Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLas vacaciones, si bien son para descansar o hacer cosas que generalmente no podemos hacer por las obligaciones del día a día, también nos hacen cambiar nuestras rutinas y cuando hemos de retomarlas podemos sentir cansancio o estar en baja forma. Es normal y, como casi todo en esta vida, tiene solución. Bastará con unas sencillas pautas para poder volver a nuestro ritmo de vida, nuestra forma física e, incluso, mejorarla.
Los excesos en las comidas veraniegas también contribuyen a que perdamos la forma física e incluso que hayamos ganado unos kilitos de más. Hay que recordar que la alimentación juega un papel muy importante a la hora de ponernos en forma, con lo que será necesario revisar nuestra dieta para que sea variada, priorizando el consumo de frutas, verduras y productos naturales en general. Además de mejorar el estado de nuestra salud y recuperar el peso óptimo, también mejorará la calidad de vida.
En este sentido, seguir una dieta equilibrada, algo más rigurosa los primeros días, y una rutina de paseos nos ayudarán a recuperar la forma física. Lo más difícil es encontrar una motivación y mantenerla, por eso los retos que te marques han de ser pequeños y alcanzables y recuerda que los límites los pones tú. Estos consejos te ayudarán.
Sin prisa, pero sin pausa, no te marques grandes retos. Es mejor empezar la rutina de ejercicios a bajo nivel y marcarte pequeños retos a diario para ir superándolos. Las metas que te pongas han de ser realistas y sin forzar la máquina.
Planifica recorridos diferentes para no entrar en las comparaciones y no obsesionarte en si un día te cansas más y otro menos. Además, hacer siempre el mismo recorrido puede aburrirte.
El calor aumenta la fatiga con lo que el rendimiento disminuye. Salir a caminar a primera hora de la mañana o al atardecer, es decir, evitando las horas de mayor irradiación solar y temperaturas altas, te lo hará más fácil.
La ropa de deportiva no es solo estética y moda. Está fabricada con materiales específicos para hacer deporte que permiten la transpiración y una menor sudoración. Lo mismo pasa con el calzado para evitar torceduras de tobillo, lesiones y dolores musculares.
Aunque al principio los paseos sean cortos, sin pendientes y sin que requieran, aparentemente, mucho esfuerzo, piensa que, para tu cuerpo que está en baja forma y fuera de sus rutinas, el ejercicio por pequeño que sea puede significar un gran esfuerzo. De ahí la importancia de una buena hidratación que hará que el cansancio y la fatiga disminuyan y que tu rendimiento aumente. Para ello, lleva siempre un botellín de agua.
Los paseos y cualquier ejercicio que realices han de estar adaptados al nivel físico que tengas en cada momento. Estos harán que las metas sean más fáciles de superar, que no tengas lesiones o dolores musculares y que tanto anímica como físicamente te encuentres mejor.Según vayas aumentando el ritmo de los paseos y estos se vayan convirtiendo en caminatas más largas y a un mayor ritmo, puedes utilizar bastones, te ayudarán a mantener la estabilidad y no cargar demasiado un lado u otro del cuerpo, evitando así sobrecargas y posibles lesiones.
Para algunos hacer deporte puede ser un tiempo para uno mismo, para pensar en sus cosas o aclarar ideas. Si este no es tu caso, busca un compañero o compañera de paseos que, además de hacerte pasar un rato agradable, también sea un gancho y un compromiso para mantener las rutinas. Si en casa nadie se anima, no te preocupes: vuelve a la infancia y sal a la calle, allí encontrarás siempre personas en tu misma situación, que necesitan compartir sus metas y por qué no, sus dudas o preocupaciones.
Que nada ni nadie te frene. ¡Disfruta!