Irene Alcaraz
Practicopedia
Cuchillos de cocina: los errores comunes que cometemos
Estos matices desconocidos harán que tus cuchillos duren más y puedas cocinar mejor
Este texto no pretende volver a nadie un experto en cuchillos o estimular un talento oculto como futuro itamae japonés. Simplemente, aprovechando las recomendaciones que nos han dado personas especializadas en la venta profesional de menaje de alta gama, traemos al plato algunos consejos útiles para sacar el máximo provecho de nuestros cuchillos caseros.
Tanto si te ves obligado a comprar utensilios de cocina –ya sea por una mudanza, una reforma, la compra de una segunda vivienda– como si te estás planteando subir un peldaño en tus habilidades culinarias o ganar destreza y comodidad, estos detalles te pueden interesar.
Usar cada uno para lo que toca
El principal problema en la cocina doméstica es que no sabemos bien para qué sirve cada cuchillo. Utilizamos uno grande para todo o, en el peor de los casos, el mismo cuchillo de la mesa, llamado romo. No obstante, cambiando un par de matices, podemos optimizar el tiempo y la calidad de nuestros preparados.
Podemos cubrir todas las necesidades de la cocina con tres tipos de cuchillo básicos: la puntilla, el fileteador, el de sierra y el cebollero.
El fileteador
El fileteador, como su propio nombre indica, está diseñado para filetear tanto carne como pescado. Son cuchillos más largos y delgados que los habituales, con un equilibrio de pesos distinto, que permiten hacer cortes más eficientes.
De hecho, pese a su finura, un buen fileteador debe ser capaz de cortar la carne sin que empleemos más que una ligera presión. Si en cambio tenemos casi que embestir la tabla para que el cuchillo corte, es el momento de replantearse volver a afilarlo.
El de sierra, llamado “el del pan”
El cuchillo de sierra es el gran incomprendido de la cocina. Aunque lo tengamos relegado al pan, en verdad este cuchillo está diseñado para cortar todo tipo de alimentos que sean duros por fuera y blandos por dentro. Esto incluye los cítricos, el aguacate e incluso el tomate. En versión grande, también sirve para la piña, la sandía, el coco y cualquier otro producto que cumpla estas cualidades.
En España lo llamamos comúnmente “el cuchillo del pan” porque somos de los pocos que toman pan duro, frente a la mayoría de países, que acostumbran a prepararlo blando y sin corteza.
El cebollero, para salir de apuros
Se trata del clásico cuchillo ancho de cocina y es por el que deberemos optar en caso de no estar ante uno de los alimentos anteriores. Por su capacidad multifuncional, podemos emplear este cuchillo cuando no queramos complicarnos en exceso. Vale para vegetales, carnes blancas, pollo, pavo y frutas.
Su cuidado reside en su lavado
¿Visualizas los cuchillos de la abuela que nunca cortan y parecen más bien cucharas puntiagudas? Para no llegar a este punto, o retrasarlo el máximo posible, es igual de importante conocer la forma correcta de lavarlos.
Lo más fundamental es evitar el lavavajillas. Tanto por los productos químicos como por las altas temperaturas, cada lavado estará acelerando el desafilado. Lo mejor es limpiarlos a mano y con agua templada. En caso de no tener opción, se recomienda que la temperatura del lavavajillas sea inferior a 55 ºC.
Consejos para afilar
Aunque sea tentador imitar a los chefs de la televisión o a los cocineros japoneses que afilan en directo antes de preparar el plato, se recomienda no tratar de afilar el cuchillo en casa. Más que nada porque aunque compremos una chaira, si no se conoce bien la técnica, podemos incluso estar ayudando a que se erosione aún más.
Otro tema importante es el material con el que se afilan. Cuando se trata de cuchillos de acero, si se emplea un afilador también de acero, el afilado no durará mucho tiempo. Por eso, si nos vamos a dirigir al afilador del barrio, es importante preguntarle por estas cuestiones.
¿Merece la pena comprar un buen cuchillo?
Un buen cuchillo se puede considerar un artículo de lujo, ya que su precio no estará por debajo de los 40 - 45 euros. Sin embargo, para una persona que cocine diariamente y no quiera estar renovando cada poco tiempo, más que un lujo, se trata de una inversión, ya que recuperará el coste en el largo plazo y habrá disfrutado durante muchos años (entre 10 y 15, afilándolo periódicamente) de un cuchillo en condiciones.