Alimentación

Pescado fresco, congelado y en lata, ¿cuál es mejor?

Rosa María Torres

Foto: Bigstock

Martes 2 de julio de 2019

4 minutos

Los tres son igual de nutritivos y de saludables. Eso sí, ten en cuenta algunas recomendaciones

Una nueva publicación resalta la importancia de una dieta sana para tener una mejor longevidad
Rosa María Torres

Foto: Bigstock

Martes 2 de julio de 2019

4 minutos

El pescado es un alimento vital en nuestra dieta. Se aconseja tomarlo al menos una vez en semana. Además, tiene una gran ventaja respecto a otros alimentos, y es que sigue conservando sus propiedades tanto si se consume fresco, en lata o si se congela.

Según un estudio reciente publicado por la FAO: “La proporción de pescado congelado destinado al consumo humano ha aumentado considerablemente en las últimas décadas, y se prevé un incremento de 26 millones de toneladas, que supone un 15% más si se compara con el período base (promedio 2014-2026)”. Eso sí, debemos recordar que no debemos romper la cadena de frío de cualquier pescado. De esta manera conseguiremos mantener a raya todos los nutrientes que contienen.

El pescado es una importante fuente de proteínas de alta calidad que ayudan a reconstruir los músculos. Además, es un alimento muy cotizado entre los deportistas. Es rico en Omega 3, vitaminas y minerales. Se aconseja su consumo, entre otras cosas, porque disminuye la inflamación de las articulaciones y es un fuerte aliado contra la fatiga y depresión.

Fresco

A la hora de comprar un pescado fresco es muy importante saber distinguirlo. ¿Cómo? Observa el color: debe ser metálico, los ojos brillantes, transparentes y estar hacia fuera y oler a mar y sal. Debemos desconfiar si los ojos del pescado están apagados y si las branquias están amarillentas.A la hora de consumirlo no retires la piel, porque es rica en colágeno y, en los pescados blancos como la merluza, es dónde se concentra el omega 3.

Pescado Fresco (bigstock)

Congelado

Como el pescado fresco no hay nada, sin embargo sigue siendo muy nutritivo. Es el método de conservación más popular que evita la proliferación de bacterias, siempre y cuando se respete la cadena de frío. El punto negativo se lo llevan sus propiedades organolépticas (las características físicas que pueden percibir de ellos los distintos sentidos, como el sabor, el olor, la textura y el color), eso quiere decir que al congelarse el pescado puede perder sabor y textura.

Por otra parte, es más económico y tiene un razón muy obvia: se recolecta en la época de mayor abundancia, en temporada alta. El ahorro puede llegar a suponer un 40% frente al pescado fresco. Comprar el pescado congelado se está convirtiendo en el gran aliado de la economía doméstica.

Pescado congelado (bigstock)

En lata

Normalmente atún, bonito, anchoas o sardinas se consumen en lata. Todos los nombrados anteriormente son ricos en Omega 3 y gracias a su conservación en aceite la presencia de mercurio se reduce de forma considerable y predisponen la absorción de selenio.

Pero a la hora de elegir la conserva procura que sea al natural y, si prefieres la opción en aceite, que sea de oliva virgen extra. Observa bien la lata y elige aquellas que no estén ni hinchadas ni abolladas, porque esto puede poner en riesgo tu salud. Y, por supuesto, vigila al detalle la fecha de caducidad.

Pescado en lata (bigstock)

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Rosa María Torres

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