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La Biblioteca Nacional ha inaugurado este martes la exposición Jorge Semprún. El largo viaje, una muestra que recoge la vida del "perfecto agente clandestino", como ha definido la comisaria Tània Balló, que ha destacado como principal atracción la documentación inédita del PCE (Partido Comunista de España) y unas cartas también inéditas para liberar al escritor del campo de concentración de Buchenwald (Alemania), entre otras piezas.
"Jorge Semprún fue un artista intelectual. Fue escritor, guionista, militante político, luchador antifascista, etc. Tuvo mil vidas en una única vida. Llegó a vivir decenas de vidas", ha afirmado la comisaria a los medios de comunicación.
La muestra, como ha comentado la comisaria, estará abierta al público hasta el 31 de agosto y supone "el fin del viaje" de la exposición que se inauguró en el Archivo de la Corona de Aragón (Barcelona) el pasado mes de julio. "La BNE es el mejor sitio para cerrar este viaje", ha asegurado.
La exposición, que cuenta con la participación del Ministerio de Cultura, el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática y Acción Cultural Española, se enmarca en los programas de España en Libertad 50 años y Cultura con Memoria.
El largo viaje, pese a que sigue un orden cronólogico, arranca en 1963 cuando Semprún publicó en francés el libro con el titulo homonimo de la exposición, con el que logra el Premio Internacional Formentor. "Fue el año clave del Semprún escritor. Su sueño fue siempre ser escritor y en ese año lo logra y, además, gana el Formentor, un premio que conllevaba la publicación de la obra en 12 idiomas", ha explicado Balló.
Sin embargo, el libro en español se publicó en México y no en España porque, según la comisaria, el régimen franquista entró en "cólera" y organizó una "campaña de descrédito" sobre Semprún. "Cuando España se entera que el Formentor se le ha otorgado a un comunista exiliado, el franquismo se revela y empieza esta campaña de descrédito, hasta el punto de censurar la novela que no se publicó en España hasta 1976", ha afirmado.
Esta primera obra también fue importante porque en ella relata su experiencia como deportado en un campo de concentración. "Ser escritor y su paso por el campo de concentración fueron las dos cuestiones fundamentales en la vida de Semprún", ha reconocido Balló.

En el segundo ámbito de la muestra se documenta su condición de exiliado, resistente, deportado y superviviente. Por ejemplo, se muestra cómo en 1936, la familia del escritor se exilió en Francia y a los pocos años fue detenido y llevado al campo de concentración de Buchenwald. De esta etapa se exponen su tarjeta de refugiado y la documentación que le acredita como miembro de la Resistencia francesa.
"Semprún enseguida toma, como parte de ese trauma del exilio, una presencia francesa hasta el punto de firmar como Georges Samprán cuando era un adolescente. Él entendió desde joven que el cambio de identidad es una forma de sobrevivir", ha afirmado la comisaria.
En este punto, también se recoge algunas cartas del embajador español en París Luis Lequerica en las que pide al embajador alemán que liberen a Semprún del campo de concentración sin éxito. A lo largo de la exposición se pone de manifiesto lo importante que era para el escritor la memoria. "Fue un gran militante de la defensa de la memoria, ya que la consideraba como el elemento que aseguraba el progreso y los valores democráticos de una sociedad", apunta Balló.
Federico Sánchez, el perfecto agente clandestino

El tercer ámbito de la exposición abarca la vida de Semprún entre 1952 y 1965, con especial atención a la lucha clandestina que vivió contra el franquismo, lo que le obligó a asumir varias identidades: Federico Artigas, Agustín Larrea, Rafael Bustamante o Federico Sánchez. Con esta última identidad era conocido dentro del PCE y fue a la que dedico un libro.
"Semprún no era conocido en España porque se fue siendo muy pequeño, por lo que no estaba fichado ni seguido. Por ello, se convirtió en el perfecto agente clandestino para el PCE", admite Balló. Para la exposición, el Archivo histórico del Partido Comunista de España ha prestado el equipo técnico con el que Domingo Malagón falsificó la documentación de Semprún y de otros militantes en la lucha contra la dictadura.
En cuarto lugar, la muestra pone el foco en el poder de denuncia del autor a través del cine. Entre 1966 y 1997, Semprún escribió 15 guiones de clásicos como La guerra ha terminad (Alain Resnais, 1966), Z (Costa Gavras, 1969) o La confesión (Costa Gavras, 1970), y fue nominado dos veces a los Premios Óscar. En su archivo personal, en la Bibliothèque littéraire Jacques Doucet en París, se conservan varios guiones inéditos prestados para la exposición.
La amplia obra literaria de Semprún y su sentido de la memoria y de Europa protagonizan el quinto ámbito. Tras su etapa como ministro de Cultura de España (1988-1991), Semprún publicó en 1994 su novela más aclamada, La escritura o la vida, en la que teorizó sobre los límites de la ficción narrativa y la verdad literaria.