Victoria Herrero
Consejos
Por qué es importante que tires tus cremas solares abiertas al acabar el verano
Pasado el tiempo máximo de uso recomendado por el fabricante, esa loción ya no te protegerá tanto
Apostar por el reciclaje y dar una segunda oportunidad a productos que tenemos en casa es una buena idea, salvo si estamos hablando de cremas para la protección solar. En este caso, y una vez que empiezan a caerse las hojas de los árboles, lo mejor es deshacernos de ella, siempre y cuando esté ya abierta.
No repares en lo que te costaron o en que quede más de la mitad del bote lleno, las lociones solares caducan y no te aseguran una protección pasado el tiempo establecido por el fabricante. Algo que puedes comprobar mirando su fecha máxima de uso una vez abierta o comprobando si el color, el olor o la textura han variado en ese tiempo.
Si no sigues esta recomendación, debes saber que esa crema ni será eficaz ni del todo segura para cuidar tu piel de los rayos solares, por lo que se desaconseja su uso. Por ello, lo mejor es que cada año vayas comprando el tamaño más adecuado según vayas necesitando. Sin embargo, si la fecha de caducidad todavía no ha vencido y la crema está cerrada, no es necesario que la tires a la basura.
Protección todo el año, también en invierno
Vale que no uses la crema abierta del pasado verano, pero a lo que no puedes renunciar es a proteger tu piel el resto del año. No decimos que te pongas crema solar en las rodillas en pleno enero, ya que no las vas a llevar al descubierto, sino que protejas aquellas partes de tu cuerpo a la intemperie, sobre todo el rostro. Algo que se debe hacer los 365 días del año, incluso los más fríos y nublados, como recomiendan desde la Fundación para el Cáncer de Piel (@SkinCancerOrg).
Así, lo mejor es que te decantes por una solución en crema para una mayor protección y que te apliques esta barrera las veces que sea necesario, especialmente si pasas mucho tiempo al aire libre. Tampoco te olvides de proteger tus ojos con unas gafas de sol homologadas, además de usar un protector labial.
Todo es poco para combatir el principal riesgo asociado a la radiación ultravioleta del sol, responsable de dos patologías serias para nuestra piel: el envejecimiento y el cáncer cutáneo.