Fernando Ónega
Opinión

Felipe González, la crisis de verdad

Fernando Ónega

Viernes 4 de julio de 2025

4 minutos

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Viernes 4 de julio de 2025

4 minutos

La crisis socialista no es solo Ábalos. Ni Santos Cerdán. Esos (y otros que saldrán) son nombres que emponzoñan a un partido, pero no son suficientes como para provocar la abultada caída del PSOE en intención de voto que reflejan las últimas encuestas privadas. La crisis de verdad, la que aporta un dramatismo sin precedentes, es la que provocó Felipe González el día que fue entrevistado por Carlos Alsina en Onda Cero y reveló que no votará al PSOE en las próximas elecciones generales. Votará en blanco, porque tampoco se le puede pedir que a su edad propicie que otra fuerza política derrote a la que él dirigió durante casi tres lustros.

Si esto me lo hubiesen dicho hace un año, hubiera llamado al hospital siquiátrico más cercano. Dicho hoy, no hago tal cosa. Tomo la entrevista y la declaración como un reflejo fiel del momento político. Felipe González fue el gran reformador de la socialdemocracia en la España democrática. Fue el que asumió el poder del partido en Suresnes en 1974 porque presentó un proyecto nuevo y seductor. Fue, con Alfonso Guerra, el artífice de la mayor victoria electoral del PSOE, con 202 diputados y un país ilusionado por el cambio. Fue quien firmó el Tratado de Adhesión a la Comunidad Europea. Fue un gobernante muy criticado, pero 

ganó más elecciones que nadie. Y ese hombre, con esa biografía, se niega a dar su voto a quien ahora ocupa su puesto. Todo un diagnóstico.

¿Ha sido solo por la corrupción que el equipo de Pedro Sánchez trata de reducir al trío Koldo-Ábalos-Cerdán? Pienso que no. Pienso que ha sido la culminación del desencanto por los pactos firmados con lo menos español y constitucional del mapa ideológico, por cesiones que no le correspondía hacer porque ponen en riesgo al Estado la unidad, por la traición del nuevo socialismo a su memoria, por el menosprecio de la Constitución, por la falta de sentido de Estado, por la ambición de poder que anula la voluntad de servir, si alguna vez existió, pero es la grandeza de la política.

Hubo otro indicio de profundidad de la crisis, que ha sido el artículo de Javier Cercas en El País y que pedía la dimisión de Pedro Sánchez. Y lo último, las encuestas que he mencionado, singularmente la del diario que acabo de citar y la de El Mundo. Anuncian catástrofe. Y creo que tampoco son solamente el resultado de los escándalos. Son el resultado de todo lo anterior. Son la voz popular, que sorprende porque España atraviesa un excelente momento económico, se crea empleo, nos inundan los turistas, hasta Trump elogia la economía española. Si en esas condiciones ambientales se quiere echar a Sánchez, es porque se ha convertido en una persona poco deseable para una notable mayoría de ciudadanos.

Y otro apunte personal: la última de esas encuestas se publica el mismo día que el Partido Popular inicia su congreso. Parece una preparada operación para levantar el ánimo de los asistentes a la asamblea para que aplaudan mejor y con más ganas a su líder Feijóo. Cuenten ustedes con ese fervor entusiasta de la parroquia de derechas. Y no me atrevo a pronosticar nada más. Solo me atrevo a expresar un deseo a Feijóo y su renovado equipo: no se lo crean de todo; no tomen los sondeos como una profecía, porque los ciudadanos cambian de idea y tienen ese derecho e incluso esa obligación de cambiar. Las encuestas, compromisarios del PP, confirman que Feijóo nunca lo tuvo tan a huevo, pero lo puede o se lo pueden estropear. El PSOE está tan tocado, que el reto que el PP tiene por delante no es siquiera acertar, sino no cometer ningún error. El primer error sería salir del congreso pensando que lo tiene todo hecho y que el camino a La Moncloa, antes lleno de espinas, es ahora un camino de rosas. El segundo error sería pensar que ante las urnas solo cotiza el rencor a Sánchez. Y el tercero, olvidar que ese Pedro Sánchez de las ambiciones juega a ser un gato que tiene siete vidas. Y no las ha consumido. Todavía le quedan casi la mitad.

 

Sobre el autor:

Fernando Ónega

Fernando Ónega

Fernando Ónega, presidente del diario 65ymas.com, es un cronista imprescindible desde los primeros tiempos de la transición. Una voz escuchada y respetada por su rigor y su neutralidad. 

Fue director de prensa de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez, siendo autor de buena parte de sus discursos.

Ha trabajado en distintos medios escritos y televisiones. En la radio, inauguró el comentario político en mayo de 1978, en el programa “Hora 25” de la Cadena SER. Después ha sido director de informativos de la Cadena SER y de la Cadena COPE, además de director general de Onda Cero. En esta misma emisora, colaboró con Luis del Olmo durante 17 años, con Carlos Herrera y, desde abril de 2015 a septiembre de 2022, colaboró en los programas “Más de uno”, con dos comentarios políticos diarios, y en La Brújula, con una carta también diaria.

En prensa escrita publicó su primer trabajo a los 13 años en “La Noche” de Santiago de Compostela. Dos años después firmaba una página semanal y hacía entrevistas en “El Progreso” de Lugo. Dirigió el diario “Ya”, fundó el confidencial y la agencia “Off the record” (“OTR Press) y en los últimos tiempos ha sido columnista de “La Vanguardia y “La Voz de Galicia”. 

En televisión, fue director de varios programas en TVE, así como director de relaciones externas de la cadena pública. También ha presentado los espacios informativos de Telecinco y Antena 3 y colaboró como contertulio en varios programas de debate. 

Autor de diversos libros entre los que destacan “El termómetro de la vida”, “Puedo prometer y prometo”, “Juan Carlos I”, “Qué nos ha pasado, España”. 

En 2020 recibió su tercer Premio Ondas, en este caso a la trayectoria o mejor labor profesional. El jurado reconoció "su fecunda carrera en la radio, tanto en su faceta directiva como ante el micrófono, desarrollada en las principales cadenas". "Fue pionero de la incorporación de los espacios de opinión en la radio, y sigue todavía hoy aportando una mirada ponderada sobre la actualidad", destacó. 

A lo largo de su trayectoria también ha recibido otros galardones, como el Premio Godó, varias Antenas de Oro y Micrófonos de Oro, aunque él presume de otros reconocimientos: por ejemplo, la Medalla Castelao de Galicia o los nombramientos como Hijo Predilecto de Pol, o Hijo Adoptivo de Lalín y de la Provincia de León.

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