Las chinches son la tercera plaga más común en España, detrás de las termitas y las cucarachas. Encontrar chinches de cama en casa o en el hotel es más común de lo que imaginamos y se pueden transformar en una verdadera pesadilla, debido a lo irritantes que pueden ser sus picaduras y a la dificultad que supone eliminarlas.
Las chinches de cama son de color rojo oscuro-marrón y de cuerpo ovalado y aplanado, suelen poner entre 200 y 500 huevos en tan solo 2 meses y su presencia es mayor en épocas de calor. Con la llegada del verano y la reapertura de las actividades turísticas tras los meses de confinamiento por COVID-19, es normal que observemos un aumento en los casos de chinches de cama, principalmente en residencias de personas que han viajado recientemente o en los establecimientos hoteleros.
La multinacional especializada en control de plagas e higiene ambiental Rentokil Initial ha preparado una serie de recomendaciones para prevenir la presencia de chinches de cama o, al menos, garantizar su detección temprana:
El primer signo evidente de infestación suelen ser las picaduras que realizan para alimentarse en las horas previas al amanecer. Estas picaduras suelen aparecer en línea o fila a lo largo de una zona expuesta, son generalmente pequeñas y presentan enrojecimiento, hinchazón y picazón. Por lo general, las picaduras se presentan en el cuello, las manos, los brazos o las piernas, y aunque no trasmiten enfermedades, algunas personas pueden presentar reacciones alérgicas
como los cabeceros o las mesitas de noche, pues en ellos suele haber chinches escondidas aguardando para alimentarse. Las moquetas, el interior de los enchufes y las pequeñas grietas y rendijas también suelen usarse como refugio de estos insectos de 4-5 mm de largo aproximadamente. En el colchón y sus inmediaciones suelen encontrarse manchas oscuras, procedentes de las excreciones de las chinches. También es muy probable que haya puntos oscuros o manchas de sangre en la ropa de cama tras las picaduras o pequeños restos de las pieles de chinches -similares a un exoesqueleto- procedentes de las mudas.
Las chinches y sus huevos suelen entrar en contacto con la ropa y los equipajes. Como no poseen alas, estos elementos les sirven de medio de transporte para llegar a nuevos espacios y colonizarlos. En ocasiones un desagradable olor dulzón delata la existencia de las chinches en los equipajes u otros espacios cerrados. Se recomienda, al regresar de un viaje, revisar muy bien el equipaje antes de dejar las maletas en su sitio y lavar la ropa a 60º.
Si ya se ha detectado la presencia de una plaga de chinches, es fundamental mantener la calma y recurrir a profesionales del control de plagas para realizar un diagnóstico correcto de la infestación, identificar los focos de infección y el tratamiento más efectivo.
A diferencia de otras plagas comunes, recurrir a métodos caseros para eliminar las chinches no es efectivo. Las chinches suelen vivir de 50 días a un año, en ocasiones sin alimentarse, por lo que son sumamente resistentes a las condiciones adversas del entorno. Contar con una empresa especializada en control de plagas siempre será lo más recomendable.