Salud

¿Sabes relajarte? Te proponemos 3 formas eficaces y fáciles de hacerlo

Olga Selma

Foto: Bigstock

Lunes 13 de julio de 2020

4 minutos

Dedicar unos minutos a la relajación diaria no cuesta casi nada y es de suma importancia para manten

3 técnicas sencillas y eficaces de relajación
Olga Selma

Foto: Bigstock

Lunes 13 de julio de 2020

4 minutos

Las técnicas de relajación son el conjunto de procedimientos que se usan para disminuir la tensión muscular y proporcionar bienestar físico y mental, aumentando la energía de nuestro organismo para afrontar nuestra actividad diaria. 

No hace falta tener ningún tener ningún problema específico para beneficiarse de las múltiples ventajas que tiene el practicar alguna técnica de relajación, ya que las emociones y sentimientos negativos nos provocan a todas las personas una tensión que nos daña física y mentalmente. La relajación previene trastornos de tipo psicosomático como dolores de cabeza, musculares y malestar general, aumenta la autoestima y confianza en uno mismo, reduce la fatiga, elimina la tensión física y mental, y disminuye la ansiedad. Por ello es recomendable saber relajarse, y sino podemos aprender mediante sencillas técnicas que nos llevan mucho tiempo.

Los expertos recomiendan realizar sesiones de al menos 30 minutos cada día, ya que si practicamos la relajación con regularidad conseguiremos dominar diferentes técnicas que después podamos utilizar de forma automática en situaciones de la vida cotidiana. 

Antes de empezar, buscaremos un ambiente tranquilo, sin demasiados ruidos y lejos de posibles estímulos exteriores. Desconectaremos el móvil y nos aseguraremos de que nadie nos va a interrumpir. La habitación escogida debe tener una temperatura moderada y una luz tenue. Y vestiremos ropa cómoda que nos permita respirar con facilidad.  

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3 técnicas sencillas y eficaces: 

1-Relajación muscular progresiva de Jacobson

Este método ideado por Edmund Jacobson en la universidad de Harvard y Chicago, se base en las sensaciones propias de contracciones y descontracciones musculares. Cuando estamos estresados o ansiosos una de las respuestas más comunes es la tensión muscular, esto se traduce en síntomas como cefaleas tensionales, dolor de articulaciones, contracturas musculares, etc… La relajación progresiva de los músculos reduce la frecuencia del pulso y la presión de la sangre, así como el grado de transpiración y la frecuencia respiratoria. Las claves para que cada ejercicio se realice correctamente son tensar al máximo el músculo, aflojarlo lentamente y sincronizar la respiración con ambos ejercicios, de forma que hay que tomar el aire y aguantarlo mientras se tensa y se acumula la tensión, y soltarlo muy lentamente, a la vez que se aflojan los músculos.

2-Ejercicios de respiración

El objetivo de las técnicas de respiración es facilitar el control voluntario de la respiración y automatizarlo para que pueda ser mantenido en situaciones de estrés. Si podemos calmarnos ante una situación estresante respirando despacio y profundamente, seremos más eficaces en cuanto al gasto energético de nuestro cuerpo y en cuanto al modo de consumir esa energía. En este ejercicio, cerraremos los ojos e intentaremos relajar todo el cuerpo. Inspira profundamente, mantén el aire y después expúlsalo lentamente. Haz este ejercicio cinco veces, después respira de la misma forma, pero cuando empieces a exhalar cuenta hasta 10, de forma que cuando llegues a 10 hayas recorrido todo tu cuerpo relajándolo desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Repítelo cinco veces más. 

3-Utilización de imágenes mentales

Es muy interesante recurrir a diferentes imágenes mentales para conseguir la relajación. No es otra cosa que aprender a relajarse e imaginar vívidamente diferentes cosas o situaciones de la forma más realista posible y aportando todos los detalles que podamos incluir, a la vez que generamos el control de nuestras emociones, sensaciones, comportamientos. Para ello, debemos recrear en nuestra mente imágenes que nos transmiten tranquilidad, como algún lugar en el que hemos estado en calma: balanceando nuestro cuerpo al ritmo de las olas; en el bosque tranquilamente oyendo los pájaros y el sonido de un río, corriendo sobre la hierba fresca, etc. Durante la visualización pondremos en marcha todos los sentidos como si la situación fuera real, de forma que nos encontremos viviendo las situaciones deseadas. Una música agradable y un poco de incienso pueden favorecer la relajación. La sesión de visualización debe finalizarse de modo gradual. Dejando que la imagen se desvanezca y volviendo a dirigir nuestra atención lentamente hacia la habitación.

Sobre el autor:

Olga Selma

Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.

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