Jesús Cubero
Opinión

Ja en parlarem

Jesús Cubero

Domingo 10 de mayo de 2020

6 minutos

Artículo de opinión escrito por Jesús Cubero, Secretario General de AESTE, titulado: Ja en parlarem.

Domingo 10 de mayo de 2020

6 minutos

Corría el año 1999 cuando visité en su despacho al Alcalde de Barcelona Joan Clos i Matheu. Yo era un joven lleno de ilusión que iba con el firme encargo de una fundación infantil para la que trabajaba, de conseguir que nos cediera una parcela municipal cercana al Hospital Vall d ́Hebrón para construir una residencia que alojara de forma gratuita a las familias de niños con cáncer que iban a tratarse en dicho hospital. Fiel a mis costumbres llegué con la antelación debida para recoger a un patrono de nuestra Fundación, el Dr. José Sánchez de Toledo, quien por entonces era el Jefe de Oncología Pediátrica del Hospital, y había sido compañero del Alcalde en su etapa universitaria cuando ambos estudiaban Medicina en la Universitat Autònoma de Barcelona. 

En el recorrido en taxi hasta el despacho del Dr. Clos, mi acompañante me ilustró sobre la fina diplomacia catalana. Mira Jesús, si el Alcalde no lo tiene claro desde el principio y nos dice “ja en parlarem” significa que hoy no toca, y que el tema no pinta nada bien. Si llegamos a ese punto, plegamos velas, agradecemos la visita y buscamos otra ubicación en España para construir la primera residencia para niños con cáncer y sus familias. 

Desde entonces, he recibido ese “ja en parlarem” en muchos idiomas y en multitud de ocasiones. Y aquel día recibí una de mis primeras lecciones de Diplomacia (sí, en mayúsculas) y aprendí a encajar con una sonrisa hierática esa respuesta. 

Sin embargo, aunque desde el sector empresarial de atención a la dependencia hemos trasladado en repetidas ocasiones nuestra oferta de colaboración al Ministro de Sanidad y al Vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, para elaborar de forma conjunta las recomendaciones y protocolos a implementar en el proceso de desescalada para las residencias y demás servicios de atención a las personas mayores, tan sólo hemos recibido de forma tácita por respuesta ese “ja en parlarem”. 

A pesar de nuestros ofrecimientos y solicitudes de reunión, ni una sola vez en estos dos meses de pandemia hemos sido convocados a una reunión telemática para conocer la situación del sector, para ver las necesidades de los mayores, para que nuestros trabajadores recibieran una palabra de ánimo, o para analizar la pertinencia de las recomendaciones que están elaborando para que las comunidades autónomas desarrollen unos protocolos que deberían atenerse exclusivamente a criterios técnicos, y sobre los cuales me temo que caerá un importante componente político. 

Nuestras empresas tienen datos sobre la edad, condiciones físicas y mentales, y los datos clínicos de fallecimiento de los mayores durante esta crisis sanitaria. Los grandes grupos empresariales del sector, aquellos que cuentan con estructuras más profesionalizadas, están participando en estudios de investigación para conocer más sobre el virus y su forma de interactuar con nuestro organismo. Y durante todo este tiempo... ni una sola llamada, ni una sola respuesta por parte del Gobierno para poder participar en los protocolos de actuación o ahora en los de desescalada. Sin embargo, hemos sido capaces de trabajar en todas y cada una de las comunidades autónomas (abarcando el amplio espectro parlamentario) con los responsables de Sanidad y Políticas Sociales. 

Y es por ello que no quiero dejar de suscribir que coincidimos con la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología en que la respuesta que hemos dado como sociedad no ha sido suficiente. Hemos fallado como sociedad y ahora nos toca aprender de nuestros errores, diseñar un plan único para las residencias, no discriminar a los mayores ante un nuevo brote de la pandemia, compartir lo que nos ha funcionado, implementar una mayor coordinación social y sanitaria, y algo en lo que no están cayendo nuestros políticos: prevenir las consecuencias negativas del confinamiento. 

Avanzo al Gobierno que los protocolos sobre los que debemos trabajar son: 

  • Protocolo de desconfinamiento dentro de los centros residenciales. 
  • Protocolo de visitas de familiares en caso de residentes terminales.
  • Protocolo de visitas de familiares.
  • Protocolo de nuevos ingresos de residentes. 
  • Protocolo de apertura de centros de día.
  • Protocolo del servicio de ayuda a domicilio.
  • Protocolo del servicio de teleasistencia.
  • Protocolo ante un rebrote del Covid-19 .

Las grandes empresas ya están colaborando con las comunidades autónomas para que estos protocolos se lleven a cabo contemplando las mejores opciones para la salud física y emocional de los mayores. No podemos continuar por más tiempo manteniendo a los mayores en sus habitaciones, sin tener contacto con sus familias mientras contemplan por las ventanas de sus habitaciones cómo la gente pasea libremente por la calle. 

Debemos avanzar, con todas las garantías sanitarias, hacia una mayor normalidad en los centros residenciales, hacia una desescalada del régimen de visitas (es vital para ambas partes retomar esa relación afectiva entre las familias y los residentes), y que se autoricen los ingresos en los centros en los que no haya casos de Covid activos y con una prueba PCR negativa para el nuevo residente que vaya a ingresar. Cuando una familia solicita un ingreso para un residente es porque realmente lo necesita, y en estas últimas dos semanas son innumerables las solicitudes de ingresos que volvemos a tener porque las familias consideran que el único recurso que cubre sus necesidades es un centro residencial. 

Todos los agentes sociales debemos comenzar a diseñar la formación necesaria del personal, el plan de acreditación de centros, las nuevas ratios de asistencia, la creación de un plan de choque que restituya la calidad en las prestaciones del Sistema de Atención a la Dependencia, la implementación de unos instrumentos que garanticen el control público de la calidad de los servicios que reciben las personas mayores, y crear un nuevo modelo de atención sociosanitaria que sea eficaz y eficiente, y en el que se garantice la libertad de elección de centro residencial para la persona mayor o su familia. 

No podemos continuar esperando instrucciones mientras las personas mayores comienzan a mostrar signos de deterioro por la falta de estímulos. Lo vemos cada día en los centros, y no podemos esperar más. Ya vimos lo que supuso una semana de retraso en la toma de decisiones. Continuamos pues, trabajando con sindicatos, sociedades científicas, y comunidades autónomas. Ambos Ministerios y los responsables 

de los partidos políticos son bienvenidos al debate y planificación del futuro del sector, pero por el bien de los mayores... les anuncio que nosotros vamos avanzando. 

Tuve la suerte de negociar hace 21 años con el Alcalde Clos. Un político de raza con una sólida formación, vocación humanitaria, un sentido natural para adelantarse a los problemas, y una inteligencia que le facultaba para encontrar en cualquier empresa privada a un aliado natural para resolver las necesidades reales de la población más vulnerable. Un ejemplo vivo de socialismo al que siempre estaré agradecido por enseñarme a buscar fórmulas eficientes para resolver problemas. En su despacho, me preguntó: “Cubero, si el Ajuntament cede el terreno, vosotros construís el edificio, ponéis el personal y no cobráis a las familias por la estancia... ¿esto cuánto me cuesta?” Nada, Alcalde. Con una rápida mirada por encima de sus gafas enfocó al Dr. Sánchez de Toledo para verificar si era cierto que todo el coste de construcción y de mantenimiento sería asumido por la Fundación de una importante multinacional. Tras recibir un asentimiento por respuesta, me indicó: “Cancela el vuelo de esta noche. Te quedas a dormir en Barcelona y mañana a primera hora te reúnes con el Concejal de Urbanismo para elegir el mejor terreno y que comencéis a construir cuanto antes”. 

Entonces ni podía sospechar que veintiún años más tarde, y ante una crisis sanitaria como la que estamos sufriendo, en el vetusto Ministerio que mira cada mañana al Museo del Prado, ante cada petición de reunión o cada oferta de colaboración iba a recibir como respuesta ese formulismo catalán tan sutil de “ja en parlarem”.


Jesús Cubero (@JCuberoHerr), Secretario General de AESTE (@AESTE_oficial​).

Sobre el autor:

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Jesús Cubero es secretario general de AESTE.

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