Cuando se habla de la saturación de oxígeno en la sangre lo hacemos de la oxigenación de la misma, y aquí interviene la cantidad de hemoglobina que hay en ese torrente. Nos referimos a una proteína de los glóbulos rojos que transporta ese gas por todo el cuerpo. Te lo explicamos de forma sencilla: nuestro corazón es el encargado de bombear esa sangre por todo nuestro cuerpo y, a su vez, el oxígeno y los glóbulos rojos también siguen ese mismo recorrido por nuestro organismo.
Cuando todo marcha según lo previsto, esa saturación hace que nuestras células reciban el aporte de oxígeno que necesitan. En este caso, son varios los factores que garantizan que todos los tejidos y células reciban ese "alimento" vital, además de esa correcta función del corazón:
A todo esto, nosotros también podemos hacer algo más por mejorar esa "oxigenación" celular. Y algunas de estas recomendaciones pasan por:
En este caso, ese nivel de saturación de oxígeno en la sangre es recomendable que se encuentre entre el 95% y el 100%. Por debajo de un 90% se podría producir lo que se llama hipoxemia con lo que esa persona tiene dificultad a la hora de respirar, presenta un dolor de cabeza y se muestra confusa o agitada. Y ya incluso más abajo del 80% esa situación puede ser considerada como severa. En ambos casos hablamos de situaciones peligrosas ya que está en riesgo que se pueda producir una muerte celular por esos niveles que no están compensados. Por tanto, resulta esencial que un médico valore esa situación para poner el tratamiento adecuado en cada caso.
Una situación, la de la hipoxemia, que puede aparecer cuando esa persona tiene algún tipo de enfermedad pulmonar, de tipo coronario o padece una apnea del sueño, por ejemplo.
También en el caso de los pacientes que tengan un grado avanzado de alzhéimer se pueden encontrar niveles más bajos en cuanto a esa saturación de oxígeno en sangre. Y esto es debido a que la mayoría de estas personas apenas se mueven, tienen problemas de circulación sanguínea o se produce en su cuerpo un intercambio gaseoso a nivel pulmonar.
Para evitarlo y favorecer la capacidad pulmonar, en estos pacientes es bueno recurrir a la realización de ejercicios de fisioterapia respiratoria, seguir una buena alimentación y que esa persona esté correctamente hidratada.
Ahora viene la pregunta acerca de cómo se pueden medir esos niveles de saturación de oxígeno en sangre. La respuesta es por medio de un aparato que recibe el nombre de pulsioxímetro y que incluso podemos comprar vía online. Un dispositivo que funciona teniendo en cuenta la intensidad del color de esa sangre: a más coloración, mejor.
El funcionamiento de este tipo de sistemas resulta muy sencillo ya que basta con colocarlo sobre la yema del dedo. A continuación, se emiten varias ráfagas de luz de distinta frecuencia y estas son las encargadas de medir ese nivel de saturación de oxígeno en la sangre. Pero para hacer esa medición de forma correcta, es bueno que no olvides estos consejos previos:
Este método resulta sencillo de llevar a cabo en casa. Pero, además, en un centro sanitario nos pueden hacer otra prueba similar. En este caso empleando una gasometría arterial, sobre todo recomendada si esa persona (de edad avanzada) padece algún problema respiratorio. En este caso se hace una extracción de sangre para obtener los valores en relación al oxígeno, el dióxido de carbono, el pH o incluso la acidez.
Eso sí, es bueno que sepas de antemano que esta prueba puede resultar algo más dolorosa que un simple análisis de sangre. Y es que en este caso el procedimiento se hace con una extracción desde la arteria, no desde una vena. Sin embargo, se hace de una forma muy rápida, con un riesgo mínimo para ese paciente (también si se trata de una persona mayor) y cuyos resultados están disponibles en cuestión de unos minutos.