

Esta tarde Alberto Núñez Feijóo descorrerá el telón del gran teatro de la derecha española y revelará al mundo lo que todo el mundo sabe: que presentará su candidatura a la presidencia del Partido Popular. Tiene por delante todos los desafíos que pueden tener un partido y un líder recién llegado: suturar las heridas de la última crisis interna por el enfrentamiento entre Isabel Díaz Ayuso y Teodoro García Egea, que terminó pagando Pablo Casado; reconstruir una ideología deteriorada por el marcaje de un Vox creciente en los sondeos de intención de voto; recuperar esos votos que se fueron al extremo por cansancio o desencanto de la dirección cesante; lograr el dificilísimo equilibrio de centrar o templar su discurso sin renunciar a la dureza de oposición; elaborar un mensaje que vuelva a ilusionar a su electorado tradicional, etc, etc, etc. Y además de todo eso, este cronista cree que el equipo que rodeará al señor Núñez Feijóo asume una tarea sin duda apasionante para quienes hacemos y leemos este diario: vista la edad de parte de sus miembros (Feijóo tiene 60 años), demostrarle a este país que los seniors valen para gobernar; que la experiencia que acumulan los seniors tiene que ser aprovechada en beneficio de todos y que la edad madura es una garantía de reposo, de solvencia y de rigor. Si lo consiguen, se les perdona que sean de derechas…