Sociedad

De abuelos a padres de acogida: "Al principio es una situación muy angustiosa porque es tu familia"

Laura Moro

Foto: Bigstock

Domingo 21 de agosto de 2022

7 minutos

Aldeas Infantiles acompaña a los menores y a sus familias en este proceso

De abuelos a padres de acogida: "Al principio es una situación muy angustiosa porque es tu familia"
Laura Moro

Foto: Bigstock

Domingo 21 de agosto de 2022

7 minutos

Cuando unos padres no pueden hacerse cargo de sus hijos, son muchas las personas que renuncian a su papel como abuelos para convertirse en los cuidadores principales de sus nietos. Esto es lo primero que recomienda la Ley de modificación del Sistema de Protección a la Infancia y a la Adolescencia, ya que, de lo contrario, los niños podrían acabar viviendo en un centro de menores alejados de sus familias por completo.

De hecho, en España casi 50.000 niños están creciendo en el sistema de protección, y más de la mitad lo hacen en régimen de acogimiento de familiar, y 12.115 menores lo hace con un miembro de su familia biológica. Así lo afirma un informe de Aldeas Infantiles SOS, una ONG que, entre otras cosas, se encarga de mediar entre los padres y las familias de acogida, y que según sus datos, en el último año, acompañó a 541 niños, niñas y adolescentes y a 444 familias, la mayoría de ellas formadas por abuelos y abuelas.

Una de estas familias está formada por Petri y su nieto Ian de 6 años, el hijo de su hijo: “Antes de conocer a Aldeas Infantiles, Ian ya llevaba cuatro años conmigo, porque como conocía la situación de sus padres, siempre estaba pendiente de mi nieto, cuenta a 65YMÁS la mujer. Petri asegura que antes de contar con la mediación de la organización le costaba mucho más gestionar emocionalmente la situación, especialmente lo relacionado con los progenitores de su nieto: “Desde que estamos en Aldeas todo está más controlado y las visitas están bien hechas. Ahora, todo lo que quieran tienen que pedírselo a ellos, no a mí, y eso me da más tranquilidad”, comenta.

Y es que, tal y como nos explica Gemma Galán, que trabaja como técnica del Programa de Apoyo al Acogimiento en Familia Extensa de Aldeas Infantiles SOS en Cataluña, la labor de la organización es bastante compleja: “Lo primero que hacemos es acompañar desde la escucha, y por eso hacemos entrevistas presenciales, llamadas telefónicas, WhatsApp y tenemos una línea directa cada uno de los técnicos, donde las familias nos pueden localizar cuando ellos necesiten”. Además, también realizan grupos con diferentes familias acogedoras y profesionales, y les ayudan a hacer diferentes gestiones. 

Pocos recursos para los abuelos

Todo este acompañamiento lo realizan, en palabras de Galán, “con una mirada libre de prejuicios, sin culpabilizar, que intenta comprender cada circunstancia y con un enfoque sistémico”. A la parte humana del trabajo de los técnicos de Aldeas Infantiles, hay que sumarle la económica: “Activamos los recursos que la familia necesita, y si no existe intentamos buscar por todos los medios una solución”, asegura la técnica. “Cuando hablamos de recursos pueden ir desde económicos, hasta acceso a terapia psicológicas, óptica y oftalmología, gestión emocional de la situación… Todos los recursos que ayudan que las familias que tienen situaciones tan complejas puedan llevarlo un poco mejor”.

Una abuela trabaja como estatua para poder alimentar a su nieto

 

Precisamente, sobre estos recursos, tanto la organización como los propios abuelos de acogida piden aumentar la inversión y la ayuda, porque la necesitan: “Tenemos los justos. Por ejemplo, Ian necesita terapia y la que estaba haciendo no era suficiente, ni estaba funcionando. Entonces hablé con mi psicóloga de Aldeas y ellos pagan un porcentaje y yo otro”, comenta Petri.

Hay muy pocos recursos, porque no son gratuitos para las familias. Yo, por ejemplo, no tengo ingresos, sólo ayudas, una de ellas, la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC). Las familias que tengan una economía buena o medio buena, la ayuda de 376 euros, la reciben de forma íntegra, mientras que a mí me los quitan, lo cual es injusto porque en mi caso es muy necesaria. Y todo esto habría que lucharlo, especialmente las familias que sólo ingresamos eso”, lamenta la mujer. 

La aceptación de los abuelos

La última pata del acompañamiento de los técnicos es muy importante para los menores, y tiene que ver con la narrativa, es decir, en “cómo los niños y las niñas pueden reconstruir su historia de vida, cómo ayudarles a tratar las palabras que les aporten tranquilidad, porque, aunque no podemos borrar los momentos difíciles, sí que podemos cambiar la forma de verlo”, explica Galán.

Pero no sólo se centran en los niños, también tienen muy presente a sus nuevos cuidadores: “El proceso de aceptación de los abuelos tiene mucho que ver primero con cómo son tanto a nivel individual como familiar. También depende mucho de los motivos que hayan provocado el desamparo legal de los niños. Diría que, en general, ninguna familia acepta bien esta situación, porque estamos alterando el orden genealógico y de funciones familiares, ya que estas personas pasan de ser abuelos a cuidadores de sus nietos. Es un choque para cualquier familiar”. 

Antes de acoger a Ian, Petri estaba muy pendiente de su nieto. Tanto es así, que con solo 16 meses, el pequeño ya vivía más con su abuela que con sus padres. Fue entonces cuando la mujer tomó una decisión: “Pedí hacer un poder notarial porque vi que la situación se alargaba. Lo hicimos y los padres dieron todos los poderes para poder actuar, y en vistas de que se seguía alargando, vi que me lo tenía que quedar. Al principio fue angustioso porque me daba rabia que unos papás, que son más jóvenes, no fueran capaces de hacer el esfuerzo de estar bien por su hijo, y que el niño tuviera a su padre y a su madre, aunque estos no vivieran juntos”, lamenta Petri.

La mujer renunció a sus proyectos por darle una vida a su nieto: “Mi pareja y yo ya teníamos planes hechos, pero todo eso, con un niño de 16 meses, se acabó. Ahora nuestra vida es para él: nuestras salidas son salidas para el niño. Vamos al parque, de excursión, al teatro… Al principio es una situación muy angustiosa porque es tu hijo el que no puede hacerse cargo, y eso es muy triste”, nos asegura.

“Tengo que poner los límites, las normas, pero lo tenemos muy asumido, y prefiero hacerlo así y que esté con nosotros, porque él está muy bien”, añade.

Aunque no todos los abuelos asumen del mismo modo esta nueva situación, asegura Galán: “Hay familias que no aceptan que se tome esta decisión, si bien otros sí que ven claramente que los niños no pueden seguir con sus padres”.

Y es que, como recuerda la técnica, también hay que tener en cuenta si los abuelos tienen buena o mala relación con sus hijos: “Los conflictos familiares también pueden hacer más complicado el proceso de aceptación. También el vínculo que exista entre abuelos y nietos, porque podemos encontrarnos casos de abuelos que han visto muy poco a sus nietos, y eso también influye mucho”.

A todo esto, hay que sumarle el salto generacional: “No es lo mismo ser abuelos y acoger a un niño de 4 años, que a un niño de 10 o a una adolescente".

Además, existe otra preocupación: "la diferencia abismal entre cómo ellos criaron a sus hijos y cómo se educa a los niños ahora”, asegura la técnica.

También está la falta de recursos, no solo económicos: “Estamos abandonados. Cómo somos los abuelos parece que tenemos el derecho y el deber de ayudar y cuidar a nuestros nietos. En mi caso no es ayudar a cuidar, es criarlo al 100%”, lamenta Petri.

Sobre esta realidad, Galán tiene algo que matizar: “No es que dejen de ser abuelos, pero ahora tienen otros deberes y obligaciones como acogedores, que hace que se centren más en la crianza, en la obligación, en el sueño… en los cuidados básicos y emocionales que, cuando eres un abuelo que juega con su nieto, no tienes”.

Pero por encima de todas las dificultades y renuncias que los mayores se ven obligados a hacer, está el bienestar y el cuidado de sus nietos.

En el caso de Petri, es por lo que lleva luchando desde que nació Ian, y gracias a la ayuda de Aldeas Infantiles, ahora, ella también está más tranquila.

Sobre el autor:

LauraMoro

Laura Moro

Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.

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