibiesen ayuda –movilización, apoyo psicológico, traer bombonas de oxígeno, etc.–.
Así lo explica el técnico de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja (@CruzRojaEsp), Víctor Segura, que reconoce que las dificultades para comunicarse "han sido un handicap en los primeros momentos".
En concreto, en el caso de la organización de la que forma parte, trabajaron gracias a un sistema de radio que les permitió organizarse y ponerse a disposición de las autoridades para atender a las personas más vulnerables.
Y para localizarles, afirma, utilizaron los datos que ya tenían, pero fue imprescindible también la alerta de las redes vecinales. "En los primeros momentos, la colaboración ciudadana es fundamental", asegura, más, afirma, en personas que viven solas y no cuentan con el apoyo de las familias.

Los centros de coordinación de emergencias
Así, una vez identificados, afirma la enfermera y coordinadora de Divulgación en la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (@SEMES_), Rosa Pérez, el rol fundamental recae en las centrales de coordinación de emergencias, encargadas de responder a estas necesidades y de dar apoyo a las personas, según cada circunstancia. Por ejemplo, detalla, algunos –como pueda ser el caso de ciertas enfermedades– pueden requerir de oxígeno de forma urgente para garantizar la supervivencia –y se derivan al hospital– y otros necesitarlo de forma puntual, y se les pueden hacer llegar bombonas. Y toda esta asistencia es coordinada por estos centros, que se comunicaron por radio.
“Ayer fue un día especialmente duro y muy difícil para las personas más vulnerables y electrodependientes”, reconoce, si bien asegura que, por lo general y por suerte, muchos ya suelen tener "en sus domicilios una batería externa o generador, aunque no para soportar tantísimas horas”.
Otro de los problemas con los que se han encontrado, afirma, es que "no tuvimos acceso a las historias clínicas". Y pese a que "en los pueblos pequeños la atención primaria ha funcionado muy bien" –por la cercanía con el paciente–, en las ciudades han tenido más complicaciones. Por ello, Pérez recomienda que las personas tengan en sus "casas" sus informes médicos en papel, puesto que puede ser de mucha ayuda y, además, que cuenten con algo más de medicación de sobra en casa para estos casos.

El papel fundamental de las trabajadoras de la Ayuda a Domicilio
Otro colectivo esencial en el apoyo a los mayores más vulnerables, y cuya contribución muchas veces ha quedado invisibilizada, ha sido el servicio de ayuda a domicilio.
Desde la Plataforma en Defensa del Sector de la Ayuda a Domicilio y Atención a la Dependencia, denuncian que tuvieron que realizar su trabajo en condiciones muy complicadas y "una vez más, como servicio público esencial, nos vimos solas y sin ningún reconocimiento ni social, ni administrativo, ni empresarial". "Como en pandemia", añaden.
En concreto, aseguran, estuvieron tranquilizando a los usuarios, que no podían hablar con sus familias ni acceder a la teleasistencia.
Les buscaron linternas y pilas para poder dejarles transistores en funcionamiento y les rellenaron garrafas y cubos de agua.
Además, por culpa del corte de luz, no pudieron duchar a los mayores, porque no había "agua caliente", ni cocinarles. Y tampoco funcionaban las camas articuladas.
Y, "después de dar lo mejor de nosotras, con el corazón en un puño, intentamos llegar a nuestras casas y recoger nuestros hijos pequeños que no sabíamos si los mantendrían en el colegio porque era imposible coger el transporte público", llegando a pagar "60 euros de taxi" o caminando de "punta a punta de las ciudades y pueblos, y todo, sin información y sin apoyo siquiera de los y las compañeras de trabajo", ya que su labor se hace en la soledad de los domicilios.
Finalmente, desde la patronal del sector ASADE, su presidente, Ignacio Gamboa, reconoce que "los servicios de atención domiciliaria respondieron con excelencia ante una situación crítica como la vivida ayer. Desde los cuidados, pero también desde el acompañamiento y el sosiego ante situaciones de nerviosismo o soledad".
Por otro lado, asegura que "la teleasistencia, gracias a los sistemas de atención ininterrumpida (SAIs), mantuvieron la alimentación de los equipos y las comunicaciones activas durante todo el día hasta que fueron recuperadas las redes ordinarias" y que, "gracias a la comunicación continua de los profesionales con los proveedores de oxígeno y con el 112, se pudo garantizar el seguimiento a las personas en sus domicilios".