Diabetes en personas mayores: el reto de la educación
Dra. María Sonia Gaztambide SáenzFoto: Bigstock
Viernes 14 de noviembre de 2025
4 minutos
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Viernes 14 de noviembre de 2025
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La diabetes es una enfermedad muy frecuente en nuestro medio. En España, el 13,8% de la población con 18 años o más tiene diabetes del tipo 2, que es la más frecuente. Esta prevalencia aumenta con la edad, alcanzando un 30% en población con más de 60 años, lo que quiere decir que aproximadamente una de cada 3-4 personas la tienen, aunque hasta un 40% lo desconocen. Además de la edad, la obesidad, la inactividad física, las dietas desequilibradas, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia también contribuyen a una prevalencia más elevada.
El envejecimiento del organismo con afectación de la función renal, junto a una menor percepción de la sensación de sed, puede enmascarar los síntomas clínicos característicos como son la poliuria y polidipsia, dificultando el nuevo diagnóstico.
Detección temprana de complicaciones
No todas las personas cumplen años con la misma situación funcional física y psíquica, bien por la duración de la diabetes y sus complicaciones (pérdida de visión, neuropatía, enfermedad cardiovascular) o por otras enfermedades, tienen más riesgo de depresión, caídas, deterioro cognitivo, alcanzando diferentes grados de fragilidad o dependencia. Por eso en el Día Mundial de la enfermedad, recordamos que es importante una prevención y detección temprana de las complicaciones.
El tratamiento, por lo tanto, debe ser personalizado, adaptándose a cada situación, que además puede ser cambiante en el tiempo. Aún así, la dieta debe ser equilibrada y la conveniencia de la actividad física adaptada debe ser una constante, incluyendo ejercicios que mejoren la fuerza muscular. El objetivo del tratamiento farmacológico, además de disminuir la glucosa, debe evitar las hipoglucemias, ya que en algunas personas pueden tener un alto riesgo. El grado de control dependerá de la situación de fragilidad de la persona.
Educación y tratamiento
La educación de las personas con diabetes sigue siendo uno de los pilares fundamentales del tratamiento, una formación adaptada a las necesidades y velocidad de aprendizaje de cada persona, especialmente en la prevención e identificación y actuación temprana en situaciones extremas de hipo e hiperglucemia. En los más mayores frágiles esta educación se deberá dar al cuidador.
Sin duda, la educación sigue siendo la asignatura pendiente en el tratamiento de la diabetes, no solo en países en vías de desarrollo sino también en países del primer mundo; el acceso a la educación no es equitativo y puede variar según el distrito postal en el que se resida. Más aún en personas de edad avanzada, la educación diabetológica es una necesidad, una prioridad. Esta educación debe ser integral y personalizada, enfocándose en el autocuidado, la prevención de complicaciones, y adaptándose a las necesidades individuales físicas, mentales y sociales del paciente. Los temas clave incluyen el manejo de la dieta y el ejercicio, la monitorización de la glucosa, el cuidado de los pies, la administración segura de medicamentos y estrategias de afrontamiento saludable, siempre simplificando los regímenes y fomentando la autonomía.


