La ensaladilla rusa es uno de los platos más populares de nuestro país y de otros muchos puntos de Europa, Asia y América. Y más cuando el calor aprieta y apatecen platos fríos. La receta, a priori muy sencilla, varía según el lugar donde se elabore. Por ejemplo, una de las primeras referencias a este bocado forma parte del libro de cocina The Modern Cook, publicado en 1845, que incluía ingredientes tan variados como las alcaparras, el cangrejo, las anchoas o la langosta. Por otro lado, la receta del chef francés Urbain Dubois, diseñada en 1856, cambiaba estos alimentos por la remolacha, el apio, los pepinillos y la remolacha.
Una vez repasados los orígenes de la ensaladilla rusa, queda claro que su elaboración no sigue una receta concreta, pues se basa en la cultura y la tradición culinaria de cada país. De hecho, esto ocurre incluso dentro de España, aunque hay algunos ingredientes comunes que (casi siempre) se mantienen inalterables, como la patata, los guisantes, la zanahoria y el que aporta el toque maestro: la mayonesa.
Lamentablemente, si hay algo que se suele repetir a lo largo y ancho de nuestro país son los errores de cocinado, que muchas veces terminan por enturbiar el resultado final del plato. ¿Cuáles son los que debes enmendar para preparar la ensaladilla rusa perfecta?
Usa la mejor patata
La base de la ensaladilla es la patata, así que no te la juegues usando una patata que no sea de la mejor calidad. Para cocer es mejor usar patatas nuevas o tempranas, que son más firmes y se mantienen enteras después de la cocción. También es importante que no te pases de cocción, o la patata se deshará.
Elige bien los ingredientes
Los ingredientes varían según la receta y en cada casa. Hay quien le pone caviar, gambas o langostinos, pero los que no pueden faltar son, además de la patata, la zanahoria, el huevo duro, el atún y los guisantes. Elígelos frescos, sobre todo la patata y la zanahoria, los guisantes congelados o en conserva no dan mal resultado. Para decorar, aceitunas y unas tiritas de pimiento morrón son lo más clásico.
Mayonesa, mejor casera
Escrita con y o con h, mahonesa o mayonesa, esta salsa siempre queda mejor cuando se hace en casa. A base de aceite y huevos, no es difícil de hacer aunque a algunos les dé reparo. Eso sí, consúmela en el mismo día en que la prepares, y consérvala en frío, para evitar la proliferación de salmonelosis.
Cuidado con la mezcla
Como el Martini, revuelto pero no agitado, hay un punto en la mezcla perfecto, entre unos dados de patata demasiado enteros y una crema de patata completamente deshecha. Busca el equilibrio, cortando todos los ingredientes con el mismo tamaño, y mezclándolos cuidadosamente. Si te gusta muy cremosa, machaca alguna de las patatas con un tenedor, pero no todas.
Déjala que repose
Uno de los mejores trucos para hacer la ensaladilla perfecta es darle un tiempo de reposo, para que todos los ingredientes se enfríen y se integren. Hazla por la mañana y guárdala en la nevera hasta el momento de consumirla.