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La obesidad en la juventud acelera el deterioro cognitivo en la vejez

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Sábado 6 de diciembre de 2025

11 minutos

Los problemas de salud que causa elevan el riesgo de neurodegeneración más adelante en la vida

La obesidad en la juventud acelera el deterioro cognitivo en la vejez (Bigstock)
Patricia Matey

Foto: Bigstock

Sábado 6 de diciembre de 2025

11 minutos

Lo que hace daño al cuerpo suele también perjudicar el cerebro. Afecciones como la obesidad, la hipertensión y la resistencia a la insulina sobrecargan los sistemas vascular y metabólico del cuerpo. Con el tiempo, ese estrés puede acelerar el deterioro cognitivo y aumentar el riesgo de padecer alzhéimer.

Ahora, investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (EE.UU) y sus colaboradores informan que estos efectos podrían comenzar mucho antes de lo esperado. En adultos jóvenes con obesidad, el equipo identificó marcadores biológicos de inflamación, estrés hepático y la detección de marcadores indicativos de daño temprano a las células cerebrales: cambios sutiles que reflejan patrones que también se observan en adultos mayores con deterioro cognitivo. Los hallazgos se publican en la revista Aging and Disease.

Pandemia mundial 

La obesidad es una pandemia mundial cuya prevalencia continúa aumentando. Es más común en mujeres que en hombres, y esta discrepancia aumenta con la edad, como documenta un estudio de Metabolism.

Precisamente, la directora del Departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Luz María De-Regil, ha anunciado que se está trabajando para que se celebre en España, en octubre de 2026, una cumbre de alto nivel en la que se evalúe la situación de la obesidad a nivel mundial.

"España ha liderado distintos eventos y esperamos que en el 2026 se pueda celebra una primera reunión de alto nivel político para hacer una evaluación de la obesidad", ha avanzado De-Regil durante su participación telemática en el taller nacional dentro del Plan de la OMS para detener la obesidad que se ha celebrado en el Ministerio de Sanidad. Según ha detallado, en la cumbre se abordará la implementación del Plan de Aceleración de la OMS para Poner Fin a Obesidad, que se aprobó en el año 2022. "Podremos evaluar qué hemos aprendido después de implementar el Plan y qué más se puede hacer", ha añadido.

"Se necesita compartir aprendizajes, porque las batallas en muchos lados son similares y si no se comparten, a veces los reguladores se pueden sentir un poco solos. Y también pueden ser mucho más creativos en las respuestas que dan a los distintos problemas. Por ello, estamos trabajando para que haya una cumbre en España en octubre del 2026", ha recalcado. Así, De-Regil ha indicado que el trabajo de España y la OMS ha sido muy estrecho a partir del 2024, cuando se unió al Plan de Aceleración: "Tengo que decir que España ha tomado un papel muy relevante en coordinar, en avanzar los diálogos en distintas esferas", ha agregado.

La obesidad se define como un índice de masa corporal (IMC) de 30,0 kg/m² o superior y se asocia con problemas de salud crónicos, como la diabetes tipo 2 (DT2), la inflamación sistémica crónica y los trastornos neurodegenerativos. Es crucial comprender mejor cómo la obesidad contribuye a estas afecciones y mecanismos, ya que una intervención temprana podría prevenir o reducir el riesgo de desarrollar secuelas más graves.

La resistencia a la insulina

La resistencia a la insulina (RI) es una de las disfunciones metabólicas más insidiosas que acompañan a la obesidad. La enfermedad contribuye a la RI al aumentar la grasa visceral, que secreta citocinas proinflamatorias, lo que altera el metabolismo. La IR es un factor de riesgo importante para la enfermedad de Alzheimer (EA), que actualmente y sólo en EE.UU afecta a 6,9 millones de adultos mayores de 65 años. La ingesta dietética de colina se ha convertido en un área de interés debido a su potencial para mitigar la RI, la inflamación y la EA. La colina desempeña funciones cruciales en múltiples sistemas biológicos. Aunque el 30% de la colina requerida se produce endógenamente por la fosfatidiletanolamina N-metiltransferasa (PEMT), el resto debe adquirirse a través de la dieta. 

Niveles bajos de colina

Pues bien, otro de los hallazgos sorprendentes del nuevo trabajo: estos adultos jóvenes con obesidad tenían niveles sanguíneos inusualmente bajos de colina, un nutriente clave y un compuesto orgánico crucial para la función hepática, el control de la inflamación y la salud cerebral a largo plazo."

"Esta investigación refuerza la creciente evidencia de que la colina es un valioso marcador de disfunción metabólica y cerebral, y refuerza la importancia de una ingesta diaria suficiente, ya que es esencial para la salud humana”, ha afirmado Ramón Velázquez, en un comunicado. El profesor Velazquez, quien dirigió el estudio, es investigador del Centro de Investigación de Enfermedades Neurodegenerativas de ASU-Banner. Junto con él, trabajan colegas de ASU de la Facultad de Ciencias de la Vida, investigadores del Instituto de Investigación de Salud Banner Sun y de la Clínica Mayo de Arizona.

 

Ramón Velázquez. (The Biodesign Institute at Arizona State University)

El investigador Ramón Velázquez

 

Y "varios informes nuevos publicados este mes vinculan aún más la reducción de los niveles de colina en sangre con cambios de comportamiento, como la ansiedad y el deterioro de la memoria, así como con una disfunción metabólica más amplia”, ha insistido.


Marcadores de obesidad y salud cerebral

Si bien es conocido que la obesidad aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2, el estudio muestra que los cambios corporales relacionados con la misma también pueden influir en el cerebro en las primeras etapas de la edad adulta. Los investigadores encontraron altos niveles de proteínas que impulsan la inflamación crónica, así como enzimas asociadas con el estrés hepático y la cadena ligera de neurofilamentos (NfL), una proteína que se libera cuando las neuronas sufren daño. Los niveles de NfL se asociaron con niveles bajos de colina en sangre a edades mucho antes de lo esperado.

Un nivel elevado de NfL se reconoce cada vez más como un marcador temprano de neurodegeneración. Se presenta en niveles altos en personas con deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer. Observar estas señales en adultos jóvenes es sorprendente y sugiere que la obesidad puede dejar huellas medibles en el cerebro mucho antes de que aparezcan los síntomas externos de la enfermedad.

Los hallazgos subrayan cómo el estrés metabólico, la inflamación y los indicadores de la salud neuronal pueden formar una vía interconectada que comienza mucho antes de lo que se suponía anteriormente.

Un nutriente en el centro del rompecabezas

Uno de los hallazgos más notables del estudio involucró a la colina, un nutriente esencial requerido para la salud del hígado, la regulación de la inflamación, la estructura de la membrana celular y la producción del neurotransmisor acetilcolina.

Los participantes con obesidad tenían niveles drásticamente más bajos de colina circulante, lo que se correlacionó fuertemente con un aumento de la inflamación, la resistencia a la insulina, las elevaciones de las enzimas hepáticas y el NfL.

La colina se produce en pequeñas cantidades en el hígado y se obtiene principalmente a través de la dieta, con fuentes ricas como huevos, pescado, aves, legumbres y verduras crucíferas como el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas. Cabe destacar que las mujeres presentaron niveles más bajos que los hombres, una observación sorprendente considerando que el envejecimiento cognitivo y la enfermedad de Alzheimer afectan desproporcionadamente a ellas.

ste gráfico muestra cómo la obesidad en adultos jóvenes está relacionada con una mayor inflamación, estrés hepático, niveles bajos de colina y signos tempranos de lesión neuronal.

 

Un trabajo de Nutrition Today muestra que la mayoría de los estadounidenses no alcanzan la ingesta recomendada de colina, especialmente los adolescentes y adultos jóvenes. Dado que ella favorece tanto la función hepática como la salud cerebral, una ingesta crónicamente baja puede hacer que las personas sean más vulnerables al estrés metabólico, creando un entorno biológico en el que los efectos de la obesidad en el cerebro se acentúan aún más.

"La mayoría de las personas no se dan cuenta de que no consumen suficiente colina. Incorporar alimentos ricos en colina a la rutina puede ayudar a reducir la inflamación y a fortalecer el cuerpo y el cerebro a medida que envejecemos", ha recomendado Wendy Winslow, coautora del nuevo estudio.

Riesgos nutricionales de los fármacos para la obesidad

La nueva generación de fármacos para bajar de peso ha transformado el tratamiento de la obesidad gracias a sus fuertes efectos sobre el peso corporal, la función metabólica y el riesgo cardiovascular. Sin embargo, dado que los fármacos GLP-1 reducen drásticamente la ingesta calórica y alteran los patrones de alimentación, quienes los toman podrían no consumir suficiente colina y otros nutrientes clave, lo que resalta la necesidad de considerar la suplementación para apoyar los procesos metabólicos y la salud cerebral esenciales. Se requieren estudios futuros para determinar si la combinación de terapias con GLP-1 con una ingesta adecuada de colina puede ayudar a mantener la resiliencia metabólica y favorecer la salud general durante la obesidad.

Cómo se realizó el estudio

El ensayo examinó a 30 adultos jóvenes, la mitad con obesidad y la otra mitad con peso saludable, todos de entre 20 y 30 años. Cada participante proporcionó una muestra de sangre en ayunas, lo que permitió a los investigadores medir la colina circulante, las citocinas inflamatorias, los niveles de insulina y glucosa, las enzimas relacionadas con el hígado, otras medidas metabólicas y la cadena ligera de neurofilamentos (NfL).

Al comparar estas medidas entre grupos, el equipo identificó un patrón claro que vincula la obesidad con niveles más bajos de colina, mayor inflamación, estrés metabólico y signos tempranos de daño neuronal. Para comprender mejor las implicaciones cerebrales, los investigadores compararon estos hallazgos con los niveles de colina y NfL de adultos mayores diagnosticados con deterioro cognitivo leve o enfermedad de Alzheimer. 

La misma relación entre niveles bajos de colina y niveles altos de NfL se observó en ambos grupos. Esto sugiere que algunas de las vías biológicas que conducen al Alzheimer podrían estar activas décadas antes de que aparezcan los síntomas, especialmente en personas con obesidad o estrés metabólico.

Los resultados

En conjunto, los resultados apuntan a un vínculo entre la obesidad, la inflamación, el estado de la colina y el estrés neuronal temprano, una conexión que puede ayudar a explicar por qué los trastornos metabólicos aumentan el riesgo de deterioro cognitivo más adelante en la vida.

Si bien el estudio no muestra causalidad, revela una constelación de biomarcadores que se asemejan a los patrones observados en adultos mayores con deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer. También concuerda con informes previos en roedores que muestran que la falta de colina en la dieta de ratones provoca obesidad, disfunción metabólica y aumenta la patogénesis del alzhéimer.

"Nuestros resultados sugieren que, en los adultos jóvenes, una buena salud metabólica y una cantidad adecuada de colina contribuyen a la salud neuronal, sentando las bases para un envejecimiento saludable", afirma Jessica Judd, coautora también del estudio.

Las investigaciones continuas aclararán cómo el estrés metabólico temprano configura el riesgo neurodegenerativo a largo plazo y, en última instancia, podrían indicar nuevas formas de preservar la salud del cerebro décadas antes del deterioro cognitivo.

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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