Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
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Viernes 29 de abril de 2022
ACTUALIZADO : Viernes 29 de abril de 2022 a las 11:00 H
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La epicondilitis se produce por movimientos repetitivos que hacemos con la mano y la muñeca motivo por el que cualquier persona que trabaja habitualmente con el ordenador puede padecerla. Esta sobrecarga e inflamación de los tendones también se llama codo de tenista porque se puede producir jugando al tenis con una mala técnica.
Muchas personas con codo de tenista participan en actividades laborales o recreativas que requieren el uso repetitivo y vigoroso del músculo del antebrazo ya que el problema viene por la repetición en los movimientos. Pintar con brocha o rodillo, el uso frecuente de otras herramientas manuales de manera regular en diversas profesiones, como carniceros, músicos o dentistas.
En la mayor parte de las ocasiones se trata de una enfermedad provocada por microtraumatismos de tracción en el punto de inserción de los músculos extensores de la mano y la muñeca que se insertan en el denominado epicóndilo.
Los síntomas y signos comunes del codo de tenista incluyen un dolor o ardor en la parte exterior del codo y el antebrazo y una fuerza debilitada cuando queremos agarrar objetos, ya sea sostener una raqueta, girar una llave o el simple hecho de sacudir las manos.
Al principio puede ser un simple dolor, pero si continuamos con la actividad que provocó su afección, el dolor puede extenderse hasta la muñeca, incluso en reposo, lo que puede resultar incapacitante. El dolor también puede persistir cuando colocamos el brazo y la mano con la palma hacia abajo sobre una mesa y luego tratamos de levantar la mano o agarrar objetos pequeños, como una taza de café.
Si identificamos el dolor, debemos poner hielo sobre el músculo y tomar un antiinflamatorio. Aunque el primer paso hacia la recuperación es el reposo del brazo y cesar la actividad con la mano. Si no se soluciona el problema en unos días y vemos que vamos a mejor, deberemos proceder a otras soluciones como el uso de corrientes o ultrasonidos, o bien técnicas específicas como masajes o acupuntura.
Para evitar que vuelva a producirse, deberemos fortalecer la musculatura del brazo con ejercicios específicos para que no se sobrecargue y también estirar el dorso del brazo a diario haciendo un movimiento de la mano hacia arriba y después con la mano hacia abajo. Así, mantendremos la musculatura tonificada y oxigenada cuando necesitemos exigirle un sobreesfuerzo.