Tener tan cerca de casa como en el portal, o en algún lugar accesible de la comunidad de vecinos un desfibrilador podría marcar la diferencia entre sobrevivir o no, a un paro cardíaco. Casi un 60% de las muertes súbitas por paro cardíaco, se producen en casa. Así, tras la instalación de desfibriladores en espacios públicos, las comunidades de vecinos podría ser el siguiente paso para seguir salvando vidas.
La mitad de muertes súbitas cardiacas se producen en los hogares
Según un estudio publicado recientemente en Revista Española de Cardiología (REC), más de la mitad de las muertes súbitas cardiacas, un 58,6%, se producen en el domicilio, lo que afecta negativamente al pronóstico final ya que aumenta la proporción de paradas cardiorrespiratorias (PCR) no presenciadas y, además, en estos espacios no se dispone de desfibriladores ni, normalmente, de personas con conocimientos en técnicas de Resucitación Cardio Pulmonar (RCP) y Soporte Vital Avanzado (SVA).
En los últimos años, la muerte súbita ha tenido una gran presencia mediática a causa de casos relacionados con el mundo del deporte, tanto profesional como amateur. Sin embargo, el estudio recuerda que el grueso de los casos de paros cardíacos tienen lugar en los hogares. En estos espacios, el intervalo de intervención entre la detección de la parada y la llegada de los equipos de emergencias es mayor y se reduce la aplicación de técnicas de reanimación previas.
Desfibriladores en comunidades de vecinos
Según una encuesta realizada por B+Safe, el 97,7% de los encuestados dijo que sabía que es un paro cardiaco y menos de la mitad, el 42,9% afirmó saber reaccionar ante un paro cardiaco o una persona que no respira. Del total, el 33,1% de los encuestados dijo que conocía algún caso cercano de fallecimiento por paro cardiaco en el hogar. A la pregunta de si sabían qué era un desfibrilador (DESA/DEA) de uso público, el 92,6% contestó afirmativamente, si bien el 78,3% dijo que no sabía utilizarlo. Preguntados si se atreverían utilizarlo, el 53% dijo que si, después de recibir formación para su uso, el 37,7% que sí y el 9,3% que no. Por otra parte, el 81,2% de los encuestados dijo que le gustaría recibir formación en RPC (masaje cardiaco) y en el uso del desfibrilador, y el 18,8% dijo que no. Finalmente y a la pregunta de si es importante que tu urbanización u edificio disponga de un desfibrilador, “sabiendo que disponemos de un máximo de 5 minutos para actuar con seguridad ante un paro cardiaco”, el 90,9% contestó afirmativamente. Esta encuesta se realizó entre más de 2.000 personas, de las que el 60,9% eran mujeres, el 40% del total vivía en pisos, el 37,1% en pisos dentro de una urbanización, el 11,8% en vivienda unifamiliar y el 11% en vivienda unifamiliar dentro de una urbanización.
“Llevar la cardioprotección a los hogares es nuestro próximo objetivo, un objetivo viable que ayudará a salvar miles de vidas”, asegura Nuño Azcona, CEO de B+SAFE. “Desde hace más de 10 años impulsamos la cardioprotección en España y hemos logrado un cambio cultural en la sociedad que se demuestra en las vidas que se salvan cada año gracias a estos equipos y en su presencia, cada vez más habitual en espacios públicos o privados. Si triunfamos llevando la cardioprotección a los hogares estaremos ante un cambio de paradigma en el cuidado proactivo y preventivo de la salud en España”.
Margen de supervivencia
La fase previa a la llegada de los equipos de emergencia ha demostrado ser crítica para la supervivencia, y es por tanto el área donde deben centrarse los esfuerzos de mejora. El inicio de la atención en los primeros ocho minutos se relaciona con una mayor probabilidad de llegar a ingresar en el hospital, y cada minuto que pasa disminuye un 10% la probabilidad de supervivencia. Según el Dr. Fernando Rosell, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), “hay un punto de no retorno a partir del cual los cardiólogos podemos mantener, pero no mejorar. Dependemos mucho de que se haya mantenido el flujo sanguíneo, mediante masaje cardiaco y, en el mejor de los casos, que se haya podido realizar una desfibrilación. Por eso es importante implicar y educar a la sociedad, porque la única manera de mejorar la atención a la muerte súbita es mediante la formación del primer interviniente y mediante el acceso público a desfibriladores”.
Desde la Sociedad Española de Cardiología se reclama la integración de las técnicas de reanimación cardiopulmonar en el currículum educativo, así como la mayor implantación de desfibriladores en los lugares públicos. El Dr. Rosell concluye que, “debemos ser conscientes de la necesidad de tener desfibriladores en todos los espacios públicos, que es algo que ahora mismo no hay. Y, avanzando, las comunidades de vecinos grandes, o apartadas de las ciudades, también deberían tener uno, ya que para ellos va a significar ganar tiempo. El desfibrilador, con una sola vez que se use, ya está más que amortizado.”
B+SAFE quiere concienciar y poner al alcance de las comunidades de vecinos la cardioprotección con el objetivo de lograr una mayor supervivencia en caso de paros cardiacos. No hay que olvidar que los paros cardiacos se dan debido a un infarto o a la muerte súbita, pero que también se producen por ahogamientos, golpes fuertes en el pecho, electrocución y diferentes accidentes domésticos.
B+SAFE (Grupo ALMAS INDUSTRIES) es una compañía líder en el sector de la cardioprotección en Europa y ha sido la principal promotora en España de la instalación de desfibriladores en espacios y dependencias públicas, colegios, grandes superficies, instalaciones deportivas, eventos, etc., creando una cultura de cardioprotección que ha salvado un buen número de vidas en los últimos años.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.