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Lengua de signos: cuándo, dónde y por qué aprenderla

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Viernes 20 de diciembre de 2019

6 minutos

Eliminar las barreras en la comunicación ante dificultades auditivas es posible con este lenguaje

Lenguaje de signos
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Viernes 20 de diciembre de 2019

6 minutos

La lengua de signos es una eficaz forma de comunicación a través de los gestos que hace posible que las personas con algún tipo de discapacidad auditiva y/o en el habla puedan expresar sus ideas y sentimientos, aprender, interactuar.... en definitiva lograr una mejor integración en el entorno que les rodea. No es una herramienta exclusiva para personas sordas. Cada vez son más los que deciden aprenderla, aunque no presenten problemas de audición, por múltiples motivos, desde el deseo de comunicarse con mayor eficacia con personas cercanas que no pueden oír, hasta el interés en el propio crecimiento personal.

lenguaje de signos

¿En qué se basa el lenguaje de signos? ¿Es universal?

Es uno de los primeros conceptos que en ocasiones se interpreta de forma errónea. No hay una única lengua de signos en el mundo, ya que, igual que ocurre con el lenguaje oral, los idiomas cambian según áreas geográficas, países o regiones. La Confederación Estatal de Personas Sordas CNSE (@CNSEinfo) aclara que en nuestro país conviven la Lengua de Signos Española (LSE) y la Lengua de Signos Catalana (LSC).

Como explica la plataforma Discapnet (@Discapnet), este lenguaje se basa en un sistema de gestos y expresiones visuales. Los signos empelados también pueden ser táctiles, es decir, realizados sobre la palma de la mano de otra persona, algo que se utiliza en la comunicación con personas sordociegas.

Como cualquier otro lenguaje, este es un “ser vivo” complejo, que posee su propia gramática y vocabulario, que se va ampliando con nuevas palabras y expresiones para adaptarse a nuevas necesidades. En la actualidad, las dos lenguas de signos existentes en nuestro país están reconocidas por Ley. La legislación destaca su esencial importancia regulando, además, los medios de apoyo a la comunicación de las personas con discapacidad auditiva o sordociegas. Da cobertura, por ejemplo, a requisitos tan básicos como la posibilidad de contar con un intérprete en lengua de signos cuando una persona lo requiera para poder realizar un trámite oficial, acudir a una consulta médica, a un juicio…

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La lengua de signos y su aprendizaje

El lenguaje de signos es una opción más, para incrementar las posibilidades de comunicación, que puede resultar útil a un colectivo heterogéneo. Algunas personas sordas lo han aprendido en la infancia y otras se han decidido a hacerlo de adultos, para favorecer la propia integración. También es habitual aprender este lenguaje en edades avanzadas, ante la probabilidad o la certeza de pérdidas de audición. La lengua de signos es una herramienta al alcance de cualquier persona con dificultades auditivas, a la que poder recurrir siempre o en momentos puntuales. Su aprendizaje es perfectamente compatible con el uso de audífonos o implantes que mejoran la audición.

Los distintos cursos de lenguaje de signos que ofrecen las federaciones territoriales, agrupadas en la Red Estatal de Enseñanza de Lengua de signos, ubicada en la sede de la CNSE, así como aquellos que imparten asociaciones e instituciones, siguen, en su organización las directrices del marco común europeo para la enseñanza de las distintas lenguas. Como ocurre con cualquiera de ellas, existen distintos niveles (A1, A2, B1 y B2) que se irán dominando (y acreditando) a medida que los conocimientos avancen.

En estos cursos se estudia y practica tanto la dactilología, es decir, la correspondencia de un gesto con una letra, como los signos que corresponden a cada palabra. Hay que insistir en que este lenguaje no tiene nada que ver ni con la mímica ni con la lectura de labios o cualquier otra creencia errónea de las muchas que se pueden llegar a aparecer. Es una lengua y se estudia igual que otra cualquiera, combinando tanto el vocabulario como el orden de los gestos y expresiones visuales que equivalen a las palabras. La mayor o menor dificultad en el aprendizaje va a depender de las cualidades de cada personas, siendo siempre los niños los que lo tienen más fácil (como en cualquier otro idioma).

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¿Qué opciones existen para poder aprender la lengua de signos?

Asociaciones, instituciones y también empresas privadas ofrecen cursos presenciales de lenguaje de signos, algunos gratuitos y otros que requieren abonar el coste de las correspondientes clases. Las nuevas tecnologías también han puesto a disposición de todas las personas interesadas eficaces recursos. Como ejemplo, la Consejería de Igualdad de la Junta de Andalucía (@serviciosAND) cuenta con una web específica “Conoce y Aprende la Lengua de Signos Española” con la que puedes familiarizarte con los conceptos básicos del lenguaje. Por su parte, la Federación de Personas Sordas de la Comunidad de Madrid (@FeSorCam) ofrece cursos de distintos niveles durante todo el año. Asimismo, la Fundación CNSE cuenta con una amplia oferta formativa en este campo, al igual que la Fundación ONCE (@Fundacion_ONCE). 

Como ves, múltiples opciones para que todo el que quiera, pueda aprender la lengua de signos que ayuda a romper barreras.

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Mariola Báez

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