Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorVisitar monasterios es una experiencia que nos llena de espiritualidad y nos traslada a otros momentos de nuestra historia. El vasto patrimonio de Portugal cuenta con autenticas joyas arquitectónicas, bellos edificios, en los que se combinan varios estilos y que no dejan indiferente al viajero.
Este monasterio es el conjunto monástico portugués más notable de su tiempo y una de las principales iglesias europeas. Si vamos a Lisboa, no podemos dejar de visitar esta esta construcción que se inició en 1501 y duró cien años encabezada por un notable grupo de arquitectos y maestros de obra nacionales y extranjeros. Clasificado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, destacan sus inmensas fachadas, la iglesia y los bellos claustros de estilo manuelino.
En la ciudad de Batalha, el Monasterio de Santa Maria da Vitória, más conocido como Monasterio de Batalha, también está inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial. Mandado construir en 1386 por D. João I, como promesa y agradecimiento por la victoria en la Batalla de Aljubarrota, en la que los portugueses garantizaron la independencia del trono, es un monumento gótico con hermosas vidrieras, claustros, de estilo manuelino. Sorprende al visitante fachada con enormes capiteles, pináculos y contrafuertes.
El Monasterio de Alcobaça fue la primera obra íntegramente gótica erigida en Portugal. La construcción se inició en 1178 y terminó cerca de 100 años después. En esa época los maestros albañiles de la Orden del Císter estaban experimentando una nueva “forma” de construcción –el gótico– introduciendo este lenguaje arquitectónico en el territorio portugués. Destacan las tumbas de Pedro e Inês, cara a cara, para que, cuando resuciten se encuentren. Las tumbas son auténticas obras de arte, con los cuerpos en altos relieves que alcanzan los 15 cm de profundidad.
El impresionante conjunto cuenta, además, con dependencias medievales, entre las que destacan el comedor, el dormitorio, la sala capitular, el claustro, lacocina y la sala de los reyes.
A 6 km de Braga encontramos el Monasterio benedictino de Tibães construido en el s. XVII, y que es uno de los más grandes del país (con cuatro claustros) y de gran riqueza decorativa, según el proyecto de Manuel Álvares. Destaca el trabajo de talla dorada, los retablos y la decoración barroca de André Soares, el órgano barroco y sus bellos azulejos. Además, el recinto se encuentra enmarcado por un bosque circundante en el que encontramos una capilla del s. XVIII.
Antigua sede de la Orden de los Templarios, Tomar es una ciudad con gran encanto, tanto por su riqueza artística como cultural. Su máximo exponente se encuentra en el Convento de Cristo, una de las obras renacentistas más importantes de Portugal.
La Charola es la parte más antigua del convento, seconstruyó en el siglo XII, al igual que el castillo, que, en su momento, era la construcción militar más moderna del reino, inspirada en las fortificaciones de Tierra Santa. Se transformó en capilla mayor con motivo de la reconstrucción ordenada por Don Manuel I, en el siglo XVI, momento en el cual el conjunto alcanzó el esplendor arquitectónico actual, que le permitió ser catalogado como Patrimonio de la Humanidad.