
Las cuidadoras no profesionales se rebelan contra su invisibilidad: "Somos más de 5 millones"
"Somos la mano de obra barata del Gobierno"
Indispensables, pero invisibles. Así se sienten las cuidadoras principales. Este colectivo, formado mayoritariamente por mujeres –más de cinco millones en España–, denuncia que su trabajo está poco reconocido por la sociedad y la administración, pese a ser un pilar fundamental para el sostenimiento del Estado del Bienestar.
Y es que, aunque se dedican desinteresadamente a atender las necesidades de las personas dependientes –jóvenes y mayores–, con las implicaciones que esto tiene para sus vidas profesionales y personales, no cuentan con las facilidades necesarias por parte del Estado para hacerlo en buenas condiciones.
Esta fue una de las principales conclusiones de la jornada celebrada en el Senado 'Sin nosotras no hay cuidados', organizada el pasado viernes 28 de marzo por el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (@CEDDD_), que reunió a expertas en la materia, cuidadoras principales y representantes institucionales, académicos y de la sociedad civil.
Las ponentes allí reunidas coincidieron en criticar la escasa importancia que se da desde las instituciones a la labor de este colectivo, tampoco en el anteproyecto de Ley de Dependencia, donde, aseguraron, se reconoce unos derechos muy genéricos que son una “loa al sol”.
Por ello, recordaron que es inviable pretender prescindir del cuidador familiar, puesto que, para garantizar el servicio que prestan los 7 días de la semana, las 24 horas del día, serían necesarios al menos cuatro trabajadores y faltaría algo imprescindible: "el amor".
Visibilizar a este colectivo
Es por esa razón que varias de las ponentes reclamaron que se considere a este colectivo como "profesional", para que pueda tener una retribución acorde a todo lo que aporta a la sociedad. En ese sentido, Mar Ugarte, vicepresidenta del CEDDD, encargada de inaugurar el acto, afirmó que es esencial reconocer a este grupo de la población, formado mayoritariamente por mujeres y criticó que su labor no tenga reconocimiento social ni por parte del Estado. "Son ellas las que realmente sostienen el sistema público de cuidados”, afirmó. Una opinión que compartió Ana Lancho, vicepresidenta segunda de esta organización, que clausuró la jornada. "No podemos permitir que quienes cuidan sigan siendo invisibles", señaló. "Tenemos que plantearnos, como sociedad, si estamos haciendo todo lo posible por reconocer a estas mujeres cuidadoras principales", comentó por su parte la senadora de España por UPN, Maria Caballero, también presente en el acto.
A continuación, Mariana de Ugarte, divulgadora, escritora y cuidadora principal, contó su experiencia con dos hijos en situación de dependencia y relató cómo tuvo que adaptarse para poder atenderles, adquiriendo todo tipo de nuevas herramientas. “No he recibido una formación académica, pero no se encontrarán a nadie más profesional", señaló. Eso sí, De Ugarte criticó que las ayudas de la administración "son escasas", lamentó que "no nos cuida nadie" y denunció la falta de medidas para garantizar la conciliación, puesto que “no todo el mundo puede renunciar a un trabajo remunerado, pero tampoco a esta responsabilidad”.

"Si todas dejáramos de cuidar, el sistema colapsaría"
Tras estas intervenciones, tuvo lugar una mesa redonda que reunió a cuidadoras principales y expertas en diferentes ámbitos, como el derecho, la sociología o la psicología. Teresa Torres, presidenta de la Asociación Española de Patologías Mitocondriales, explicó que atiende a su hijo de 26 años y que ha aprendido a "convivir con el dolor y la incertidumbre", pero también "con la esperanza". "Es un trabajo que sostiene vidas, familias y parte del sistema sanitario y social”, señaló. “Nos enfrentamos a una sobrecarga física y mental", sostuvo y reclamó un reconocimiento legal y económico de su rol, así como un acceso a una cotización digna y a ayudas y servicios "reales". “Es importante que se nos reconozca como cuidadoras profesionales”, afirmó.
Por su parte, Silvina Funes, socióloga y portavoz de la Plataforma de Cuidadoras Principales, denunció que, mayoritariamente, el peso de esta labor recaiga sobre las mujeres, no tanto por voluntad propio, sino por razones externas –acuerdo familiar, imposición, sentido del deber...–. "Los hombres participan menos en el cuidado, asumiendo roles secundarios o se desentienden”, lamentó. Y advirtió que se puede estar dando una explotación silenciosa que lleva al "aislamiento" y a la "sobrecarga" de las mujeres. "Si todas dejáramos de cuidar, el sistema colapsaría”, avisó. “Somos nosotras las que hacemos sostenible el Estado del Bienestar”, aseguró. Por esta razón, pidió una retribución justa y valorar temas como la jubilación anticipada o que se garanticen unas pensiones dignas.
La intervención de Carmen Casanova Álvarez, abogada experta en discapacidad y cuidadora principal, se centró, entre otros asuntos, en el aumento de las personas que forman parte de la "generación sándwich" –cuidan de hijos y de los padres–, con el progresivo envejecimiento de la población y el aumento de las necesidades. Además, la letrada criticó el anteproyecto de Ley de Dependencia que “aumenta la declaración de derechos sobre el papel, pero no el presupuesto” y reclamó un "Pacto de Estado" en esta materia. “Construyamos un mundo en el que los cuidados no se sustenten en el sacrificio de nadie, sino en el esfuerzo de todos”, señaló.
"No puedes enfermar, porque es posible que nadie pueda relevarte"
Otro de los asuntos abordados durante el acto fue el impacto en la salud mental del cuidado. Sobre este tema habló Vanesa Pérez Padilla, psicóloga, divulgadora y cuidadora principal, quien recordó "que el amor no lo puede todo" y que esta labor tiene impacto en quienes la desempeñan. “No puedes enfermar, porque es posible que nadie pueda relevarte”, recordó. “La salud se resiente con los cuidados prolongados”, comentó. Y en esos momentos de más debilidad, indicó, se produce la culpa y el cansancio, así como síntomas recurrentes como la ansiedad, la depresión y los sentimientos como la soledad no deseada, más, cuando la sociedad y la administración, dejan de lado al estas personas.
Una opinión que compartió Yolanda de la Viuda, presidenta Asociación de Ayuda a la Dependencia y Enfermedades Raras de Castilla y León, quien destacó el gran impacto que se produce, al vivir "alerta" en todo momento, y reclamó una retribución por dicha labor. “Somos la mano de obra barata del Gobierno”, indicó. “Se necesitaría para suplirlos a 4 profesionales y faltaría amor”, sostuvo.
Finalmente, Macarena Fernández Puente, divulgadora sobre dependencia, habló de su experiencia con su hijo Bruno y destacó la importancia de apoyar a quienes cuidan, una vez fallece un ser querido, como desgraciadamente ocurrió en su caso. De esta manera, además del vacío que se queda, denunció que existen dificultades para reincorporarse al mercado laboral y no hay "respuestas rápidas antes estas situaciones". “Nos hemos sentido muy solos”, lamentó.