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Universidad de Mayores de la Pontificia Comillas: Seguir aprendiendo para envejecer mejor

65ymás

Lunes 15 de julio de 2019

7 minutos

Los beneficios de volver a clase pasados los 60 años son innumerables e indiscutibles

Universidad de Mayores de la Pontificia Comillas
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Lunes 15 de julio de 2019

7 minutos

Los avances en la medicina y la mejoras en la calidad de vida logradas en las últimas décadas han hecho que aumente la longevidad y que la idea de envejecer esté ya muy alejada de la inactividad en todos los sentidos. Y es que según diferentes estudios, un 58% de personas mayores de 60 años se decide a emprender nuevas actividades después de la jubilación, una cifra que va en aumento. El envejecimiento activo supone precisamente eso: la posibilidad de elegir y hacer multitud de actividades que hagan de la vejez una etapa plena, en la que una persona mayor esté absolutamente integrada en la sociedad, aportando su experiencia y disfrutando de cada nueva oportunidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define envejecimiento activo como el proceso que permite optimizar las oportunidades en salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas van cumpliendo años. Así, llevar una dieta saludable, hacer algo ejercicio físico a diario y potenciar el desarrollo cognitivo con nuevas actividades formativas son algunas de las claves para envejecer de manera activa. Y en este último punto, volver a matricularse en la universidad se presenta como una opción ideal.

"Los beneficios de acudir a la universidad de mayores son brutales e indiscutibles. Aunque no estudies, el hecho de ponerse una rutina, prestar atención en clase, hablar con los compañeros o participar en actividades académicas o lúdicas necesariamente te permite activar aquellas capacidades que tenías escondidas", subraya Angelo Valastro, director de la Universidad de Mayores de la Universidad Pontificia Comillas (@UCOMILLAS), que el próximo curso cumple 20 años abriendo nuevos horizontes a los séniors.

Este centro educativo ofrece a las personas de 50 años en adelante, con independencia de la formación académica que posean, un completo itinerario formativo de más de 1.300 horas, a lo largo de cinco años académicos, en el que se abarcan las principales áreas del conocimiento: Humanidades, Ciencias, Religiones... A lo largo de sus 20 años de andadura, más de 2.500 alumnos y más de 100 profesores, junto con numerosas personalidades de reconocido prestigio nacional e internacional, procedentes de diversos ámbitos de la vida social y cultural, han formado parte de unos cursos capaces de transformar por completo el día a día de sus alumnos.

Universidad de Mayores de la Universidad Pontificia de Comillas

Según Valastro, "hay personas que rejuvenecen visiblemente" tras su paso por la universidad. "Todos los años vemos casos casi mágicos", añade, al tiempo que explica que este movimiento universitario de mayores surgió hace dos décadas asociado a un ámbito sanitario, pero que los que se matriculan huyen de esa idea: "No quieren asistir a un taller de memoria o a un curso para mejorar dolores de espalda. Eso les parece ir al médico. Quieren aprender de Historia, Economía, Literatura, Derecho... Por eso, queremos que la universidad sea universidad", explica.

La sociedad en su conjunto y también cada persona a nivel individual deben asumir que el desarrollo personal no termina al cumplir 60 ó 65 años, sino que se prolonga a lo largo de toda la vida. Autolimitarse por una cuestión de edad es algo que, hoy en día, no tiene sentido. "Todo lo que implica aprendizaje a una edad avanzada es uno de los elementos esenciales para envejecer bien", apunta Emilio J. González, profesor de Economía de Comillas ICADE. "A estas alturas, de lo que tendríamos que estar hablando, tal y como nos vaticinaban, es de una plaga de casos de demencial senil y distintas enfermedades como consecuencia del envejecimiento de la población. Sin embargo, eso no está ocurriendo por una serie de factores. Y uno de ellos es porque la gente está intelectualmente activa", agrega.

Beneficios de apuntarse a la universidad de mayores

Volver a las aulas pasados los 50 años supone numerosos beneficios para mantener activas las capacidades cognitivas. Estudiar un temario es un ejercicio magnífico para entrenar y mantener la memoria en perfecto estado, alejando así el deterioro cognitivo. También mejora la toma de decisiones o la resolución de problemas. "Hay diversos estudios que evidencian que, al continuar estudiando, problemas relacionados con la mente y la edad, como son la demencia senil, el deterioro cognitivo o el Alzhéimer, retrasan su aparición a lo largo del tiempo e incluso pueden llegar a no aparecer o a hacerlo con menos virulencia y evolucionar de forma más lenta", afirma Emilio J. González.

Además, ir a la universidad se convierte en una motivación extra que ayuda en varios ámbitos de la vida cotidiana. Al tener que acudir cada semana al centro educativo, las personas mayores se sienten mucho más activas, independientes y realizadas, lo que al mismo tiempo favorece la vitalidad y el sentimiento de jovialidad y evita el sedentarismo y la depresión. Igualmente, contribuye a crear una nueva red de relaciones sociales fuera del hogar, combatiendo así la temida soledad.

Universidad de Mayores de la Universidad Pontificia de Comillas

"El aprendizaje es colectivo y sentirse parte de un grupo, de una comunidad es fundamental para envejecer bien. Es una forma de mantener relaciones sociales con gente de tu edad y de tus intereses, con las que puedes compartir mucho. Además, aprender cosas nuevas también es una fuente personal de disfrute. Aprender a entender una obra de arte, una novela, el poder tener una discusión con compañeros de clase sobre el contenido de determinado libro o película es personalmente enriquecedor", comenta el profesor de Comillas.

En definitiva, son muchos los beneficios que aporta participar en los programas universitarios de mayores: el estímulo intelectual, el desarrollo personal y la oportunidad de potenciar las relaciones sociales; pero, sobre todo, la satisfacción de hacer una actividad que se elige por voluntad propia en un proyecto de vida. Todo ello es beneficioso para la salud física y mental y, además, estar ocupado en estudios, investigaciones y tener un proyecto de futuro aumenta la autoestima, lo que provoca una gran mejora en las relaciones familiares y sociales.

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