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El tentempié nocturno que puede cambiar para bien tu microbiota

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Viernes 8 de agosto de 2025

8 minutos

Comer pistachos durante 3 meses altera las bacterias intestinales y podría prevenir la diabetes

El tentempié nocturno que puede cambiar para bien tu microbiota. (Bigstock)
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Sabemos que la microbiota intestinal humana, nuestro ‘segundo cerebro’, está determinada predominantemente por factores no genéticos, de los cuales la dieta es un regulador clave a corto y largo plazo, como se establece en un ensayo de 'Nature'. Sabemos, también, que los frutos secos son un componente recomendado de los patrones dietéticos saludables que modulan beneficiosamente la microbiota intestinal a lo largo de la vida, como se ha constatado en ensayos como el del 'British Journal of Nutrition'.

En comparación con otros frutos secos de consumo común, los pistachos son ricos en fibra, aminoácidos esenciales, potasio, colina, vitaminas A y K, fitoesteroles y compuestos fenólicos. 

Estos componentes pueden actuar como sustratos que dan forma a la composición y función de la microbiota intestinal, refiere un trabajo de 'Plants'. Las propiedades de composición intestinal son un factor cada vez más reconocido en el desarrollo de enfermedades crónicas, en parte porque son indicadores de la participación de la microbiota en el metabolismo del huésped, incluido el suministro de energía a los colonocitos, la señalización de la respuesta inmune, la síntesis de vitaminas y la protección contra patógenos.

Y sabemos, además, que en España, según datos del estudio Di@bet.es de la Sociedad Española de Diabetes (SED), un 13,8% de la población adulta padece diabetes y un 14,8% algún tipo de prediabetes (intolerancia a la glucosa, glucemia basal alterada o ambas).

El refrigerio nocturno ideal

A pesar de su frecuencia, las estrategias de intervención dietética eficaces siguen siendo limitadas. Sin embargo, llega un nuevo estudio que revela que sustituir un refrigerio nocturno típico de carbohidratos por pistachos puede alterar beneficiosamente la flora intestinal en personas con prediabetes.

Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU), en un ensayo clínico de 12 semanas, han descubierto que el consumo de pistachos aumentó la microbiota intestinal beneficiosa, como la Roseburia, y redujo la de la Blautia hydrogenotrophica. Estos cambios podrían favorecer la salud metabólica y retrasar la progresión a la diabetes tipo 2. Si bien se necesita más investigación para confirmar los resultados en la salud, este estudio posiciona a los pistachos como un refrigerio nocturno prometedor con potencial para fortalecer el microbioma.

 

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Los hallazgos han sido publicados en la revista 'Current Developments in Nutrition' y determinan que los pistachos tienen un efecto similar en la glucemia que consumir de 15 a 30 gramos de carbohidratos.

"Una recomendación dietética común para las personas con prediabetes es consumir un refrigerio nocturno de 15 a 30 gramos de carbohidratos para ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre durante la noche y la mañana, Por ejemplo, se podría comer una o dos rebanadas de pan integral", ha explicado Terrence Riley, autor principal de esta investigación, quien obtuvo su doctorado en ciencias de la nutrición en Penn State y actualmente trabaja como investigador postdoctoral en la Universidad Estatal de Luisiana..

56 gr. de pistachos

Los investigadores observaron que consumir aproximadamente 56 gr de pistachos cada noche durante 12 semanas resultó en perfiles microbianos fecales significativamente diferentes en comparación con quienes consumieron los 15 a 30 gr. recomendados de un refrigerio con carbohidratos. Como hemos adelantado anteriormente, grupos bacterianos específicos, como Roseburia y miembros de la familia Lachnospiraceae (conocidas como bacterias 'buenas' que producen ácidos grasos de cadena corta beneficiosos, como el butirato, fueron más abundantes tras el consumo de pistachos.

Como ha explicado Kristina Petersen, directora de la investigación, "el butirato sirve como fuente primaria de energía para las células del colon, ayuda a mantener la barrera intestinal y favorece los procesos antiinflamatorios. Los pistachos parecen tener la capacidad de modificar significativamente el microbioma intestinal en adultos con prediabetes, especialmente cuando se consumen como refrigerio nocturno. Estos cambios en el microbioma podrían ofrecer otros beneficios para la salud a largo plazo, como ayudar a retrasar el desarrollo de la diabetes tipo 2 o a reducir la inflamación sistémica, algo que esperamos explorar en futuras investigaciones".

El estudio involucró a 51 adultos con prediabetes y se llevó a cabo durante dos períodos de 12 semanas separados por un descanso, de modo que los efectos de la primera parte del ensayo no afectaran a la segunda. Al finalizar el mismo, todos los participantes recibieron ambos tratamientos. Se recogieron muestras de heces y se analizaron mediante la secuenciación del gen ARNr 16S, una técnica que permite clasificar las bacterias según su composición genética.

Grupos bacterianos

Petersen ha puntualizado que los participantes que comieron pistachos también experimentaron reducciones en varios grupos bacterianos que se han vinculado con resultados metabólicos menos favorables. "Los niveles de Blautia hidrogenotrófica, una bacteria que ayuda a producir compuestos que pueden acumularse en la sangre y perjudicar la salud renal y cardíaca, disminuyeron tras el consumo de pistachos. Los niveles de Eubacterium flavonifractor, que descompone los compuestos antioxidantes beneficiosos de alimentos como los pistachos, también disminuyeron".

Ha recalcado también que "la fortaleza del ensayo reside en el diseño utilizado: un ensayo clínico cruzado aleatorizado, en el que todos los participantes reciben ambos tratamientos en orden aleatorio. Al incluir a todos los participantes del grupo de pistacho y del grupo de atención estándar, el estudio ayudó a los investigadores a comprender mejor cómo alimentos específicos como los pistachos pueden influir en el microbioma intestinal. Aún no está claro si estos cambios se traducen directamente en mejoras en la salud, una cuestión que requiere más investigación”.

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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