
La nueva amenaza silenciosa: sordera más soledad impulsan el deterioro cognitivo
La pérdida auditiva junto el aislamiento, aceleran la pérdida de memoria en personas mayores

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Aislamiento, dificultades de comunicación, sentimientos de soledad, depresión, menor estado de alerta: la pérdida o deterioro auditivo es un verdadero desafío en la vida diaria de muchas personas. Con el tiempo, también puede convertirse en un factor de riesgo para el deterioro cognitivo. Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 33% de los mayores de 65 años experimentan algún grado de pérdida auditiva, con efectos significativos sobre la calidad de vida.
En España hay 1.230.000 personas con algún tipo de discapacidad auditiva y 5 de cada 1.000 recién nacidos presentan algún tipo de sordera. Además, debido a la contaminación acústica, el estilo de vida, la sobrexposición al ruido y el envejecimiento de la población están aumentando los problemas de audición tanto en personas jóvenes como en personas mayores, según la Fundación Canaria de Personas con Sordera (FUNCASOR).
Discapacidad auditiva
La discapacidad auditiva, que varía de pérdida auditiva parcial a total, afecta a una proporción significativa de adultos mayores, y su prevalencia aumenta con la edad. Sabemos que está relacionada con varios dominios de la vida, como la cognición , la salud mental y la calidad de vida, como demuestran los estudios. .
Por ejemplo, una investigación en The Lancet estimó un mayor riesgo de demencia del 90% para los adultos mayores con discapacidad auditiva en comparación con los que no la tienen. Con el aumento de la longevidad, comprender los factores asociados con la variación en la relación entre la discapacidad auditiva y el funcionamiento cognitivo es, por lo tanto, de suma importancia para las sociedades que envejecen.
La relación entre la pérdida auditiva (objetiva y subjetiva) y el funcionamiento cognitivo se ha observado repetidamente en investigaciones previas, lo que sugiere que el deterioro sensorial se asocia con peores resultados cognitivos. Sin embargo, la relación entre la pérdida auditiva y la cognición no es uniforme en todos los individuos.
Soledad
El aislamiento social y la soledad son particularmente relevantes en este contexto, ya que a menudo aumentan con la edad. Los adultos mayores comúnmente experimentan transiciones de vida que tienden a disminuir el tamaño y la calidad de su red social, como la jubilación y el duelo, como apunta la Asociación Americana de Psicología (APA), lo que a menudo resulta en aislamiento social y sentimientos de soledad.

El aislamiento social representa un estado objetivo en el que el individuo tiene muy poco o nada con lo que interactuar de manera frecuente, mientras que la soledad, por otro lado, es el sentimiento subjetivo de estar aislado y se deriva del desequilibrio entre la necesidad de socialización y la falta de ella.
La 'amenza silenciosa'
Un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha analizado datos de 33.000 adultos mayores en toda Europa para examinar el impacto combinado de la pérdida auditiva y la soledad en la memoria. Identificaron tres perfiles distintos basados en el grado de aislamiento social y la soledad percibida. Los hallazgos muestran que la pérdida auditiva acelera el deterioro cognitivo, particularmente entre las personas que se sienten solas, independientemente de si están socialmente aisladas. Estos resultados, publicados en Communications Psychology, respaldan el caso de la atención auditiva temprana y preventiva.
Para 2050, y según la OMS, casi 2.500 millones de personas experimentarán pérdida o deterioro auditivo. Más del 25% de las personas mayores de 60 años padecen pérdida auditiva discapacitante. Además de los desafíos sociales que genera, esta pérdida —o reducción— se asocia a un riesgo significativamente mayor de deterioro cognitivo en la edad adulta, como ya hemos mencionado. Este riesgo puede ser de dos a tres veces mayor para las personas afectadas.
Un equipo conjunto del Laboratorio de Psicología del Desarrollo de la Vida y el Laboratorio de Envejecimiento Cognitivo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) se propuso investigar si la combinación de dificultades auditivas y sentimientos de soledad, ya sea medidos objetivamente o percibidos subjetivamente, podría estar asociada con un deterioro acelerado de la memoria en la vejez.
"Se trata de un enfoque relativamente nuevo. Si bien algunos estudios han sugerido que esta podría ser una vía prometedora, muy pocos equipos de investigación la han explorado realmente", ha explicado Charikleia Lampraki, investigadora postdoctoral del Laboratorio de Psicología del Desarrollo de la Vida de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la UNIGE y primera autora del estudio en un comunicado.
33.000 personas estudiadas
Para realizar sus análisis, los investigadores se basaron en datos del estudio a gran escala SHARE (Encuesta sobre Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa), una encuesta longitudinal iniciada en 2002 que examina la salud y el envejecimiento de los europeos de 50 años y más.
"Utilizamos datos de doce países, incluida Suiza, que representan una muestra de 33.000 personas", ha explicado Andreas Ihle, profesor adjunto del Lifespan Lab y director del estudio. Los participantes son encuestados cada dos años sobre diversos aspectos de su vida cotidiana, como actividades, conexiones sociales y percepciones, y se someten a pruebas de funciones cognitivas como la memoria episódica mediante ejercicios estandarizados.
El equipo de investigación de la UNIGE identificó tres perfiles distintos relacionados con el tema:
- Personas que están socialmente aisladas y se sienten solas.
- Las que no están socialmente aisladas pero que aun así se sienten solas.
- Personas que están socialmente aisladas pero no se sienten solas.
Un cóctel 'explosivo'
Los científicos examinaron si estos diferentes perfiles presentaban trayectorias de deterioro cognitivo distintas, según el tipo de aislamiento percibido y el grado de pérdida auditiva. "Descubrimos que las personas que no estaban socialmente aisladas, pero que se sentían solas, experimentaron una aceleración de su deterioro cognitivo al ser sordas", ha documentado Matthias Kliegel, catedrático del Laboratorio de Envejecimiento Cognitivo de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la UNIGE y. también,coautor del estudio.
Estos hallazgos respaldan la importancia de abordar tanto la pérdida auditiva como las dimensiones socioemocionales de las personas para prevenir el deterioro cognitivo. Esto es especialmente crucial para quienes no están socialmente aislados, pero sí se sienten solos. En tales casos, intervenciones auditivas sencillas, como el uso de audífonos, pueden ser suficientes para ayudarles a participar más plenamente en la vida social. "Estas personas ya están socialmente integradas, por lo que se trata de eliminar una barrera sensorial para reforzar su participación y proteger su salud cognitiva", ha concluido Charikleia Lampraki.