Actualidad

Dos nuevos factores se vinculan al riesgo de deterioro cognitivo

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Lunes 14 de julio de 2025

9 minutos

El microbioma intestinal y la inseguridad alimentaria pueden contribuir a su desarrollo

Dos nuevos factores se vinculan al riesgo de deterioro cognitivo (Bigstock)
Patricia Matey

Foto: Bigstock

Lunes 14 de julio de 2025

9 minutos

¿Es la bebida fermentada kéfir un nuevo aliado contra el alzhéimer?

Estudiar tu microbiota abre el camino para un envejecimiento activo

¿Puede la dieta MIND reducir el riesgo de tener problemas de memoria?

 

La seguridad alimentaria, un concepto que abarca el acceso, la disponibilidad y la utilización de alimentos nutricionalmente adecuados e inocuos, es una piedra angular mundial de la salud pública. La inseguridad alimentaria se refiere a la falta de recursos financieros disponibles y al acceso inadecuado a suficientes alimentos para mantener un estilo de vida activo y saludable, como destaca un estudio recogido en la 'Sage Journals'.

En EE. UU, donde la abundancia a menudo coexiste con disparidades, los problemas de inseguridad alimentaria son persistentes y afectan a millones de personas de diversos grupos demográficos. Más del 12 % (17,0 millones) de los hogares estadounidenses en 2022 experimentaron inseguridad alimentaria en algún momento del año, lo que muestra un aumento con respecto a la prevalencia del 10,2 % (13,5 millones) en 2021, como documenta el Departamento de Agricultura de EE.UU.

Inseguridad alimentaria y salud

Como se ha constatado en varias investigaciones, como la publicada en 'Nutrients', la inseguridad alimentaria se relaciona con resultados adversos para la salud, como una peor salud general, un mayor riesgo de asma, limitaciones en las actividades diarias, en particular entre poblaciones vulnerables como niños y personas mayores, un mayor riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y resultados adversos para la salud neurológica. 

La inseguridad alimentaria está inversamente asociada con la cognición y la función ejecutiva y positivamente asociada con la probabilidad de síntomas depresivos. El análisis de la relación entre pobreza, inseguridad alimentaria, funcionamiento cognitivo y distrés psicológico reveló que la inseguridad alimentaria medió significativamente la relación entre pobreza y capacidad cognitiva y distrés psicológico. Los mecanismos potenciales para esta asociación pueden incluir la activación del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA) en individuos con inseguridad alimentaria.

Esta activación del HPA puede liberar hormonas del estrés que deterioran la memoria y la función ejecutiva al unirse a receptores en regiones cerebrales clave asociadas con el estado de ánimo y la cognición. El microbioma intestinal también puede desempeñar un papel en esta asociación, dada su influencia en la salud neurológica a través del eje intestino-cerebro, como demuestan varios estudiios

A pesar del progreso significativo en hallazgos sobre los mecanismos que vinculan la inseguridad alimentaria con la salud cognitiva, la relación entre el microbioma intestinal, la seguridad alimentaria y la cognición aún no se comprende completamente.

Nuevos factores de riesgo

Sin embargo llega ahora un nuevo estudio, dirigido en parte por investigadores del Monte Sinaí,de EE.UU que ha descubierto una relación convincente entre la composición del microbioma intestinal y el riesgo de deterioro cognitivo (DCI) en adultos, lo que subraya el complejo papel que tanto los determinantes biológicos como los sociales, como la inseguridad alimentaria desempeñan en la salud cerebral. Este es el primer estudio epidemiológico que evalúa el papel modificador que la inseguridad alimentaria puede desempeñar en la relación entre el microbioma intestinal y el DCI.

 

bigstock Microbiome Intestine Factories 454289731 (1)

 

Publicado en 'NPJ Aging', este estudio investigó el papel de la inseguridad alimentaria como modificador del efecto entre grupos específicos de microbios en el microbioma intestinal y el RCI. La investigación muestra que los adultos con menor diversidad microbiana y desequilibrios específicos en las bacterias intestinales tenían una probabilidad significativamente mayor de experimentar deterioro cognitivo. El análisis también reveló que la inseguridad alimentaria (acceso limitado o incierto a alimentos adecuados) se asociaba de forma independiente con una peor salud intestinal y un menor rendimiento cognitivo.

En un comunicado Shoshannah Eggers, profesora adjunta de Epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Iowa y cozautora correspondiente de este estudio que comenzó a trabajar en este estudio mientras era investigadora postdoctoral en la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí, aclara: "La inseguridad alimentaria se relaciona sistemáticamente con consecuencias adversas para la salud, como un deterioro general de la salud y consecuencias neurológicas adversas. Comprender cómo interactúan la salud intestinal y las condiciones sociales nos brinda una visión más completa de los factores que ponen a las personas en riesgo de deterioro cognitivo".

360 participantes

El estudio incluyó a 360 participantes adultos de la 'Encuesta de Salud de Wisconsin' con datos completos sobre inseguridad alimentaria, deterioro cognitivo y secuenciación de ARNr 16S, una prueba para determinar qué bacterias están presentes en una muestra de heces.

Se identificaron pequeños grupos de microbios estrechamente relacionados (conocidos como camarillas microbianas) asociados con el mencionado mediante un algoritmo interpretable basado en aprendizaje automático, un tipo de modelo de aprendizaje automático que no solo realiza predicciones o toma decisiones, sino que también permite a los investigadores comprender cómo y por qué se realizaron dichas predicciones. Todos los análisis se estratificaron por nivel de inseguridad alimentaria y se ajustaron a factores de confusión relevantes, como la edad, el índice de masa corporal y el tabaquismo.

Los investigadores identificaron dos grupos cuyas asociaciones con el RCI se modificaron según el estado de inseguridad alimentaria. La presencia de 'Eisenbergiella o Eubacterium' en el grupo con inseguridad alimentaria se asoció con mayor intensidad con el RCI. Un grupo con 'Ruminococcus torques, Bacteroides, CAG-352F o Eubacterium' presentó una asociación más fuerte con el RCI en el grupo con seguridad alimentaria.

Los resultados contrastantes entre los grupos con seguridad alimentaria y los grupos con inseguridad alimentaria pueden ser particularmente importantes a la hora de diseñar intervenciones microbianas para el deterioro cognitivo, ya que el estado de seguridad alimentaria puede alterar la eficacia de dichas intervenciones.

"Estos hallazgos sugieren que la inseguridad alimentaria no es solo un problema socioeconómico, sino también biológico, que influye en la salud cerebral a través de cambios en el microbioma intestinal”, ha afirmado Vishal Midya, profesor adjunto de Medicina Ambiental en la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí y coautor principal del estudio.

Y ha recalcado: “El deterioro cognitivo, incluyendo el deterioro cognitivo leve y la demencia, está aumentando, especialmente entre los adultos mayores, y se debe principalmente al envejecimiento de la población. Los estudios futuros que investiguen por qué se desarrollan los problemas cognitivos en las personas deberían considerar la inseguridad alimentaria como un posible factor contribuyente”.

El estudio insta a implementar enfoques de salud pública más integrados que aborden tanto el acceso nutricional como la salud intestinal. Además, abre la puerta a futuras intervenciones que combinen el apoyo dietético y terapias dirigidas al microbioma para reducir el riesgo de demencia, especialmente en poblaciones vulnerables.

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

… saber más sobre el autor