Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
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Domingo 4 de julio de 2021
ACTUALIZADO : Viernes 24 de septiembre de 2021 a las 12:06 H
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Acceder a la jubilación no es un paso sencillo, sino que hay que cumplimentar algunas características. La más conocida es completar un periodo total de cotizaciones previas que nos permitan acceder a esta prestación. Estos periodos se realizan a lo largo de la vida laboral.
Sin embargo, hay un periodo, llamado carencia específica, que obliga a que parte de ese periodo de cotizaciones sea próximo al momento en el que se pida la pensión.
Así, para tener derecho a una pensión de jubilación, entre otros requisitos, se han de acreditar una cotización de al menos 15 años (carencia genérica), y 2 de esos años (carencia específica) han de haberse cotizado en los últimos 15 antes de solicitarla.
Este requisito hay veces que es difícil de cumplir. Por ejemplo son aquellos contratos en los que el sujeto está de alta pero sin la obligación de cotizar o por ejemplo un paro forzoso sin subsidio. En estas ocasiones entra en acción la doctrina del paréntesis.
Esta doctrina consiste en colocar entre paréntesis, como si fueran inexistentes, los periodos en que no se cotizó por causas ajenas a la voluntad de la persona. De esta forma, si llegáramos a la jubilación en una de estas situaciones, como estando en el paro de forma forzosa, la doctrina abre la puerta a que el periodo de 2 años pueda estar dentro de los 15 anteriores a la fecha en la que se terminó la obligación de cotizar.
Cada persona es un mundo y todos los casos deben ser estudiados uno a uno, pero aun así estas son las situaciones en las que más se utiliza la doctrina del paréntesis:
Una situación que impide beneficiarse de esta docrita es cuando el trabajaro está con una Incapacidad Permanente Total y sin trabajar. Y es que esta incapacidad sí que permite trabajar en otras actividades distintas de la profesión habitual.