Anna Blanco
Practicopedia
Cómo saber si has humanizado a tu perro y por qué es un error hacerlo
Tratar como una persona a nuestro perro provoca que no respetemos las necesidades propias del animal
'Es un miembro más de la familia' o 'solo le falta hablar'. Estas frases las hemos oído muchas veces a propietarios de perros y razón no les falta. Pero no debemos olvidar que por mucho que son parte importante de nuestra vida, un perro es un animal, con sus características y necesidades propias de su especie que en gran medida no coinciden con las de una persona. Si no tenemos claro esto es posible que humanicemos a nuestro perro, es decir que le otorguemos características, emociones y actitudes propias del ser humano y, por ello, lo tratemos y los cuidemos como si lo fuera.
¿Nuestro perro está humanizado?
Una primera señal muy común para detectar si estamos humanizando a nuestro compañero de cuatro patas es que su dieta sea la misma que la nuestra. Darles puntualmente algo de nuestro menú que sabemos que le gusta no es un problema, pero hacerlo de forma habitual, puede serlo y serio. Las necesidades nutricionales de los perros son diferentes a las humanas, por lo que probablemente no las estaremos cubriendo satisfactoriamente e, incluso, es posible que les acabemos dando algo tóxico para ellos.
Otro comportamiento indicativo de la humanización de nuestro perro es tratarle como si fuera un bebé o un niño pequeño. Así, vestirlo (y no para protegerle del frío) o pasearlo con un cochecito (y no porque no pueda andar) son muestras de ello. Todo esto impide que un perro se relacione libremente con otros perros o actúe como su instinto le pide, corriendo, olfateando o saltando.
Sigamos con más pistas para saber si estamos tratando a nuestro perro como una persona. En este caso es cuando le atribuimos sentimientos que son propiamente humanos y, aunque estamos totalmente de acuerdo en que los perros tienen una sensibilidad especial y que son capaces de captar nuestro estado de ánimo, no debemos ir más allá. Por ejemplo, es habitual en estos casos considerar que nuestro perro siente culpa cuando ha hecho algo mal y, si bien es capaz de identificarla, solo lo hará en el justo momento de que ocurra el hecho, pero no pasado un rato.
Y, por último, algo muy llamativo es educar a nuestro perro para que utilice el WC para orinar o defecar algo que es totalmente antinatural y que puede confundir a nuestro perro sobre cuál es el comportamiento correcto que debe seguir.
¿Por qué es un error humanizar a nuestro perro?
Para los expertos en comportamiento animal, el problema principal está en que, si lo hacemos, pasamos por alto sus necesidades básicas, lo que probablemente puede traducirse en problemas de comportamiento ya que estamos tratando al perro de forma contraria a su naturaleza. Así, si lo tenemos mimado y no le ponemos límites o nos da reparo reñirle si se comporta mal, esto conducirá a tener un perro difícil de controlar.
Además, si lo tratamos como a un bebé y no respetamos las necesidades propias de su especie como salir a pasear o relacionarse con otros perros podemos desencadenar efectos negativos como provocarle estrés, problemas de socialización o ansiedad.
Por todo ello, cuidar y querer a nuestro perro empieza por respetar y conocer sus necesidades perrunas y asegurarnos que las disfrutan.