Astenia otoñal: síntomas y cómo combatirla

Acaban las vacaciones, vuelve la rutina, los días se hacen cada vez más cortos, aparecen la lluvia y el frío... Es otoño. Y, a veces, tanto cambio puede repercutir en nuestra salud: nos sentimos tristes, cansados, con más apetito de lo habitual y con mayor dificultad para conciliar el sueño. Este ramillete de síntomas, que desde antiguo recibe el nombre común de síndrome posvacacional, han sido bautizados como astenia otoñal. 

En declaraciones al portal especializado Infosalus, la psicóloga Victoria Hernández ha puesto el énfasis sobre los cambios de temperatura y la disminución de las horas de luz como "factores que influyen sobre nuestros biorritmos", es decir, que modifican los ciclos de sueño y de vigilia además del metabolismo. Todo ello se traduce en secreciones hormonales que pueden afectar a nuestro estado de ánimo. 

Según la propia doctora, que trabaja en las clínicas de Quirónprevención, la astenia suele extenderse por un período que va desde los seis a los quince días, más o menos el espacio que necesita nuestro organismo para adaptarse a la nueva situación. Sin embargo, tal y como advierte la profesional, si el estado de tristeza se prolonga durante más de dos semanas y llega a durar un mes, podemos empezar a pensar en acudir a un psicólogo. 

En la mayoría de las ocasiones, no obstante, la astenia no suele alcanzar estas cotas de gravedad. Y para poder sobrellevar sus efectos, Hernández ofreció una serie de pautas. Hay que tratar de mantener los mismos hábitos de alimentación y de sueño y también hay que aprovechar las pocas horas de luz natural para salir a dar un paseo. Con 20 minutos de exposición, suele ser suficiente. De la misma manera, el ejercicio periódico y el contacto con las personas importantes nos ayudará a liberar endorfinas muy necesarias para contrarrestar los efectos hormonales del otoño.