
Lunes 4 de julio de 2022
2 minutos

Hoy se celebra un acto que debiera ser brillante y normal: la entrega de los Premios Princesa de Girona, que es uno de los títulos que ostenta la sucesora de la Corona. Sin embargo, no hay un local en Girona donde se pueda celebrar el acto y la princesa, acompañada de sus padres, los tiene que entregar en Barcelona. No tenemos noticia del papel del gobierno central en la protección de doña Leonor, pero tampoco tenemos claro cuál podría ser ese papel. Y el gobierno catalán, como siempre desde octubre de 2017: no enviará ningún representante. Vacío absoluto. Sin embargo, las dos hijas del rey Felipe y la reina Letizia estuvieron en la provincia de Girona, en el Museo Dalí. Y estuvieron solas, sin el amparo de sus padres. Supongo que algún día alguien defenderá el papel de la Monarquía en Cataluña. Supongo que algún día se darán las circunstancias para que no se repita el vacío oficial, no popular, que hoy veremos. Y, por mi parte, inicio un pequeño aplauso para la Princesa de Girona, que, en plena adolescencia, ya sabe lo que es afrontar graves responsabilidades. ¡Qué difícil es aprender el oficio de rey! O de reina, me da igual. No es ningún cuento de hadas.