
El ejercicio más recomendado para mayores de 65 años y que evita problemas en las piernas
También disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares

A medida que vamos envejeciendo, es normal experimentar un mayor desgaste físico y mental, lo que hace que las tareas cotidianas se puedan volver un poco más difíciles. Uno de los signos más evidentes del paso de los años se suele manifestar en las piernas, por lo que los expertos recomiendan incorporar la actividad física en la rutina para prevenir problemas en esta zona.
Si bien existen disciplinas como el yoga o el pilates que han ganado popularidad, la natación destaca como una alternativa más beneficiosa. Este deporte involucra especialmente la parte inferior del cuerpo, favorece la circulación de la sangre y ayuda a relajar el organismo, todo ello con un menor impacto en las articulaciones en comparación con otros ejercicios.
La natación reduce el peso que el cuerpo debe soportar, aliviando la presión sobre las rodillas, tobillos y caderas. Cada movimiento que se realiza dentro del agua activa la musculatura sin causar el desgaste de los ejercicios en tierra. La Fundación Española del Corazón destaca a la natación como una de las actividades más recomendables para personas mayores, ya que también disminuye la frecuencia cardíaca y reduce la carga sobre el corazón.

Cómo empezar a practicarla a partir de los 65 años
Para las personas que deseen empezar a nadar a los 65 años, es aconsejable primero consultar a un profesional o apuntarse a clases que están especializadas en personas mayores. Lo ideal es iniciar con sesiones cortas de entre 15 a 20 minutos, dos veces por semana, y luego ir incrementando la duración o la intensidad.
La natación es considerada como uno de los deportes más completos, ya que, además de ser suave con las articulaciones, mejora la salud cardiovascular, favorece la circulación y disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Beneficios adicionales
Si uno de tus objetivos es perder peso, la natación puede ser una opción muy eficaz. Investigaciones han mostrado que los movimientos repetitivos y constantes en el agua pueden acelerar el metabolismo y aumentar el gasto calórico. Una persona de 70 kilos puede quemar más de 280 calorías por hora, manteniendo un ritmo moderado, y hasta 700 calorías si se incrementa la intensidad.
Por otro lado, el contacto con el agua fría mejora la circulación y estimula la liberación de hormonas como la serotonina y la dopamina, que están relacionadas con el bienestar emocional. De esta manera, nadar no solo puede ayudar a reducir la ansiedad y la depresión, sino también a tener un sueño de mejor calidad.