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El Covid puede haber envejecido aceleradamente el cerebro, incluso en personas que no se infectaron

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Viernes 25 de julio de 2025

10 minutos

Los supervivientes mostraron un envejecimiento más rápido, sobre todo si eran personas mayores

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Patricia Matey

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Viernes 25 de julio de 2025

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A fecha de hoy y cinco años después de la pandemia de Covid-19 arrastramos sus secuelas en muchos aspectos, pero también en lo que concierne a la salud. Para muestra un botón. En Europa se perdieron 16,8 millones de años de vida entre 2020 y 2022 debido al coronavirus. De ellos, 3,2 millones en España, según un estudio publicado en la revista 'PLOS Medicine'.

Realizado por un grupo de investigadores liderado por Sara Ahmadi-Abhari, del Imperial College de Londres, que parte de la premisa de que las personas que murieron durante la pandemia probablemente habrían vivido más si ésta no se hubiese producido y estima que más de la mitad de todos esos años de vida que se perdieron se habrían vivido sin discapacidad, incluso en el caso de las personas mayores de 80 años. 

Todo sin contar la consecuencia más devastadora: SARS-CoV-2 se cebó en los mayores. Su letalidad aumentaba si el paciente era de más edad o tenía más enfermedades. Así, el 95% de los fallecidos en España por la infección entre 2020 (al llegar la pandemia) y 2023, cuando se dio por terminada la emergencia, de un total de 154.490 muertes en todo el país, 147, 632 se produjeron en quienes tenían más de 60 años. Se suma a ello los estragos en la salud mental de la población, los cambios a la hora de relaciones, entre otros muchos. 

Y ahora un artículo apunta uno más: la pandemia de Covid-19 puede haber acelerado el deterioro de la salud cerebral, incluso en personas que nunca se infectaron del virus.

Además de las manifestaciones respiratorias y sistémicas bien documentadas del SARS-CoV-2, existe evidencia contundente que destaca su naturaleza neurotrópica, mostrando altas tasas de síntomas respiratorios persistentes, fatiga, depresión, trastorno de estrés postraumático y deterioro cognitivo en supervivientes de Covid-19, como constata un estudio de 'Molecular Psychiatry'.

Neuroinvasión

Investigaciones recientes han revelado posibles asociaciones entre el virus, el deterioro cognitivo, los cambios cerebrales y las características moleculares del envejecimiento cerebral, como se refiere en un ensayo de ‘Nature Aging’. También se han documentado trastornos psicológicos y problemas de salud mental significativos durante las primeras fases de la pandemia, especialmente entre personas más jóvenes y vulnerables. Comprender los efectos de la pandemia en la salud cerebral, considerando el estado de infección y los factores sociodemográficos, es crucial para abordar sus consecuencias a largo plazo para la salud y sus implicaciones más amplias para la salud pública.

 

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La neuroinvasión del SARS-CoV-2 está bien establecida, con persistencia del virus detectada hasta 230 días después de la infección, como refleja una investigación de 'Nature'. Las manifestaciones del sistema nervioso central se han relacionado con la neuroinvasión directa, el daño vascular y la respuesta inmunitaria. Estudios recientes sugieren que el virus puede acelerar los procesos neurodegenerativos o contribuir al deterioro cognitivo relacionado con la edad, se recuerda en un ensayo de 'EClinical Medicine'.

Mientras que otra investigación de 'PLOS Medicine' indica un mayor riesgo de deterioro cognitivo entre los supervivientes de la infección en comparación con los controles. Los análisis de resonancia magnética cerebral han demostrado cambios estructurales generalizados en el cerebro, incluyendo reducciones tanto en el grosor de la materia gris (MG) como en la integridad de la materia blanca (MB), posiblemente debido a la neurodegeneración, la neuroinflamación o la privación sensorial.

Más allá de los efectos directos de la infección, la pandemia podría haber influido de forma independiente en el envejecimiento cerebral debido a factores de estrés psicosocial, perturbaciones sociales y cambios en el estilo de vida, especialmente en grupos vulnerables como los adultos mayores y las personas con dificultades económicas. Si bien la evidencia indirecta sugiere que el Covid-19 podría acelerar el envejecimiento cerebral, los estudios exhaustivos que examinan el impacto general de la pandemia en la salud cerebral siguen siendo limitados. 

Nuevas evidencias

Sin embargo, el nuevo trabajo al que hacíamos mención al principio del artículo, realizado por investigadores de la Universidad de Nottingham, ha descubierto que la pandemia de Covid-19 puede haber acelerado la salud cerebral de las personas, incluso si nunca se infectaron con el virus.

¿Qué significa envejecer, no solo en años, sino también en términos de salud cerebral? ¿Pueden el estrés, el aislamiento y la disrupción global dejar huella en la mente de las personas?

Los hallazgos de este nuevo estudio, publicados en 'Nature Communications', han constatado que, efectivamente, las personas que sobrevivieron a la pandemia mostraron signos de un envejecimiento cerebral más rápido con el tiempo que quienes se sometieron a un escáner completo antes de ella. Los cambios fueron más notorios en las personas mayores, en los hombres y en las personas de entornos más desfavorecidos. 

Solo los participantes que se infectaron con Covid-19 entre sus exploraciones mostraron una disminución en ciertas capacidades cognitivas, como la flexibilidad mental y la velocidad de procesamiento. Esto podría sugerir que el efecto de envejecimiento cerebral de la pandemia, por sí solo (sin infección), podría no causar síntomas. Además, los autores destacan que el envejecimiento cerebral observado podría ser reversible.

El estudio fue dirigido por un equipo de expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad mencionada y contó con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Atención (NIHR), el Centro de Investigación Biomédica de Nottingham y el programa DEMISTIFI del Consejo de Investigación Médica (MRC). 

La experiencia de la pandemia

El Dr. Ali-Reza Mohammadi-Nejad, quien dirigió el estudio, ha afirmado en un comunicado: "Lo que más me sorprendió fue que incluso las personas que no habían tenido Covid-19 mostraron aumentos significativos en las tasas de envejecimiento cerebral. Esto demuestra claramente cuánto la propia experiencia de la pandemia, desde el aislamiento hasta la incertidumbre, puede haber afectado a nuestra salud cerebral".

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El equipo de investigación analizó escáneres cerebrales longitudinales de casi 1.000 adultos sanos, realizados como parte del estudio del Biobanco del Reino Unido. Algunos participantes se sometieron a escáneres antes y después de la pandemia; otros, solo antes. Mediante imágenes avanzadas y aprendizaje automático, los investigadores estimaron la edad cerebral de cada persona: la edad aparente de su cerebro en comparación con su edad real. 

Escáneres cerebrales

El modelo de edad cerebral se desarrolló utilizando escáneres cerebrales de más de 15.000 individuos sanos, sin comorbilidades, lo que permitió a los investigadores construir un modelo preciso para estimar la edad cerebral.

"Este estudio nos recuerda que la salud cerebral se ve afectada no solo por la enfermedad, sino también por nuestro entorno cotidiano. La pandemia ha afectado gravemente la vida de las personas, especialmente a aquellas que ya se encontraban en situación de desventaja. Aún no podemos comprobar si los cambios observados se revertirán, pero sin duda es posible, y es una idea alentadora", ha documentado Dorothee Auer, profesora de Neuroimagen y coautora principal del estudio.

Stamatios Sotiropoulos, profesor de Neuroimagen Computacional y, también,coautor principal, ha añadido: "Los datos longitudinales de resonancia magnética adquiridos antes y después de la pandemia por el Biobanco del Reino Unido nos brindaron una oportunidad excepcional para observar cómo los eventos vitales importantes pueden afectar el cerebro".

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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