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10 castillos para recorrer la provincia de Córdoba

65ymás

Lunes 5 de abril de 2021

ACTUALIZADO : Lunes 5 de abril de 2021 a las 13:10 H

16 minutos

Es uno de los territorios más idóneos para la contemplación de estas fortificaciones

Los castillos de Juego de Tronos Castillo de Almodovar del Río
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Lunes 5 de abril de 2021

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La grandiosidad del patrimonio arquitectónico de los municipios de la provincia de Córdoba pasa, en gran medida, por sus numerosos castillos, muchos de ellos perfectamente conservados para el deleite del visitante. Este territorio es, sin duda, uno de los más idóneos para la contemplación de estas fortificaciones que se extienden de norte a sur, y de este a oeste, y forman parte de ese rico y valioso patrimonio artístico, que nos remonta a otras épocas y culturas. Castillos cargados de historia, en los que la huella de las distintas civilizaciones se hace patente y que no dejan indiferente al viajero. 

A continuación, traspasamos los muros de estas edificaciones y conocemos más sobre 10 de los que mejor valoran los turistas:

1. Castillo de Almodóvar del Río

Los castillos de Juego de Tronos Castillo de Almodovar del Río

 

Está situado al suroeste del pueblo sobre un elevado promontorio rocoso que roza los 250 metros sobre el nivel del mar, lo que confiere a la fortaleza un imponente aspecto casi inaccesible; de hecho parece ser que nunca se tomó por la fuerza y cuando se ganó fue por sorpresa o por capitulación. Tiene una superficie de unos de 5.600 m2 y se considera como una de las fortalezas más famosas y mejor conservadas de la provincia de Córdoba y también de España

La construcción del castillo aparece remontarse a los tiempos de la dominación musulmana pues en tiempos de al-Maqqari (759) era una gran fortificación. Tras la reconquista, y especialmente a partir de los reinados de Alfonso XI y Pedro, el castillo conoció días de esplendor, siendo entonces cuando debió construirse la mayor parte de la fortaleza existente, que llegaría al siglo XIX en un estado ruinoso. En la actualidad el castillo está completamente reconstruido gracias a las obras de restauración llevadas a cabo entre 1902 y 1915, bajo la dirección del arquitecto Adolfo Fernández Casanova, a instancias de su propietario D. Rafael Desmaissieres y Farina, XII Conde de Torralva; aunque las obras comenzaron con anterioridad y no concluyeron hasta 1936.

El gran recinto amurallado se rodea de fuertes murallas que se doblan formando una barbacana en la mitad del perímetro, por el ángulo SO. y los flancos O. y N. que son los menos protegidos, razón por la cual también se levantaron aquí numerosas torres: la de las Campanas o de la Miga, la de la Escucha, la de la Escuela, la Redonda, la Cuadrada, la del Moro y una más pequeña en el extremo más oriental. Todas estas torres se caracterizan por sus dimensiones y forma diversas, si bien, predominan los torreones prismáticos, de planta rectangular, a excepción de la Redonda. Todas ellas están coronadas con azoteas, canes, garitones y almenas y, a veces, con merlones prismáticos macizos o perforados con aspilleras; el interior de todas ellas es macizo, mientras que en el resto del alzado se superponen varias estancias cubiertas con bóvedas gallonadas de base octogonal propias de la arquitectura mudéjar.

En el flanco oriental sobresale la octava torre del castillo que corresponde a la torre del homenaje, de 26 m de altura, (a modo de torre albarrana) que es la edificación más importante de todo el castillo y que se une al resto del castillo mediante un viaducto alto hasta el adarve. Su planta es cuadrada y se organiza en su interior a través de tres plantas. Las cámaras de los dos primeros pisos son octogonales pero la superior, la más interesante, es cuadrada y tiene una curiosa cubierta abovedada de disposición octogonal con gruesos nervios que refuerzan las aristas de los casquetes; el paso de la planta cuadra de la base al octógono de la bóveda se resuelve mediante trompas con arcos de herradura. Sobre la puerta de entrada a la torre aparece un escudo con los atributos de Castilla y León, ceñido por una bordadura con tracería mudéjar y un esquemático tallo de hojas puntiagudas y encorvadas y en su pie figuran dos leones echados y aculados. En el extremo opuesto de la torre del homenaje se ubica la torre de la Escuela, ochavada y con bóveda de sillares, con la clave formando pequeñas piezas en cruz; presenta al exterior ventanas de parteluz y garitones volados en los dos ángulos opuestos a al recinto. La amplia plaza de armas está dispuesta a dos niveles, más alto el occidental, que se comunican por el lado S. y en ella se encuentran dos grandes aljibes. En la restauración de Fernández Casanova se construyeron en esta plaza de armas una vivienda noble, una capilla dedicada a la Virgen del Rosario (patrona de la villa) y otras dependencias de estilo neogótico.

El acceso al castillo se realiza por un arco apuntado de herradura seguido de un vestíbulo cuadrangular. En uno de los ángulos de la torre que flanquea la puerta aparece el escudo de la Casa de Córdoba, así como una gárgola en forma de ménsula por debajo de las almenas.

Todo el conjunto conforma una de las más impresionantes fortalezas de la provincia de Córdoba, pero las restauraciones llevadas a cabo a comienzos del siglo XX enmascararon gran parte de las fábricas originales y hoy día se hace difícil establecer diferencias claras, por lo que urge un estudio arqueológico de todos los paramentos. El castillo es de propiedad privada y está abierto al público. Ha sido escenario de numerosas películas y documentales y de la famosa serie Juego de tronos.

2. Castillo de Iznájar

Castillo de Iznajar

 

El castillo de Iznájar dio nombre a la población, referente obligado de su imagen y de su conformación urbana. Prototipo de un hisn árabe al tener las características propias de los castillos roqueros de ascendencia islámica, los cuales se localizaban en el punto más elevado del espacio a defender. Las laderas norte y noreste del promontorio son escarpadas actuando como muralla natural, el resto presenta un perfil más suave que ha permitido el asentamiento del caserío.

Tradicionalmente se ha considerado la totalidad de este espacio de época emiral, de mediados del siglo VIII, siendo reformado en el siglo X, aunque los últimos trabajos de investigación lo datan en el siglo XII. Fue remodelado en el S. XVIII para acondicionarlo como vivienda del administrador del Duque de Sessa, función que mantuvo hasta principios del S.XX. Tras años de abandono, fue adquirido a sus últimos propietarios (el Conde de la Revilla y hermanos) por el Ayuntamiento de Iznájar en el año 1991.

3. Castillo de Lucena-Torre del Moral

Castillo de Lucena-Torre del Moral

 

Situado en pleno centro histórico de Lucena, y declarado Monumento Histórico Nacional, fue cuartel general de los donceles, cuerpo militar y noble de élite al servicio del Rey Fernando el Católico. Su Torre del Homenaje fue prisión del rey Boabdil, después de ser capturado en la batalla de Martín González (1483), en el entorno de la Sierra de Aras. Más tarde, se convirtió en residencia de los Marqueses de Comares. Su nombre viene dado por la escultura en relieve de un moral que luce en su torre octogonal.

En la actualidad, el edificio alberga el Museo Arqueológico y Etnológico de Lucena, donde destacan la Sala de la Sima del Ángel, importante yacimiento del Paleolítico Inferior, que está considerado uno de los tres enclaves fundamentales para conocer el origen de la humanidad en España junto a Orce y Atapuerca. En la Sala Judía, se hace referencia a la antigua ciudad judía de Eliossana, conocida como la Perla de Sefarad.

4. Castillo de Belmez

Castillo de Belmez

 

El Castillo de Belmez se alza majestuoso sobre la cima de una elevada roca caliza desde la que domina, a sus pies, la localidad de Belmez. Se tienen noticias de este castillo desde el año 1245, aunque la torre principal y la muralla son posteriores, del siglo XV. Perteneció a la Orden militar de Calatrava después de pasar por el Concejo de Córdoba. En el siglo XV, se convirtió en una importante zona de control durante la Reconquista.

Entre los años 1810 y 1812, durante la Guerra de la Independencia, las tropas francesas se adueñaron del Castillo de Belmez, ocupándolo durante largo tiempo. Tan importante fue para los invasores franceses, que incluso repararon parte del recinto. La dominación francesa dejó una huella tan profunda en Belmez, que sus habitantes prefirieron deshacerse de ese bastión tan atractivo para sus enemigos, e intentaron destruirlo.

A la fortaleza se llega por una empinada y zigzagueante escalera que parte desde la calle Rafael Canalejo Canteroy el acceso se realiza a través de una puerta acotada, situada en uno de los cubos.

De forma alargada, su planta se adapta al terreno sobre el que se asienta, una enorme roca infranqueable por el lado noroeste por un profundo acantilado. Seis torres semicilíndricas dispuestas a lo largo de una muralla con tramos de distintos grosores rodean el recinto interior, en cuyo patio de armas perdura un aljibe, conocido popularmente como "la pisada del caballo", y que, dadas las características del terreno, siempre contiene agua.

La Torre del Homenaje, de planta pentagonal y 11 metros de altura, está dividida en dos plantas rematadas en bóvedas de ladrillo. Estuvo rematada por matacanes y almenas, elementos claramente defensivos que han desaparecido con el paso del tiempo.

5. Castillo de Carcabuey

Castillo de Carcabuey

 

El castillo de Carcabuey ha sido a lo largo de la historia lugar privilegiado desde el punto de vista estratégico y militar para el control de todas las vías de comunicación de la comarca de la Subbética, ya que en el confluían los caminos que servían de comunicación a cinco provincias andaluzas.

Se eleva sobre un promontorio rocoso que domina el pueblo y al que le da su nombre, el Cerro del Castillo, en el que se han encontrado restos y vestigios de ocupación humana en todos los periodos históricos, pudiendo remontarnos en el tiempo hasta, al menos, el Bronce Pleno como lo atestigua el hallazgo de una espada de bronce (1200 a C) conservada actualmente en el Museo Británico de Londres o una urna de cerámica del tipo Cruz del Negro (800 a C) que se halla en el Museo Histórico de Priego de Córdoba.

6. Castillo de Zuheros

Castillo de Zuheros

 

Pequeña fortaleza enclavada en la roca, que ocupa una posición de privilegio sobre un enorme risco. El origen del castillo se establece en el siglo IX un grupo de musulmanes, los Banu-Himsi, se asientan en los alrededores de la villa en una zona de peñascos que llaman Sujayra como un distrito rural de la provincia de Elvira, los árabes se mezclarían con los nativos de la zona que se convertirían al Islam. En el Siglo X Omar ibn Hafsún se rebela contra el califa Abdalá, domina varias Coras y se puede pensar que la población musulmana que habitaba Zuheros estuvo bajo el dominio de los rebeldes como lo estuvo la campiña sur y el resto de la Subbética, hasta que el Califa Abderramán III los somete en el año 309 (921-922).

Durante el Califato de Córdoba el castillo de Zuheros estaba dentro de un pequeño recinto amurallado, con unas 30 casas, una mezquita y varias torres, pertenecía a la Cora de Elvira y formaba parte de una de las rutas más importantes de este periodo unir la capital Califal (Córdoba) con la capital nazarí (Granada). Por ella pasaban mercaderes, pero también eran rutas del saber, ciencias y artes.

La toma de Zuheros se hace en los primero años de la década de 1240 por las tropas de Fernando III el Santo, se supone que el 14 de mayo día de San Matías.

Los mudéjares que habitaban en la villa debían de entregar solo los castillos, podían conservar sus casas, religión y tierras pero el alcaide poco después de la conquista por seguridad ordenó que las entregaran y la mezquita permitiéndole construir fuera de la cerca un arrabal y una mezquita.

La mezquita que se encontraba dentro de la muralla, después de unas someras reformas se reformó a un templo con una nave con una columna en medio y fue consagrada a Santa María.

Durante los Siglos XIII, XIV y XV fue puesto bajo jurisdicción señorial para una mayor seguridad ya que se encontraba en un punto muy estratégico por ser frontera entre el reino Cristiano de Castilla-León y el Nazarí de Granada.
Después de la conquista cristiana del Reino de Granada se van desmontando poco a poco la cerca que rodeaba a la villa.

A finales del siglo XV se inicia la construcción del Palacio Renacentista siendo señores de Zuheros D. Alonso y D. Juan de Córdoba, el cual se cree que nunca fue finalizado. A mediados del siglo XVI se comienza a ampliar la iglesia parroquial siendo atribuidas ambas construcciones a Hernán Ruiz IIII.

Con el paso del tiempo se produce un abandono del castillo, torres y palacio quedando todo en ruinas, en 1760 se coloca un reloj con su campana en la torre del castillo sustituido en 1927, permaneciendo en la torre hasta la década de los 60 del siglo XX cuando se desmonta y colocándose en la fachada de la iglesia. En 1964 se procede a la reconstrucción de las torres que vemos ahora.

7. Castillo de los Condes de Cabra

Castillo de los Condes de Cabra

 

El Castillo de los Condes de Cabra fue levantado por los musulmanes sobre construcciones romanas. Fue conquistado por San Fernando y sufrió diferentes reformas en época cristiana, siendo de gran importancia en las campañas bélicas de Umar IBn Hafsum y los califas de Córdoba. En él nació Enrique II.

La Torre del Homenaje, su estructura más peculiar, con más de 20 m de altura, se volvió a levantar en 1515. Los condes de Cabra convirtieron el castillo en su residencia a partir del siglo XVI, pasando a ser en la centuria siguiente convento de franciscanos capuchinos, monasterio del que ha quedado un claustro con bellas arquerías de estilo mudéjar, así como una iglesia, en la que se conserva una obra de Valdés Leal, La Visión de San Francisco, de 1672.

Actualmente la mayor parte del castillo está englobado entre las construcciones del colegio de las Madres Escolapias.

8. Castillo de Belalcázar

Castillo de Belalcázar

 

El castillo de Belalcázar, conocido como Castillo de Gahete Castillo de Gafiq o Castillo de los Sotomayor y Zúñiga es una fortaleza ubicada en el municipio de Belalcázar. Es una construcción de estilo gótico-militar, iniciada en la segunda mitad del siglo XV, siendo un referente de la arquitectura defensiva en la península Ibérica.

La denominación de Bel Alcázar, se debe a la singular torre del homenaje de la fortaleza. Desde su construcción, provoco el cambio de nombre de la villa donde se encuentra, que anteriormente era conocida por Gaete o Gahete.

El castillo se encuentra en una posición estratégica sobre un cerro de gran altura, al norte de Belalcázar, controlando por completo la localidad y su entorno.

Tiene una excelente cantería de granito, de disposición cuadrangular, con altos muros con ocho torres, cuatro macizas se sitúan en las esquinas y las otras cuatro, huecas, se sitúan en los flancos. El castillo se halla rodeado por una muralla, cuenta con un amplio patio de armas, decorado con arcos y un aljibe.

En el primer tercio del siglo XVI se le añadió una lujosa zona palaciega de estilo renacentista.

La estructura que más destaca, sin embargo, es la impresionante torre del Homenaje, lujosamente ornamentada, desproporcionada aunque de gran belleza, y que con sus más de 47 metros de altura es la más elevada de toda la península ibérica.

Es de reseñar también, la amplia mazmorra aún conservada en los subterráneos del castillo así como las caballerizas.

Comenzó su deterioro a partir de la ocupación por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia por ser modificado  para convertirlo en almacén y sufrir las consecuencias de la artillería.

Actualmente, el castillo es propiedad de la junta de Andalucía y está catalogado como Bien de Interés Cultural.

Se encuentra bajo la Ley Genérica del Patrimonio Histórico-Artístico, pero su estado interior está en ruinas y se encuentra bajo el inminente riesgo de ruina total por abandono.

9. Castillo Anzur

Castillo Anzur

 

Castillo Anzur está situado en una de las lomas cercanas a Puente Genil. Su silueta se puede observar desde varios puntos de la comarca debido a su situación geográfica en uno de los puntos más altos de la localidad.

Su origen es árabe, se construyó en el siglo X con fines de torre vigía. Fue testigo directo de la Batalla de Arnizol, en marzo de 1126, en la que las tropas del rey aragonés Alfonso I el Batallador, que había acudido en ayuda de los mozárabes, derrotó a los almorávides.

Al igual que la Campiña cordobesa y gran parte de las Subbéticas, fue conquistado por el rey Fernando III mediante pacto (febrero 1240 – marzo 1241), iniciándose a continuación su repoblación y repartimiento de tierras (1258). El castillo de Anzur y las poblaciones de Baena, Cabra y Lucena constituyeron la segunda línea de defensa en la frontera musulmana.

El consejo cordobés, al que pertenecía Castillo Anzur, concedió en 1258 este lugar y su fortaleza al obispado y catedral de Córdoba, y posteriormente fue incluido en el antiguo Señorío de Aguilar por don Gonzalo Yañez Dovinal y sus sucesores. Al extinguirse este linaje, y una vez finalizada la rebelión de Alfonso Fernández Coronel, el rey Pedro I lo donó a Vasco Alfonso de Sousa (1356), que en 1372 se lo entregó a cambio de Almenara, vinculándose definitivamente a la Casa de Aguilar.

El rey Fernando el Católico, estuvo en dos ocasiones (1482 y 1485) acampado en las inmediaciones del castillo Anzur, dentro del término municipal de Puente Genil, (antiguamente La Puente Don Gonzalo) en el lugar conocido como Campo Real, con motivo de la reconquista y guerra de Granada.

Actualmente solo queda la torre vigía, de grandes dimensiones y con pequeños miradores. En los alrededores del castillo se han encontrado multitud de restos arqueológicos como murallas, vasijas, etc.; dado que a los pies del mismo se asentaron a lo largo de los siglos diferentes culturas: la íbera, la romana y la árabe.

Castillo Anzur está muy vinculado a Puente Genil tanto que incluso aparece en el Escudo de la localidad que se hizo tras la unión del Pontón de Don Gonzalo – hasta 1834 dependiente del marquesado de Priego – con Miragenil (perteneciente a la provincia de Sevilla).

10. Castillo Alcazaba de Bujalance

Castillo Alcazaba de Bujalance

 

Se trata de una fortaleza musulmana de los tiempos de Abd al-Rahmán III del año 935. El recinto tiene una disposición aproximadamente cuadrada  de 59 por 51mts y sus muros se refuerzan con torres, que en origen llegaron a siete, ocupando las esquinas y el centro de tres lados. De estas torres sobresalen las llamadas de las Palomas y la Mazmorra.

Fue construido en el siglo X (durante el Califato de Abderramán III), es un claro ejemplo de arquitectura militar musulmana en al-Ándalus. Posteriormente sufrió varias remodelaciones, la última en 1512 para la cual la reina Juana I de Castilla mandó que se pagasen los gastos. Tiene planta rectangular con 59 m de norte a sur y 51 m de este a oeste. Su primitivo nombre, Bury al-Hans (Torre de la Serpiente) y el hecho de que tuviera siete torres dieron lugar al topónimo actual de la Ciudad y a su escudo de armas. De estas siete torres, quedan sólo tres en pie, la de la Mazmorra, la del Malvavisco y la de las Palomas.

En 1963, el Ministerio de Cultura lo declara Monumento Histórico Artístico. Actualmente su patio de armas se usa como espacio cultural y se encuentra en un proceso de catalogación, restauración y reconstrucción, destacando el Festival de Teatro, Música y Danza (Noches en la Alcazaba) y la Cena Andalusí durante los meses de verano.

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