La inteligencia artificial avanza una barbaridad. Lo último es que un grupo de máquinas se coordinan como si fuesen los fiscales del “procés” y, coordinadas, hacen un equipo capaz de ganar a los humanos en videojuegos. A poco que sigan avanzando, yo tendré una máquina, le daré a un botón y me saldrán decenas de artículos. Pero tengo una esperanza mayor: algún día habrá una máquina de esas en La Moncloa. Y el presidente le preguntará qué gobierno le conviene o qué coalición debe formar. Y la máquina le responderá científicamente. Y nos ahorraremos la plasta de la negociación de pactos. Y el mercadeo de cargos. Y las encuestas del CIS. Y su dictamen será inapelable. Hay que probar. Hay que saber si la inteligencia artificial es mejor que la inteligencia política. Seguro que sí.