Preguntas

¿Qué usos terapéuticos tienen las corrientes galvánicas?

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 11 de noviembre de 2019

ACTUALIZADO : Lunes 11 de noviembre de 2019 a las 0:42 H

6 minutos

Esta técnica de electroterapia puede ser efectiva contra el dolor, aunque tiene contraindicaciones

Corrientes galvánicas
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 11 de noviembre de 2019

6 minutos

Las galvánicas fueron, durante años, las corrientes más utilizadas (y las primeras) en los distintos tratamientos de electroterapia, un término que, como señala la Sociedad Española de Medicina Estética (@SEMEstetica), agrupa una serie de técnicas basadas en la aplicación de distintos tipos de ondas y corrientes de baja intensidad con fines terapéuticos o estéticos.

Explicado de manera sencilla, una corriente galvánica es aquella generada por un equipo específico que consigue mantener un flujo constante de iones entre los polos positivo y negativo de los electrodos utilizados que, en contacto con la piel, hacen que esa corriente actúe en el organismo logrando determinados efectos, según la intensidad de la misma y el método de aplicación.

Las corrientes galvánicas son una herramienta utilizada en centros de belleza, para rejuvenecer y tonificar la piel, y también en distintos tratamientos de fisioterapia, principalmente por las propiedades analgésicas y antiinflamatorias que, según su uso, pueden llegar a presentar.

Corrientes galvánicas

Principales efectos de estas corrientes en el organismo

La aparatología actual, utilizada para la aplicación de corrientes galvánicas, permite un uso sencillo y seguro, una vez superados los inconvenientes que presentaban hace varias décadas los primeros equipos que, en algunos casos, provocaban irritación en la piel.

Los tratamientos que se realizan, tanto en centros de estética como de fisioterapia, consisten en aplicar una corriente de potencia continua, a una intensidad determinada, a través de los electrodos que recorren un área corporal concreta.

Como efectos generales, este método de electroterapia provoca un ligero aumento de la temperatura corporal que favorece la dilatación de los vasos sanguíneos. Según su intensidad, la corriente galvánica puede conseguir el alivio del dolor, al tiempo que provoca la estimulación de la musculatura de la zona tratada.

Hay que tener en cuenta que esta corriente se utiliza frecuentemente en tratamientos de iontoforesis, que consisten en aplicar vía tópica un determinado producto (un medicamento, una crema de belleza…) y lograr, a través del uso de estas corrientes, una mayor penetración a través de la piel. Por ejemplo, un fármaco antiinflamatorio en forma de pomada verá potenciados sus efectos mediante la iontoforesis porque conseguirá llegar con mayor facilidad y rapidez a las capas más profundas de la piel.

Corrientes galvánicas

¿En qué patologías pueden resultar aconsejables?

La Sociedad Española del Dolor (@Sedolor) considera que la estimulación eléctrica es una opción más que, en determinados casos, puede ayudar a reducir la sensación dolorosa en áreas concretas, tanto si su actuación se limita a una aplicación sobre la piel, como si se realiza con otras técnicas y aparatología de electroterapia más profundas, cuyos efectos pueden alcanzar al sistema nervioso.

Frente al dolor articular y determinadas enfermedades reumáticas, las corrientes galvánicas pueden proporcionar alivio, aunque es importante la consulta médica antes de recibirlas con fines terapéuticos. Además, debes distinguir las posibles corrientes utilizadas en cada tratamiento. La Asociación Salmantina de Pacientes con Artritis (ASAPAR) señala tres tipos, con aplicaciones distintas:

  1. Corrientes galvánicas puras o continuas. Son aquellas que mantienen su intensidad constante y resultan más eficaces a la hora de tratar dolencias de tipo inflamatorio que requieran, además, un alivio del dolor, dado que consiguen relajar las fibras nerviosas responsables de transmitir esa sensación hasta el cerebro. La iontoforesis y los llamados baños galvánicos, en los que solo se utiliza un electrodo y el otro es sustituido por una cubeta con agua templada en la que pueden introducirse manos o pies, son los tratamientos que habitualmente utilizan las corrientes galvánicas continuas para lograr el alivio del dolor en casos de artritis.
  2. Corrientes galvánicas interrumpidas. En este caso, la corriente se aplica mediante impulsos con el objetivo de favorecer la contracción muscular. Puede resultar interesante como método de gimnasia pasiva en aquellas situaciones en las que un músculo requiere rehabilitación.
  3. Corriente galvánica modulada. Podría decirse que es una combinación de ambas y suele utilizarse en el alivio del dolor crónico.
Corrientes galvánicas

Ventajas, inconvenientes y contraindicaciones

Aunque existen tratamientos de electroterapia más avanzados, estas corrientes siguen siendo empleadas por resultar una técnica poco invasiva que puede dar buenos resultados frente al dolor.

Si se padece una enfermedad determinada es importante asegurarse de que la corriente galvánica no está contraindicada o resulta desaconsejable, como ocurre con algunas cardiopatías. También si se es portador de algún tipo de prótesis, la consulta previa con el especialista es una medida básica de seguridad. Por ejemplo, las personas que llevan un marcapasos no pueden someterse a electroterapia.

También, debes saber que a algunas personas las corrientes galvánicas les resultan molestas o desagradables, mientras que otras no experimentan síntomas al entrar en contacto con la corriente. El grado de sensibilidad frente a los agentes externos es siempre individual y hay que tenerlo en cuenta.

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Mariola Báez

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